8 de febrero de 2023

Las impurezas del corazón

Mc 7, 14-23


"Jesús, llamando a la gente, les dijo: 'Escúchenme todos y entiéndanlo bien. Ninguna cosa externa que entra en el hombre puede mancharlo; lo que lo hace impuro es aquello que sale del hombre. ¡Si alguien tiene oídos para oír, que oiga!'

Cuando se apartó de la multitud y entró en la casa, sus discípulos le preguntaron por el sentido de esa parábola. Él les dijo: '¿Ni siquiera ustedes son capaces de comprender? ¿No saben que nada de lo que entra de afuera en el hombre puede mancharlo, porque eso no va al corazón sino al vientre, y después se elimina en lugares retirados?' Así Jesús declaraba que eran puros todos los alimentos.

Luego agregó: 'Lo que sale del hombre es lo que lo hace impuro. Porque es del interior, del corazón de los hombres, de donde provienen las malas intenciones, las fornicaciones, los robos, los homicidios, los adulterios, la avaricia, la maldad, los engaños, las deshonestidades, la envidia, la difamación, el orgullo, el desatino.

Todas estas cosas malas proceden del interior y son las que manchan al hombre'”.

COMENTARIO

Por creencias particulares, el pueblo judío tenía por verdad que había alimentos que eran, en sí mismos, impuros. Y eso hacía que, lógicamente, no quisieran saber nada de ellos. Sin embargo, el Hijo de Dios también sabía que eso no era cierto ni verdad. 

En realidad, lo dice muy bien Jesucristo: es lo que sale de dentro, del corazón, lo que hace que un comportamiento sea bueno o, al contrario, pueda ser considerado reprobable. 

El caso es que el mismo Cristo pone ejemplos de lo que sale del corazón. Y es cierto que es verdad y es verdad que es cierto. 


JESÚS, 

Eleuterio Fernández Guzmán

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