25 de noviembre de 2014

Los que vienen en nombre de Cristo

Martes XXXIV del tiempo ordinario

Lc 21,5-11

En aquel tiempo, como dijeran algunos acerca del Templo que estaba adornado de bellas piedras y ofrendas votivas, Jesús dijo: ‘Esto que veis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea derruida’. 

Le preguntaron: ‘Maestro, ¿cuándo sucederá eso? Y ¿cuál será la señal de que todas estas cosas están para ocurrir?’. Él dijo: ‘Estad alerta, no os dejéis engañar. Porque vendrán muchos usurpando mi nombre y diciendo: ‘Yo soy’ y ‘el tiempo está cerca’. No les sigáis. Cuando oigáis hablar de guerras y revoluciones, no os aterréis; porque es necesario que sucedan primero estas cosas, pero el fin no es inmediato’. Entonces les dijo: ‘Se levantará nación contra nación y reino contra reino. Habrá grandes terremotos, peste y hambre en diversos lugares, habrá cosas espantosas, y grandes señales del cielo
’”.


COMENTARIO

Estaba claro que aquel Maestro que había enseñado por los caminos y los pueblos, que se había cansado y hasta había llorado por sus amigos que sufrían, conocía lo que iba a suceder. Por eso profetiza acerca de lo que pasará, que acabará pasando, con el Templo de Jerusalén. Pero también habla de un final… final.

Pero muchos han de venir, habrán de venir, diciendo que son Jesucristo y que vienen al salvar al mundo. Pero cuando llegue el momento, terrible si lo pensamos, del fin del mundo, otras cosas, antes, han de pasar.

Jesús nos pone sobre el aviso de qué va a suceder cuando todo se transforme. Todo lo que dice se ha de cumplir, palabra por palabra, porque lo dice Quien ya ha visto que ha de suceder y no otra cosa pasará. Entonces muchos comprenderán que todo lo que dicho ha pasado según lo dijo Quien lo sabía.

JESÚS, ayúdanos a fiarnos de lo que nos dices porque eres la Verdad.

Eleuterio Fernández Guzmán


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