22 de febrero de 2018

Saber entender a Cristo

Jn 8, 51-59

“51 ‘En verdad, en verdad os digo: si alguno guarda mi Palabra, no verá la muerte jamás.’
52 Le dijeron los judíos: ‘Ahora estamos seguros de que tienes un demonio. Abraham murió, y también los profetas; y tú dices: ‘Si alguno guarda mi Palabra, no probará la muerte jamás.’ 53 ¿Eres tú acaso más grande que nuestro padre Abraham, que murió? También los profetas murieron. ¿Por quién te tienes a ti mismo?’ 54 Jesús respondió: ‘Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada; es mi Padre quien me glorifica, de quien vosotros decís: ‘Él es nuestro Dios’, 55 y sin embargo no le conocéis, yo sí que le conozco, y si dijera que no le conozco, sería un mentiroso como vosotros. Pero yo le conozco, y guardo su Palabra.
56 Vuestro padre Abraham se regocijó pensando en ver mi Día; lo vio
y se alegró.’
57 Entonces los judíos le dijeron: ‘¿Aún no tienes cincuenta años y has visto a Abraham?’ 58 Jesús les respondió: ‘En verdad, en verdad os digo: antes de que Abraham existiera, Yo Soy.’ 59 Entonces tomaron piedras para tirárselas; pero Jesús se ocultó y salió del Templo.”

COMENTARIO

Según lo que podemos leer en este Evangelio de San Juan, había muchos que no es que no quisieran a Jesús sino que no entendían nada de nada de todo lo que había dicho.

El caso es que el Hijo de Dios lo dice con toda claridad: es a Dios a quien glorifica y no a Él mismo. Sin embargo, eso era aún peor para los que lo perseguían porque se ponían a la altura del Todopoderoso.

Y quieren matarlo. Allí mismo toman piedras para apedrearlo porque creen que ha dicho algo que consideran blasfemia o algo peor. Pero aún no había llegado la hora de la muerte de Cristo. Y se alejó de ellos con toda facilidad.

JESÚS, ayúdanos a no dudar nunca de Ti ni de tu Palabra.


Eleuterio Fernández Guzmán

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