11 de abril de 2013

Otro XTantos

 





Como cada año se nos llama a presentar nuestra declaración de la Renta. También es momento, por tanto, de reconocer lo que hace la Iglesia católica por el prójimo y, por supuesto, indicar que la parte del impuesto que corresponde pagar se pague a la Esposa de Cristo aunque, es cierto esto, se puede marcar la casilla que indica que también se dirija tal cantidad de dinero (que no se nos quita, no lo olvidemos) a “otros fines sociales” pues también se beneficia la organización de la Iglesia católica en otros aspectos y circunstancias.

Los datos oficiales nos acercan a lo que hace la Iglesia católica. Más o menos, la misma atiende a lo siguiente:

-23.000 parroquias
-850 monasterios de clausura
-200 hospitales y ambulatorios
-300 guarderías
-900 orfanatos
-1.600 centros de acogida y reinserción Social y Familiar.

Pero, claro, también hay que tener en cuenta a los sacerdotes, obispos, religiosos y religiosas que, como hermanos y hermanas nuestras, llevan a cabo una labor que es, sencillamente, impagable.

Pero es que, además, se atiende a lo siguiente:

-Más de 400.000 personas hospitalizadas y asistidas en centros hospitalarios de la Iglesia católica.
-Más de 850.000 personas asistidas en ambulatorios y dispensarios.
-Más de 60.000 personas asistidas residentes o asistidas en casas para ancianos o discapacitados.
-Más de 11.000 personas asistidas en orfanatos y centros de tutela de la infancia.
-Más de 11.000 personas asistidas en guarderías infantiles.
-Más de 54.000 personas asistidas en centros de educación especial.
-Más de 325.000 personas asistidas en otros centros de asistencia social.
-Más de 80.000 personas asistidas en consultorios familiares.

En realidad, cualquiera que no se haga el ciego voluntario sabe que esto encierra una gran verdad y que, por lo tanto, debemos responder, quien haga la declaración de la renta, de la forma obligada: marcando la casilla que corresponde marcar a un católico o a una persona que, no siéndolo, sabe lo que hay en este aspecto.

Son, por tanto, cifras que muestran la entrega a los demás y el cumplimiento de la voluntad de Dios que se centra, sobre todo, en servir, y, por lo tanto, en amar. Y, siendo cierto que es obligación hacerlo así no es menos cierto que se debe reconocer de la forma que sea y que, ahora mismo, existe ésta.
No olvidemos que la fe también se demuestra con obras.


Eleuterio Fernández Guzmán


Publicado en   Soto de la Marina

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