12 de abril de 2016

Lo que conviene saber


Martes III de Pascua

Jn 6, 30-35

“En aquel tiempo, la gente dijo a Jesús: ‘¿Qué señal haces para que viéndola creamos en ti? ¿Qué obra realizas? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, según está escrito: Pan del cielo les dio a comer’. Jesús les respondió: ‘En verdad, en verdad os digo: No fue Moisés quien os dio el pan del cielo; es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo; porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da la vida al mundo’. Entonces le dijeron: ‘Señor, danos siempre de ese pan’. Les dijo Jesús: ‘Yo soy el pan de la vida. El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no tendrá nunca sed’”.

Querer saber

Muchos de los que seguían a Jesús sí que estaban ansiosos de conocer cuál era la Verdad. Por eso quieren conocer en qué se basa el Maestro para hacer lo que hace. Ellos conocían lo que habían hecho sus padres en el desierto y querían saber más.

La verdad

Muchos, sin embargo, estaban equivocados en la apreciación que hacían de las cosas. Y es que fue Dios, sin duda, quien dio el maná del Cielo a sus antepasados. Y ellos deben esperar algo más que un alimento que perece.

Anhelar la Verdad

De todas formas, ellos, como decimos, quieren saber. Y Jesús les dice la verdad, la gran Verdad: Él es el pan bajado del Cielo y quien lo coma vivirá para siempre.


JESÚS,  te queremos a Ti, pan de vida eterna.


Eleuterio Fernández Guzmán

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