Mt
23, 27-32
“27 ‘¡Ay de
vosotros, escribas y fariseos hipócritas, pues sois semejantes a sepulcros
blanqueados, que por fuera parecen bonitos, pero por dentro están llenos de
huesos de muertos y de toda inmundicia! 28 Así también vosotros, por fuera
aparecéis justos ante los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía
y de iniquidad. 29 ‘¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, porque
edificáis los sepulcros de los profetas y adornáis los monumentos de los
justos, 30 y decís: ‘Si nosotros hubiéramos vivido en el tiempo de nuestros padres,
no habríamos tenido parte con ellos en la sangre de los profetas!’ 31 Con lo
cual atestiguáis contra vosotros mismos que sois hijos de los que mataron a los
profetas. 32 ¡Colmad también vosotros la medida de vuestros padres! 33 ‘¡Serpientes,
raza de víboras! ¿Cómo vais a escapar a la condenación de la gehenna?’”.
COMENTARIO
No podemos negar, porque
sería faltar a la realidad de las cosas, que Jesucristo, muchas veces, no
utilizaba un lenguaje dulce y agradable. Y es que la misión que debía cumplir
era tan importante que de nada valían ni servían las medidas tintas.
A los que quieran
escucharle, a los que entonces, allí mismo, le escuchaban, lo dice todo para
que se entienda: hay personas, los considerados sabios y guías religiosos, que
son más apariencia que otra cosa. Por eso Jesucristo los llama sepulcros
blanqueados porque, por fuera, pueden parecer puros pero, por dentro, están
podridos.
De todas formas, sabe el
Hijo de Dios que muchos de aquellos que le escuchan y que se sienten zaheridos,
no van a cambiar ni de idea ni de camino, van a seguir equivocándose. Por eso
sabe que van a seguir la misma senda que aquellos que mataron a los profetas: a
la fosa de la que tanto habla el salmista.
JESÚS,
ayúdanos a no ser
como aquellos sepulcros blanqueados.
Eleuterio Fernández
Guzmán
No hay comentarios:
Publicar un comentario