Domingo
XXVI (A) del tiempo ordinario
Mt 20,28-32
“En
aquel tiempo, Jesús dijo a los sumos sacerdotes: '¿Qué os parece?
Un hombre tenía dos hijos. Llegándose al primero, le dijo: ‘Hijo,
vete hoy a trabajar en la viña’. Y él respondió: ‘No quiero’,
pero después se arrepintió y fue. Llegándose al segundo, le dijo
lo mismo. Y él respondió: ‘Voy, Señor’, y no fue.
'¿Cuál de los dos hizo la voluntad del padre?'. 'El primero', le dicen. Díceles Jesús: 'En verdad os digo que los publicanos y las rameras llegan antes que vosotros al Reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros por camino de justicia, y no creísteis en Él, mientras que los publicanos y las rameras creyeron en Él. Y vosotros, ni viéndolo, os arrepentisteis después, para creer en Él'.
COMENTARIO
Quienes
nos consideramos hijos de Dios sabemos que el Padre, de una manera o
de otra, se dirige a nosotros para hacernos indicación de cuál es
nuestra misión y qué es lo que debemos hacer conb nuestra vida de
hijos suyos.
Podemos
adoptar la decisión de seguir aquello que nos dice pero lo podemos
hacer de una forma mentirosa. Es decir podemos decir que no seguimos
sus indicaciones pero, al final, dándonos cuenta de lo que significa
eso, seguirlas. Al fin... cuenta lo que hagamos.
Pero
también podemos tratar de disimular y hacer como que sí... siendo
no. Tal forma de actuar, además de mostrar una forma de ser falsa
demuestra que no conocemos que Dios conoce, a su vez, neustros
corazones y nuestras verdaderas intenciones.
JESÚS,
quieres
que cumplamos la voluntad de tu Padre y que lo hagamos directamente,
sin subterfugios. Ayúdanos a ser como debemos ser: hijos de Dios.
Eleuterio
Fernández Guzmán
No hay comentarios:
Publicar un comentario