7 de septiembre de 2015

Entender la Ley de Dios



Lunes, 7 de septiembre de 2015

Lunes XXIII del tiempo ordinario

Lc 6,6-11
Sucedió que entró Jesús otro sábado en la sinagoga y se puso a enseñar. Había allí un hombre que tenía la mano derecha seca. Estaban al acecho los escribas y fariseos por si curaba en sábado, para encontrar de qué acusarle. Pero Él, conociendo sus pensamientos, dijo al hombre que tenía la mano seca: ‘Levántate y ponte ahí en medio’. Él, levantándose, se puso allí. Entonces Jesús les dijo: ‘Yo os pregunto si en sábado es lícito hacer el bien en vez de hacer el mal, salvar una vida en vez de destruirla’. Y mirando a todos ellos, le dijo: ‘Extiende tu mano’. Él lo hizo, y quedó restablecida su mano. Ellos se ofuscaron, y deliberaban entre sí qué harían a Jesús.”


COMENTARIO      

La misión que debía llevar a cabo el Hijo de Dios consistía en anunciar la salvación del ser humano. Por eso acudía, como buen judío, a la sinagoga a predicar y a enseñar. Y allí se encuentra con el caso del hombre que tiene una mano seca. Sólo puede hacer una cosa.

Jesús hace una pregunta clave para aquellos que lo están escuchando: ¿es más importante la ley del sábado o la misericordia con el necesitado? Y la cosa tenía su intríngulis porque sabía por dónde le iban a salir muchos de ellos.

Jesús cura al hombre. Y eso produce, de inmediato, ofuscación en muchos de los presentes. ¡Ha curado en sábado! A ellos no le importa, al parecer, la situación de aquel hombre sino que alguien haya hecho algo bueno por el mismo en un día en el que eso no se puede hacer.



JESÚS, ayúdanos a entender la Ley de Dios de forma correcta.



Eleuterio Fernández Guzmán

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