"¿Quién de vosotros que tiene un siervo arando o pastoreando y, cuando regresa del campo, le dice: `Pasa al momento y ponte a la mesa?' ¿No le dirá más bien: `Prepárame algo para cenar, y cíñete para servirme y luego que yo haya comido y bebido comerás y beberás tú?' Acaso tiene que dar las gracias al siervo porque hizo lo que le mandaron? De igual modo vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os mandaron, decid: No somos más que unos pobres siervos; sólo hemos hecho lo que teníamos que hacer."
COMENTARIO
Es casi seguro que haya personas que, al escuchar estas palabras del Hijo de Dios se lleven las manos a la cabeza. Y lo harán porque no acaban de comprender la posición que ocupan con relación a Dios, su Creador.
El ejemplo que nos pone Jesucristo, el del siervo y el señor, nos viene muy bien para comprender qué somos nosotros: siervos que estamos al servicio del Todopoderoso. Y así debemos hacer, con relación a eso.
Sí. Es verdad que reconocer, por nosotros mismos, que somos siervos inútiles, no es nada fácil. Sin embargo, debemos hacerlo para darnos cuenta de que todo debemos a Dios y nada nos debe nuestro Creador.
JESÚS,gracias por ser tan verdadero cuando nos hablas.
Eleuterio Fernández Guzmán
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