Día 5
1. Oración inicial
Oh Cruz que fuiste para Jesucristo instrumento espiritual
del que se valió para ascender al Padre; la que el Hijo de Dios adornó con sus
muchos méritos; sé, para nosotros, hermanos del Mesías, valimiento para
nuestras necesidades, intercesión ante Dios Todopoderoso, influencia santa en
nuestro devenir de hijos del Padre. Amén.
2. Cita
“Los
abundantes frutos espirituales que ha producido la devoción al Corazón de Jesús
son bien reconocidos. Expresándose sobre todo mediante la práctica de la hora
santa, de la confesión y de la comunión en los primeros viernes de mes, ella ha
contribuido a incitar a generaciones de cristianos a orar más y a participar
más frecuentemente en los sacramentos de la Penitencia y de la Eucaristía. Se
trata de caminos que es de desear se propaguen también hoy a los fieles”. San
Juan Pablo II- Carta al
Prepósito de la Compañía de Jesús, 5 de octubre de 1986.
3. Reflexión
Los discípulos de Cristo conocemos y reconocemos
la naturaleza que tenemos. No ocultamos, por eso, que somos pecadores porque
llevamos impreso el pecado de egoísmo y de falta de confianza en la Providencia
de Dios en el que incurrieron nuestros Primeros Padres. Sabemos, por eso mismo,
que es una carga muy pesada que sólo podemos sobrellevar con fe y con espíritu
de penitencia.
Pero también sabemos que en Jesús tenemos al
Maestro que enseña que no es imposible levantarse de una tal caída aunque Él no
cayera nunca en pecado. Y nos lo dice con su ejemplo. Así, sólo así, podremos
elevarnos sobre el pecado y alcanzando altura espiritual sobrenaturalizar
nuestro existir. Y todo ello viendo a la Cruz de Cristo como lo que es: palanca
que, sostenida en el Sagrado Corazón del Hijo, nos levanta hacia Dios.
4. Nos proponemos hoy
-Propongámonos no olvidar nunca la naturaleza que
tenemos pues, sin olvidarlo no ocultaremos nuestros pecados y teniéndola en
cuenta sabremos enfrentarnos al Mal.
-Propongámonos agradecer a Cristo los méritos que
ganó en su vida pública y privada porque a través de ellos el Creador perdonó a
la humanidad por todas sus caídas y sus miradas, con incomprensible gozo, hacia
la fosa de la que tanto habla el salmista.
5. Oración final
Sacratísimo Corazón de Cristo, sé, hoy y siempre, nuestro
Guía, el Jefe protector de nuestro
hogar, el Rey y Centro de nuestros corazones.
6. Jaculatoria para hoy
Corazón de Jesús, que os ame y
os haga amar.
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