26 de abril de 2023

Ser sal y ser luz

Mt 5, 13-16


"Jesús dijo a sus discípulos:

Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal pierde su sabor ¿con qué se la volverá a salar? Ya no sirve para nada, sino para ser tirada y pisada por los hombres.

Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad situada en la cima de una montaña. Y no se enciende una lámpara para meterla debajo de un cajón, sino que se la pone sobre el candelero para que ilumine a todos los que están en la casa.

Así debe brillar ante los ojos de los hombres la luz que hay en ustedes, a fin de que ellos vean sus buenas obras y glorifiquen a su Padre que está en el cielo."


COMENTARIO

Lo que dice el Hijo de Dios en este texto es verdaderamente importante porque es lo que, exactamente, deben hacer los discípulos del mismo. 

Debemos ser sal; debemos ser luz. Y eso supone que no podemos esconder la fe debajo de ningún celemín. Y esa es una recomendación que nos viene la mar de bien porque otra cosa no deberíamos poder hacer. 

En todo caso, bien lo dice Jesucristo: debe brillar lo que somos que no es otra cosa que luz en un mundo tenebroso como el que nos encontramos. 


JESÚS, gracias por ser luz y ser sal. 

Eleuterio Fernández Guzmán

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