Jueves XXXII del tiempo
ordinario
Lc 17,20-25
“En aquel tiempo, los fariseos
preguntaron a Jesús cuándo llegaría el Reino de Dios. Él les respondió: ‘El
Reino de Dios viene sin dejarse sentir. Y no dirán: ‘Vedlo aquí o allá’, porque
el Reino de Dios ya está entre vosotros’.
Dijo a sus discípulos: ‘Días vendrán en que desearéis ver uno solo de los días del Hijo del hombre, y no lo veréis. Y os dirán: ‘Vedlo aquí, vedlo allá’. No vayáis, ni corráis detrás. Porque, como relámpago fulgurante que brilla de un extremo a otro del cielo, así será el Hijo del hombre en su día. Pero, antes, le es preciso padecer mucho y ser reprobado por esta generación’”.
COMENTARIO
La llega del Reino de Dios era esperada por el pueblo escogido por el
Creador con ansia y esperanza. En realidad, era lo que lo había sostenido desde
que Abrahám dejó la tierra donde vivía para seguir a Quien le había dicho que
lo siguiera.
La cosa, sin embargo, no iba a ser tan fácil. Muchos iban a arrogarse el
papel de Mesías y de Enviado de Dios y, así, traer su Reino. Sin embargo
deberían tener cuidado, y ahora también, ante tamañas pretensiones.
Lo que quiere decir Jesús a sus discípulos es que el Reino de Dios está,
ya, entre ellos. Y es así porque Cristo es el Reino que tanto habían esperado
aquellos que, entonces, le escuchaban.
JESÚS, ayúdanos a darnos cuenta de que Tú eres el Reino
de Dios y que no debemos esperar más.
Eleuterio Fernández Guzmán
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