6 de marzo de 2013

Cumplir con la Ley de Dios



  
Miércoles III de Cuaresma

Mt 5,17-19

“En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: ‘No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Sí, os lo aseguro: el cielo y la tierra pasarán antes que pase una i o una tilde de la Ley sin que todo suceda. Por tanto, el que traspase uno de estos mandamientos más pequeños y así lo enseñe a los hombres, será el más pequeño en el Reino de los Cielos; en cambio, el que los observe y los enseñe, ése será grande en el Reino de los Cielos’”.


COMENTARIO

Muchos había en la época de Jesús que tenían por cierto que el Mesías tenía que venir a destruir al enemigo del pueblo judío y que, en fin, iba a haber tabla rasa con todo lo que había entonces. Querían una especie de revolución.

Jesús, sin embargo, había venido a hacer que la Ley de Dios se cumpliese de forma exacta y que no hubiese más tergiversación de la misma. Es más, nada de lo establecido por Dios podía dejar de cumplirse ni se dejaría de cumplir porque era voluntad del Creador.

Lo que, en realidad, hay que llevar a cabo, es cumplir la voluntad de Dios y enseñar que eso es lo que hay que hacer. Otra forma de comportarse supone alejarse de lo que el Todopoderoso quiere para nosotros y es, además, una forma muy poco filial de comportarse.



JESÚS, el cumplimiento de la voluntad de Dios es lo más importante para nosotros, su creación. Sin embargo, lo olvidamos demasiadas veces.




Eleuterio Fernández Guzmán


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