Jn, 16, 23b-28
“En
verdad, en verdad os digo: lo que pidáis al Padre os lo dará en mi nombre. 24
Hasta ahora nada le habéis pedido en mi nombre. Pedid y recibiréis, para que
vuestro gozo sea colmado. 25 Os he dicho todo esto en parábolas. Se acerca la
hora en que ya no os hablaré en parábolas, sino que con toda claridad os
hablaré acerca del Padre. 26 Aquel día pediréis en mi nombre y no os digo que
yo rogaré al Padre por vosotros, 27 pues el Padre mismo os quiere, porque me
queréis a mí y creéis que salí de Dios. 28 Salí del Padre y he venido al mundo.
Ahora dejo otra vez el mundo y voy al Padre”.
COMENTARIO
Cuando
Jesucristo, que sabe todo lo que está pasando y lo que va a pasar, se dirige a
sus discípulos más allegaros, es consciente de que debe calmar el corazón de
aquellos que le han seguido más de cerca. Y por eso les habla de El mismo y de
su Padre Dios.
Es
cierto que, para que ellos entendieran lo que quería que conocieran, muchas
veces les ha hablado con un lenguaje basado en la parábola. Pero bien sabe
Jesucristo que pronto, cuando lleguen al Cielo, todo se entenderá, todo se
comprenderá mejor o, simplemente, se comprenderá.
Lo último
que nos dice el Hijo de Dios es que va al Padre, a su Padre. Y eso quiere
decir, entonces, que todo se ha cumplido y debe, aún, enviar al Espíritu Santo.
Por eso nos conviene más que nada creer en que Jesucristo es el Enviado del
Creador, Dios hecho hombre.
JESÚS,
Eleuterio Fernández
Guzmán
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