Sábado
XVI del tiempo ordinario
Mt
13,24-30
“En
aquel tiempo, Jesús propuso a las gentes otra parábola, diciendo:
'El Reino de los Cielos es semejante a un hombre que sembró buena
semilla en su campo. Pero, mientras su gente dormía, vino su
enemigo, sembró encima cizaña entre el trigo, y se fue. Cuando
brotó la hierba y produjo fruto, apareció entonces también la
cizaña. Los siervos del amo se acercaron a decirle: ‘Señor, ¿no
sembraste semilla buena en tu campo? ¿Cómo es que tiene cizaña?’.
Él les contestó: ‘Algún enemigo ha hecho esto’. Dícenle los
siervos: ‘¿Quieres, pues, que vayamos a recogerla?’. Díceles:
‘No, no sea que, al recoger la cizaña, arranquéis a la vez el
trigo. Dejad que ambos crezcan juntos hasta la siega. Y al tiempo de
la siega, diré a los segadores: Recoged primero la cizaña y atadla
en gavillas para quemarla, y el trigo recogedlo en mi granero’'”.
COMENTARIO
Según
Cristo, y lo que dice es la Verdad, Dios siembra en nuestros
corazones la buena semilla porque quiere que siempre estemos junto a
Él. Quiere lo mejor de nosotros y nos ama porque es nuestro Padre.
Algunos,
que ven cómo la cizaña se ceba con los hijos de Dios pregunta al
Padre cómo pudo suceder eso pues el Todopoderoso siembra siempre con
sabiduría y no pierde nada de su santa simiente.
El
Creador, sin embargo, siempre hace su voluntad. Al final de los
tiempos, cuando vuelva Cristo en su Parusía, los buenos, el buen
trigo salido de la buena simiente, será enviado a la vida eterna, al
Cielo y la cizaña será enviada al fuego eterno, al Infierno. Y esto
es una verdad de fe.
JESÚS,
los que te siguen son libres para escoger entre lo bueno y lo malo,
entre ser trigo como fruto bueno de la buena simiente de Dios o ser
cizaña, perjudicando el Reino del Padre. Ayúdanos a ser buena
simiente para dar buen fruto.
Eleuterio
Fernández Guzmán
No hay comentarios:
Publicar un comentario