Mt, 13, 44-46
“44
'El Reino de los Cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo que, al
encontrarlo un hombre, vuelve a esconderlo y, por la alegría que le da, va,
ende todo lo que tiene y compra el campo aquel'. 45 'También es semejante el
Reino de los Cielos a un mercader que anda buscando perlas finas, 46 y que, al
encontrar una perla de gran valor, va, vende todo lo que tiene y la compra'”
COMENTARIO
Lo
que dice el Hijo de Dios puede parecer, para los codiciosos monetarios, buena
cosa. Es decir, encontrar un tesoro puede ser buena cosa y, venderlo todo para
adquirirlo… a lo mejor, también.
Sin
embargo, las cosas no son como algunos podrían pensar. Y es que, aquí,
Jesucristo habla del Reino de los Cielos y, entonces, la cosa cambia. Y es que
habla de entrega total y de olvido.
Sí.
Cuando se encuentra el Reino de los Cielos no basta con acercarse y, luego,
cuando nos conviene, darle de lado. No. Cuando se encuentra el Reino de los
Cielos ya nada que no sea el mismo vale nada y hay que dejarlo todo por el
mismo. Y eso no es poca cosa sino mucha y más que mucha.
JESÚS, gracias
por habernos traído el Reino de Dios.
Eleuterio
Fernández Guzmán
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