Jn 5, 31-33.36-47
“’Si yo diera testimonio de mí mismo,
mi testimonio no sería válido. Otro es el que da testimonio de mí, y yo sé que
es válido el testimonio que da de mí. Vosotros mandasteis enviados donde Juan,
y él dio testimonio de la verdad. Pero yo tengo un testimonio mayor que el de
Juan; porque las obras que el Padre me ha encomendado llevar a cabo, las mismas
obras que realizo, dan testimonio de mí, de que el Padre me ha enviado. Y el
Padre, que me ha enviado, es el que ha dado testimonio de mí. Vosotros no
habéis oído nunca su voz, ni habéis visto nunca su rostro, ni habita su palabra
en vosotros, porque no creéis al que Él ha enviado. ‘Vosotros investigáis las
escrituras, ya que creéis tener en ellas vida eterna; ellas son las que dan
testimonio de mí; y vosotros no queréis venir a mí para tener vida. La gloria
no la recibo de los hombres. Pero yo os conozco: no tenéis en vosotros el amor
de Dios. Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibís; si otro viene en
su propio nombre, a ése le recibiréis. ¿Cómo podéis creer vosotros, que
aceptáis gloria unos de otros, y no buscáis la gloria que viene del único Dios?
No penséis que os voy a acusar yo delante del Padre. Vuestro acusador es
Moisés, en quién habéis puesto vuestra esperanza. Porque, si creyerais a
Moisés, me creeríais a mí, porque él escribió de mí. Pero si no creéis en sus
escritos, ¿Cómo vais a creer en mis palabras?’”.
COMENTARIO
Digamos
que, en esta conversación que mantiene Jesús con algunos de los de su tiempo,
llama la atención sobre algo muy importante que muchas veces no lo tenían en
cuenta. Él es el enviado de Dios.
Ellos
debían saber que era el Enviado de Dios y que dijera lo que dijera lo hacía
porque era la voluntad del Todopoderoso la que debía imperar. Pero no sería
siquiera Él quien le echaría en cara sus malas artes.
El
caso es que es el propio Moisés quien iba a acusar a los que eran miembros del
pueblo elegido por Dios. Por eso debían tener en cuenta lo que aquel profeta
dijo porque de no hacerlo no alcanzarán la vida eterna.
JESÚS, ayúdanos a
creer en Ti.
Eleuterio
Fernández Guzmán
No hay comentarios:
Publicar un comentario