Lunes II de Cuaresma
Lc 6, 36-38
“Sed
compasivos, como vuestro Padre es compasivo. No juzguéis y no seréis juzgados,
no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados. Dad y se os
dará; una medida buena, apretada, remecida, rebosante pondrán en el halda de vuestros
vestidos. Porque con la medida con que midáis se os medirá.”
COMENTARIO
Jesucristo
siempre pone a Dios como ejemplo de cómo debemos ser. Y es que el Hijo ama al
Padre y eso se nota siempre. Por eso quiere que seamos compasivos porque Dios
es compasivo y así alcanzaremos un lugar privilegiado en el corazón del
Todopoderoso.
Pero
nos dice Cristo algo que es muy importante: no debemos juzgar. Eso no quiere decir
que nunca podamos decir nada de nadie sino que debemos decirlo como lo diría
Dios y bajo el prisma del amor.
Y
una cosa más que muchas veces olvidamos: aquello que hagamos con los demás, se
hará con nosotros. Por eso debemos dar para recibir, entregar para que Dios se
nos dé de corazón.
JESÚS, ayúdanos a ser compasivos y misericordiosos.
Eleuterio
Fernández Guzmán
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