12 de octubre de 2017

Guardar la Palabra de Dios y no olvidarla

Lc 11, 27-28

27 Sucedió que, estando él diciendo estas cosas, alzó la voz una mujer de entre la gente, y dijo: 'Dichoso el seno que te llevó y los pechos que te criaron'. 28 Pero él dijo: 'Dichos más bien los que oyen la Palabra de Dios y la guardan'”.


COMENTARIO

Jesús enseñaba siempre que podía y, por tanto, no es nada extraño que este pasaje recoja un momento, de los mucho que tuvo que haber, en el que hablaba a los que querían escucharlo.

Alguien alaba a la Virgen María. Tampoco nos extraña que alguien diga que es dichosa aquella mujer que ha amamantaron a un Maestro como era Jesucristo. Pero eso, al contrario de lo que pudiera pensarse, hizo pensar al Hijo de Dios sobre eso mismo.

No es que Jesús no quisiera a su madre, la Madre. Lo que pasa es que sabe el Hijo de Dios que hay que hacer la voluntad del Todopoderoso. Y, por eso mismo, muestra, diciendo lo que dice, que su Madre es la primera que ha escuchado la Palabra de Dios y la ha guardado en su corazón.


JESÚS, ayúdanos a guardar la Palabra de Dios en nuestro corazón y hacerla efectiva en nuestra vida.

Eleuterio Fernández Guzmán


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