19 de enero de 2017

Muchos acudían a Él


Jueves II del tiempo ordinario
Mc 3,7-12

En aquel tiempo, Jesús se retiró con sus discípulos hacia el mar, y le siguió una gran muchedumbre de Galilea. También de Judea, de Jerusalén, de Idumea, del otro lado del Jordán, de los alrededores de Tiro y Sidón, una gran muchedumbre, al oír lo que hacía, acudió a Él. Entonces, a causa de la multitud, dijo a sus discípulos que le prepararan una pequeña barca, para que no le aplastaran. Pues curó a muchos, de suerte que cuantos padecían dolencias se le echaban encima para tocarle. Y los espíritus inmundos, al verle, se arrojaban a sus pies y gritaban: ‘Tú eres el Hijo de Dios’. Pero Él les mandaba enérgicamente que no le descubrieran.

COMENTARIO

Muchos le seguían

Es de creer que cuando se corrió la voz (casi única forma entonces de saber lo que pasaba) acerca de un Maestro que hacía prodigios y hablaba con autoridad, muchos lo buscaran. Querían conocer a Quien muchos llamaban Mesías.

Curó a muchos

La misión de Cristo estaba bien definida: salvar a los que habían necesidad de ser salvados. Por eso cura a muchos que se encuentran enfermos: físicamente o del alma (por posesión demoníaca) y por eso muchos comprobaron que, en efecto, aquel hombre era más que un hombre.

Lo reconocieron

El Mal, por mucho que se quiera apoderar de los hijos de Dios, conoce al Bien. Es decir, los demonios que dominaban a personas sabían que Jesús podía derrotarlos. Y lo reconocían, ante el estupor de todos aquellos que aquello veían


JESÚS, ayúdanos a confiar en tu poder.



Eleuterio Fernández Guzmán

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