31 de agosto de 2017

Hay que estar en vela… ¡siempre!


Mt 24, 42-51


“42 ‘Velad, pues, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. 43 Entendedlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora de la noche iba a venir el ladrón, estaría en vela y no permitiría que le horadasen su casa. 44 Por eso, también vosotros estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre. 45 ‘¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, a quien el señor puso al frente de su servidumbre para darles la comida a su tiempo? 46 Dichoso aquel siervo a quien su señor, al llegar, encuentre haciéndolo así. 47 Yo os aseguro que le pondrá al frente de toda su hacienda. 48 Pero si el mal siervo aquel se dice en su corazón: ‘Mi señor tarda’, 49 y se pone a golpear a sus compañeros y come y bebe con los borrachos, 50 vendrá el señor de aquel siervo el día que no espera yen el momento que no sabe, 51 le separará y le señalará su suerte entre los hipócritas; allí será el llanto y el rechinar de dientes.’”


COMENTARIO

Sabía Jesucristo que, en un momento determinado y cuando Dios, su Padre y el nuestro, quiera, ha de volver al mundo para juzgar a vivos y a muertos. Por eso sabía que era muy importante que todos supiesen algo de lo cual dependía la vida eterna.

Estar esperando la llegada del Hijo de Dios supone algo más que esperar. Y es que la preparación de sus hermanos los hombres no puede ser de cualquiera forma. Nuestro corazón lo debemos dejar limpio de impurezas. Entonces estaremos preparados para cuando venga.

Hay aquí una advertencia muy grave hecha de parte de Jesucristo. Y es que a quien no esté preparado, a quien no tenga el alma limpia, se le aplicará un castigo. ¡Sí! Dios castigará a quien no la tenga limpia pues es bueno pero también es justo.



JESÚS, ayúdanos a tener el alma limpia… ¡siempre!


Eleuterio Fernández Guzmán

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