4 de mayo de 2024

Demos gracias por la persecución

Jn 15, 18-21


"A la Hora de pasar de este mundo al Padre, Jesús dijo a sus discípulos: 'Si el mundo los odia, sepan que antes me ha odiado a mí. Si ustedes fueran del mundo, el mundo los amaría como cosa suya. Pero como no son del mundo, sino que Yo los elegí y los saqué de él, el mundo los odia. Acuérdense de lo que les dije: el servidor no es más grande que su señor. Si me persiguieron a mí, también los perseguirán a ustedes; si fueron fieles a mi palabra, también serán fieles a la de ustedes. Pero los tratarán así a causa de mi Nombre, porque no conocen al que me envió.'"

COMENTARIO 

Aunque pueda parecer duro el titular de este comentario, lo bien cierto es que es lo que debemos anhelar aquellos que nos consideramos discípulos de Cristo: ser perseguidos.

Como bien dice el Maestro si a Él lo persiguieron no podemos esperar nosotros otra cosa. Además, eso es un timbre de honor que debemos tener muy en cuenta: permanecer en Cristo para ser perseguidos (de la manera que sea) por ser hermanos del Hijo de Dios. 

Y sobre todo esto una verdad grande: ha sido Cristo quien nos ha elegido a nosotros. Y, entonces, sólo podemos responder a tal elección de esa manera.

JESÚS, gracias por darnos todo.

Eleuterio Fernández Guzmán

3 de mayo de 2024

Camino, Verdad y Vida

Jn 14, 6-14


"A la Hora de pasar de este mundo al Padre, Jesús dijo a Tomás:

'Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Si ustedes me conocen, conocerán también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto'.

Felipe le dijo: 'Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta'. Jesús le respondió: 'Felipe, hace tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conocen? El que me ha visto, ha visto al Padre. ¿Cómo dices: Muéstranos al Padre'? ¿No crees que Yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Las palabras que digo no son mías: el Padre que habita en mí es el que hace las obras. Créanme: Yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Créanlo, al menos, por las obras. Les aseguro que el que cree en mí hará también las obras que Yo hago, y aún mayores, porque Yo me voy al Padre. Y Yo haré todo lo que ustedes pidan en mi Nombre, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si ustedes me piden algo en mi Nombre, Yo lo haré'."

COMENTARIO

En verdad, la definición que hace el Hijo de Dios de sí mismo es algo más que perfecta. 

Dice Cristo que es Camino porque a través de Él alcanzaremos la Vida Eterna. 

Dice Cristo que es Verdad porque es, exactamente, la Verdad.

Dice Cristo que es Vida porque en sí mismo se encierra la Vida Eterna a la que aspiramos. Y por eso debemos permanecer en el Hijo de  Dios.

Es cierto y verdad que en tan pocas palabras se encierra toda nuestra fe y lo que eso significa. 

JESÚS, gracias por darnos estas tres santísimas Palabras con las que nos podemos salvar. 

Eleuterio Fernández Guzmán

1 de mayo de 2024

Ser sarmientos y dar fruto

Jn 15, 1-8


"A la Hora de pasar de este mundo al Padre, Jesús dijo a sus discípulos: 'Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. Él corta todos mis sarmientos que no dan fruto; al que da fruto, lo poda para que dé más todavía. Ustedes ya están limpios por la palabra que Yo les anuncié.

Permanezcan en mí, como Yo permanezco en ustedes. Así como el sarmiento no puede dar fruto si no permanece en la vid, tampoco ustedes, si no permanecen en mí. Yo soy la vid, ustedes los sarmientos.

El que permanece en mí, y Yo en él, da mucho fruto, porque separados de mí, nada pueden hacer. Pero el que no permanece en mí, es como el sarmiento que se tira y se seca; después se recoge, se arroja al fuego y arde. Si ustedes permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y lo obtendrán.

La gloria de mi Padre consiste en que ustedes den fruto abundante, y así sean mis discípulos.'"

COMENTARIO

Es fácil entender que el Hijo de Dios, que tenía una suprema inteligencia (era Dios hecho hombre) conocía muy bien las limitaciones de aquellos que le escuchaban y, por eso, hacía uso de elementos de la vida ordinaria para que su predicación llegara al puerto del corazón de sus oyentes. 

La imagen de la vid y los sarmientos está más que bien puesta pues nos indica qué somos nosotros y qué debemos tener en cuenta. Y es que, en verdad, no somos nada si nos alejamos de Dios y de su Hijo y, claro del Espíritu Santo. 

El caso es que Jesucristo lo dice con claridad meridiana; "separados de mí, nada pueden hacer". Y, en fin, es que es cierto y verdad. 


JESÚS,  gracias por enseñarnos cómo debemos ser y, sobre todo, qué es lo que nos conviene.

Eleuterio Fernández Guzmán

26 de abril de 2024

Ser sal y ser luz

Mt 5, 13-16


"Jesús dijo a sus discípulos:

'Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal pierde su sabor ¿con qué se la volverá a salar? Ya no sirve para nada, sino para ser tirada y pisada por los hombres.
Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad situada en la cima de una montaña. Y no se enciende una lámpara para meterla debajo de un cajón, sino que se la pone sobre el candelero para que ilumine a todos los que están en la casa. Así debe brillar ante los ojos de los hombres la luz que hay en ustedes, a fin de que ellos vean sus buenas obras y glorifiquen a su Padre que está en el cielo.'"

COMENTARIO

En realidad, lo que hace el Hijo de Dios en este texto del Evangelio de San Mateo es poner sobre la mesa una verdad muy grande: cómo debemos ser sus hermanos y cómo podemos llegar a ser...

