Jn 4, 27-31a
"Jesús
dijo a sus discípulos: 'Les dejo la paz, les doy mi paz, pero no como la
da el mundo. ¡No se inquieten ni teman! Me han oído decir: ‘Me voy y
volveré a ustedes’. Si me amaran, se alegrarían de que vuelva junto al
Padre, porque el Padre es más grande que yo. Les he dicho esto antes que
suceda, para que cuando se cumpla, ustedes crean. Ya no hablaré mucho
más con ustedes, porque está por llegar el Príncipe de este mundo: él
nada puede hacer contra mí, pero es necesario que el mundo sepa que yo
amo al Padre y obro como él me ha ordenado.'"
COMENTARIO
Ya
podemos imaginar cómo se encontraban aquellos que estaban más cerca del
Hijo de Dios. Cuando se dan cuenta de que, en efecto, va a morir...
ciertamente sus corazones se vinieron abajo como, humanamente, es
comprensible.
Jesucristo
tranquiliza sus corazones porque sabe muy bien que es lo que debe
hacer. Incluso les dice que deberían alegrarse por lo que va a pasar
aunque, es seguro, su estado de ánimo no era, precisamente, de alegría.
El caso
es que lo que pasaba era, sencillamente, que aún no habían acabado de
comprender todo lo que les había dicho el Hijos de Dios. Y por eso
Jesucristo trataba de que comprendieran, al menos, lo elemental: un día
creerán en todo.
JESÚS, gracias por tratar de explicar lo que, para nosotros, es inexplicable...
Eleuterio Fernández Guzmán
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