Lunes VI del tiempo ordinario
Mc 8,11-13
“En aquel tiempo, salieron los
fariseos y comenzaron a discutir con Jesús, pidiéndole una señal del cielo, con
el fin de ponerle a prueba. Dando un profundo gemido desde lo íntimo de su ser,
dice: ‘¿Por qué esta generación pide una señal? Yo os aseguro: no se dará a
esta generación ninguna señal’. Y, dejándolos, se embarcó de nuevo, y se fue a
la orilla opuesta”.
COMENTARIO
Como bien había profetizado el anciano Simeón Jesús iba a ser punto de
discordia entre muchas personas. No es que Él actuara para serlo sino que, por
las circunstancias de su predicación, muchos iban a ponerse en su contra y
otros, claro, a favor.
Para muchos del pueblo elegido era necesario que lo que se decía se
acompañara de una prueba. Sólo entendían por válido lo que estaba respaldado
con algo palpable. Y eso le piden a Jesús en esta ocasión y en muchas otras.
Pero Jesús sabe que la fe tiene mucho que ver con creer sin ver. Por
eso, aunque no extrañándose de lo que aquellos le proponen porque conoce sus
corazones, sabe que no puede hacer nada que afiance la poca fe que tienen.
Nada, pues, les dará como señal.
JESÚS, no necesitamos más que tu Palabra y tu santo
proceder. Ayúdanos a creer sin ver.
Eleuterio Fernández Guzmán
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