Mc 13, 33-37
“33’ Estad
atentos y vigilad, porque ignoráis cuándo será el momento. 34 Al igual que un
hombre que se ausenta: deja su casa, da atribuciones a sus siervos, a cada uno
su trabajo, y ordena al portero que
vele; 35 velad, por tanto, ya que no sabéis cuándo viene el dueño de la casa,
si al atardecer, o a media noche, o al cantar del gallo, o de madrugada. 36 No
sea que llegue de improviso y os encuentre dormidos. 37 Lo que a vosotros digo,
a todos lo digo: ¡Velad!’”
COMENTARIO
No podemos negar que
Jesucristo es perseverante. Es decir, que no se cansa nunca de decir aquello
que nos conviene por muy pesado que creamos que es. Sabe que tiene que cumplir
una misión…. ¡Y la cumple a la perfección!
El aviso sobre la
atención que debemos prestar a nuestra vida para no olvidar de Quién somos
hijos, es de tal trascendencia, que el Hijo de Dios no duda en avisar, a tal
respecto, muchas veces.
Sabe que Dios nos puede
llamar en cualquier momento. Por eso habla Cristo del atardecer, a la madrugada
o al amanecer. Por eso nos pide, casi por favor, que velemos, para no ser
sorprendidos por Quien nos ha de juzgar.
JESÚS,
ayúdanos a velar;
ayúdanos a no descuidar nuestra vida espiritual.
Eleuterio Fernández
Guzmán
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