27 de junio de 2019

Nuestro corazón sobre la Roca



Mt, 7, 21-29
"21 'No todo el que me diga: 'Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial. 22 Muchos me dirán aquel Día: 'Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?' 23 Y entonces les declararé: '¡Jamás os conocí; apartaos de mí, agentes de iniquidad!" 24 'Así pues, todo el que oiga estas palabras mías y las ponga en práctica, será como el hombre prudente que edificó su casa sobre roca: 25 cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, y embistieron contra aquella casa; pero ella no cayó, porque estaba cimentada sobre roca. 26 Y todo el que oiga estas palabras mías y no las ponga en práctica, será como el hombre insensato que edificó su casa sobre arena: 27 cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, irrumpieron contra aquella casa y cayó, y fue grande su ruina'. 28 Y sucedió que cuando acabó Jesús estos discursos, la gente quedaba asombrada de su doctrina; 29 porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como sus escribas."
COMENTARIO

A veces, no lo podemos negar, las palabras del Hijo de Dios son duras. Y han de serlo porque, de otra forma, no solemos hacer caso de ellas. Y lo que hoy nos dice nos puede servir muy bien de lección a lo que creemos tener: fe.
Decir, eso, “Señor,Señor” y pretender engañar a Dios, a Jesucristo, llevando una vida muy contraria a la santísima Voluntad de nuestro Creador no es sólo propio de falsos en la fe sino, mejor, de necios. Y es que a Dios nada se le puede esconder por mucho que nosotros creamos que sí.
Lo que debemos hacer bien que lo dice Cristo: debemos construir nuestra vida espiritual sobre la Roca que es el Mesías. Es decir, escucharlo y, luego, llevarlo a la práctica. Sólo así y sólo de tal manera podremos decir que sí, que somos discípulos suyos y nuestra casa espiritual no se vendrá abajo.

JESÚS, gracias por darnos consejos tan sabios y tan verdaderos.

Eleuterio Fernández Guzmán

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