La sal y la luz son un ejemplo más que bueno con el que Jesucristo ilumina la vida de aquellos que quieran llamarse discípulos suyos. Y es que  tienen la justa medida de cómo debemos ser. 

Ser sal y ser luz es lo mismo que decir que no debemos esconder nuestra fe y que, por tanto, debería iluminar la vida de aquellos que están alejados de Dios y de Su Hijo. Y, sin embargo, tantas y tantas veces dejamos de ser sal y luz...

JESÚS,  gracias por marcarnos el camino hacia la vida eterna. 

Eleuterio Fernández Guzmán

23 de abril de 2024

La Verdad, así de sencillo es entenderla

 Jn 10, 22-30


"Se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación. Era invierno, y Jesús se paseaba por el Templo, en el Pórtico de Salomón.
Los judíos lo rodearon y le preguntaron: '¿Hasta cuándo nos tendrás en suspenso? Si eres el Mesías, dilo abiertamente'. Jesús les respondió: 'Ya se los dije, pero ustedes no lo creen. Las obras que hago en nombre de mi Padre dan testimonio de mí, pero ustedes no creen, porque no son de mis ovejas.
Mis ovejas escuchan mi voz, Yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy Vida eterna: ellas no perecerán jamás y nadie las arrebatará de mis manos.
Mi Padre, que me las ha dado, es superior a todos y nadie puede arrebatar nada de las manos de mi Padre.
El Padre y Yo somos una sola cosa'."

COMENTARIO

Bien sabía el Hijo de Dios que no todo el mundo iba a aceptar sus palabras ni, incluso, sus hechos. Y es verdad que cualquiera que no estuviera un poco despistado se daba cuenta de eso.

A lo mejor aquellas personas querían signos de parte de Jesucristo. Sin embargo, deberían haberse dado cuenta de que había hablado en muchas ocasiones y llevado a cabo acciones extraordinarias que deberían haberles abiertos los ojos pero...

De todas formas, Cristo lo tenía muy claro y a eso se remitía: Él daba la vida eterna pero, para eso, había que aceptarlo como Mesías y no todos lo hacían...

JESÚS,  gracias por ser franco en todas tus palabras y acciones: ni una mentira ni un paso atrás. 

Eleuterio Fernández Guzmán

20 de abril de 2024

Quien tiene palabras de vida eterna

Jn 6, 60-69


"Después de escuchar la enseñanza de Jesús, muchos de sus discípulos decían: '¡Es duro este lenguaje! ¿Quién puede escucharlo'”

Jesús, sabiendo lo que sus discípulos murmuraban, les dijo: '¿Esto los escandaliza? ¿Qué pasará, entonces, cuando vean al Hijo del hombre subir donde estaba antes?

El Espíritu es el que da Vida, la carne de nada sirve. Las palabras que les dije son Espíritu y Vida. Pero hay entre ustedes algunos que no creen”.

En efecto, Jesús sabía desde el primer momento quiénes eran los que no creían y quién era el que lo iba a entregar.

Y agregó: 'Por eso les he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede'.

Desde ese momento, muchos de sus discípulos se alejaron de Él y dejaron de acompañarlo.

Jesús preguntó entonces a los Doce: '¿También ustedes quieren irse?'

Simón Pedro le respondió: 'Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de Vida eterna. Nosotros hemos creído y sabemos que eres el Santo de Dios."

COMENTARIO 

Tampoco debe extrañarnos mucho que, en tiempos de la primera venida del Hijo de Dios, hubieran muchas personas que no estuviera de acuerdo con su predicación porque les parecía extraña y muchas veces alejada de lo que ellos pensaban y creían.

Jesucristo lo dice con toda claridad: es importante el Espíritu pero la carne no sirve para mucho. En verdad, eso lo sabían hasta aquellos que escuchaban estas palabras porque, en efecto, la carne de nada servía tras la muerte. 

Por otro lado, los Apóstoles lo tenían muy claro. Y es que habían comprendido, al menos eso sí lo habían comprendido, que las palabras de su Maestro no eran unas palabras cualesquiera sino que tenían vida eterna. ¿Adónde iban a ir que mejor fuera?

JESÚS, gracias por tus palabras de Vida Eterna. 

Eleuterio Fernández Guzmán

18 de abril de 2024

El Verdadero Pan

Jn 6, 44-51


"Jesús dijo a la gente: 'nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me envió; y Yo lo resucitaré en el último día. Está escrito en el libro de los Profetas: “Todos serán instruidos por Dios”. Todo el que oyó al Padre y recibe su enseñanza viene a mí.

Nadie ha visto nunca al Padre, sino el que viene de Dios: sólo Él ha visto al Padre. Les aseguro que el que cree tiene Vida eterna. Yo soy el pan de Vida.

Sus padres, en el desierto, comieron el maná y murieron.

Pero éste es el pan que desciende del cielo, para que aquél que lo coma no muera. Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que Yo daré es mi carne para la Vida del mundo.'"

COMENTARIO 

No es la primera vez que el Hijo de Dios habla de sí mismo poniéndose en lugar del Pan, así con mayúscula. Y es que es seguro que quería recalcar que teniéndolo a Él como alimento la salvación iba por buen camino.

En realidad, es cierto que nadie ha visto a Dios salvo Su Hijo. Pero no quiere decir que no se llegue a gozar de la vida eterna sino que hay que creer en Jesucristo, en que es el Enviado de Dios y el Mesías y El Salvador. 

Cristo se da en cada Eucaristía. Y es ahí donde debemos tomar conciencia de lo que ha supuesto para la humanidad creyente que se entregara a la muerte en la Cruz. 

JESÚS, gracias por entregarte de una forma tan total. 

Eleuterio Fernández Guzmán