Mc 3, 21-25
"Jesús decía a la multitud:
“¿Acaso se trae una lámpara para ponerla debajo de un cajón o debajo de la cama? ¿No es más bien para colocarla sobre el candelero? Porque no hay nada oculto que no deba ser revelado y nada secreto que no deba manifestarse. ¡Si alguien tiene oídos para oír, que oiga!”
Y les decía: “¡Presten atención a lo que oyen! La medida con que midan se usará para ustedes, y les darán más todavía. Porque al que tiene, se le dará, pero al que no tiene, se le quitará aún lo que tiene”."
COMENTARIO
En este texto del Evangelio de san Marcos, el Hijo de Dios nos pone sobre la pisa de cómo debemos ser y qué debemos hacer con según qué realidades espirituales. Y es que, como bien nos dice Jesucristo aquello que es bueno que se sepa no se puede esconder para que no se sepa pues lo que es mejor para el hombre debe ser reconocido por el hombre como tal.
Pero es que hay algo que nos debe hacer pensar sobre cómo tenemos en cuenta a nuestro prójimo con quien tanta relación tenemos todos los días. Y es que es más que importante saber, ¡saber!, que Dios nos va a medir con la misma vara de medir con que nosotros midamos a los demás… y eso, se diga lo que se diga, da mucho que pensar sobre qué vara utilizamos nosotros…
Y por último, algo que es muy importante: debemos tener cuidado con la fe que creemos tener porque, a lo mejor, no es la mejor ni está lo suficientemente formada. Y es que a veces podemos creer que somos más cuando, en realidad, lo que somos es menos...
JESÚS, gracias por decirnos siempre la Verdad.
Eleuterio Fernández Guzmán
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