Mc 14, 12.a.22-25
"12 El
primer día de los Ácimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le
dijeron a Jesús sus discípulos: '¿Dónde quieres que vayamos a prepararte
la cena de Pascua?'. 22 Mientras comían, tomó pan y, pronunciando la
bendición, lo partió y se lo dio diciendo: 'Tomad, esto es mi cuerpo».
23 Después tomó el cáliz, pronunció la acción de gracias, se lo dio y
todos bebieron. 24 Y les dijo: 'Esta es mi sangre de la alianza, que es
derramada por muchos. 25 En verdad os digo que no volveré a beber del
fruto de la vid hasta el día que beba el vino nuevo en el reino de
Dios'."
COMENTARIO
Podemos
imaginar lo que pasaba por el corazón de aquellos que, en aquella Última
Cena, escuchaban aquellas palabras del Hijo de Dios.
En
realidad, lo hacía Jesucristo era instaurar la Santa Misa con aquellas
palabras que, desde entonces, han sido recordadas y lo son millones y
millones de veces.
Y, en verdad, las últimas palabras de Cristo son bastante enigmáticas.
JESÚS, gracias por ir preparando el camino hacia el definitivo Reino de Dios llamado Cielo.
Eleuterio Fernández Guzmán
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