Jn 14, 21-26
“A la Hora de pasar de este mundo al Padre, Jesús
dijo a sus discípulos: ‘El que recibe mis mandamientos y los cumple, ése es el
que me ama; y el que me ama será amado por mi Padre, y Yo lo amaré y me
manifestaré a él’.
Judas -no el Iscariote- le dijo: ‘Señor, ¿por qué te
vas a manifestar a nosotros y no al mundo?’
Jesús le respondió: ‘El que me ama será fiel a mi
palabra, y mi Padre lo amará; iremos a él y habitaremos en él.
El que no me ama no es fiel a mis palabras. La
palabra que ustedes oyeron no es mía, sino del Padre que me envió.
Yo les digo estas cosas mientras permanezco con
ustedes. Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi
Nombre, les enseñará todo y les recordará lo que les he dicho’”.
COMENTARIO
Es
cierto y verdad que en muchas otras ocasiones el Hijo de Dios dice cosas como
las que ahora recoge el Evangelio de San Juan. Es más, seguramente, hizo lo
mismo en otras ocasiones aunque no lo sepamos.
El
caso es que cuando habla Jesucristo no lo hace para que sus palabras se tengan
por no dichas. Es decir, nosotros debemos escucharlas y, luego, poner por obra
sus palabras que incluyen, claro, sus mandamientos al ser Palabra de Dios.
Es
más, nos anuncia que el Espíritu iba a ser enviado y, entonces, iba a enseñar
lo que aún no habían sido capaces de comprender.
JESÚS, gracias por decir las cosas como deben ser dichas.
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