21 de julio de 2015

Cumplir la voluntad de Dios


Martes XVI del tiempo ordinario

Mt 12,46-50

En aquel tiempo, mientras Jesús estaba hablando a la muchedumbre, su madre y sus hermanos se presentaron fuera y trataban de hablar con Él. Alguien le dijo: ‘¡Oye! ahí fuera están tu madre y tus hermanos que desean hablarte’. Pero Él respondió al que se lo decía: ‘¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?’. Y, extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: ‘Éstos son mi madre y mis hermanos. Pues todo el que cumpla la voluntad de mi Padre celestial, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre’”.


COMENTARIO

Jesús hablaba a la muchedumbre. Eso suponía que había muchas personas que estaban interesadas en escuchar lo que decía el Maestro. También es de creer que lo agobiaran mucho y que, incluso, no lo dejaran ni comer.

Alguien importante para él va a verle: María y otras personas de su familia acuden donde saben que está seguramente para llevárselo y hacer que descanse un poco. Jesús, sin embargo, entiende las cosas que pasan de una manera muy distinta.

El caso es que Jesús no hace de menos a su madre, la Madre. Lo que quiere decir con lo que dice es que una cosa es querer seguirle y otra, muy distinta, cumplir con la voluntad de Dios. Y eso es lo que, verdaderamente, importa.



JESÚS, ayúdanos a cumplir la voluntad de tu Padre.


Eleuterio Fernández Guzmán

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