28 de noviembre de 2020

Aviso más que necesario

Lc 21,34-36

"Cuidad que no se emboten vuestros corazones por el libertinaje, por la embriaguez y por las preocupaciones de la vida y venga aquel Día de improviso sobre vosotros, como un lazo; porque vendrá sobre todos los que habitan toda la faz de la tierra. Estad en vela, pues, orando en todo tiempo para que tengáis fuerza, logréis escapar y podáis manteneros en pie delante del Hijo del hombre."


COMENTARIO


Ya son varios los días en los que el Hijo del hombre advierte, nos advierte, de lo que pasará cuando llegue el tiempo en el que ha de venir por segunda vez y juzgar a vivos y a muertos. Y el caso es que lo que nos dice mueve, muchas veces, a miedo y que nos tentemos la ropa antes de hacer algo. Y es que lo que pretende Jesucristo con esto es que estemos preparados para tal momento y por muchas veces que digamos y repitamos esto nunca será suficiente ni estará mal decirlo sino todo lo contrario.

Jesucristo, que nos quiere como se quiere a lo que más se quiere, pretende y ansía que hagamos caso a sus palabras y nos mantengamos de pie junto a Él cuando llegue tal momento. Y, sin embargo, podemos decir que eso no es sólo aplicable a “entonces”, cuando eso sea que pase. No. Ahora mismo y desde ahora mismo debemos tener eso en cuenta y permanecer siempre junto al Hijo de Dios, según es la Voluntad de su Padre Eterno.


JESÚS, gracias por tanto amor como nos muestras al decirnos esto.


Eleuterio Fernández Guzmán

27 de noviembre de 2020

No ha de pasar la Palabra de Dios

Lc 21, 29-33

"Les añadió una parábola: 'Mirad la higuera y todos los demás árboles. Cuando veis que echan brotes, sabéis que el verano está ya cerca. Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que el Reino de Dios está cerca. Yo os aseguro que no pasará esta generación hasta que todo esto suceda. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán."


COMENTARIO


Es bien cierto que, en muchas ocasiones, el Hijo de Dios advierte acerca de lo que ha de venir y pasar. Y nada de eso es nada sencillo ni de entender ni de aceptar por un corazón contrito y miedoso como suele ser el del ser humano. Sin embargo, debemos aceptar que lo que ha de pasar ha de pasar porque es Voluntad de Dios que así sea y, por tanto, nada de lo que nosotros podamos oponer conseguirá que no pase. Por eso en muchas ocasiones Jesucristo nos dice que, a pesar de eso, debemos confiar en Dios.


El caso es que lo que nos dice Cristo al final de este texto del Evangelio de San Lucas es algo más que importante. Y es que habla, nos habla, con Palabra Dios pues es Dios hecho hombre. Y deberíamos no olvidar nunca que tal Palabra no ha de pasar nunca ni nunca pasará lo que quiere decir que nos debería valer para ahora y para siempre.


JESÚS, gracias por hablar de esa forma tan directa y tan clara.


Eleuterio Fernández Guzmán

26 de noviembre de 2020

Estar preparados

Lc 21, 20-28

"Cuando veáis a Jerusalén cercada por ejércitos, sabed entonces que se acerca su desolación. Entonces, los que estén en Judea que huyan a los montes; los que estén en medio de la ciudad que se alejen; y los que estén en los campos que no entren en ella; porque éstos son días de venganza en los que se cumplirá todo cuanto está escrito. ¡Ay de las que estén encinta o criando en aquellos días! 'Habrá, en efecto, una gran calamidad sobre la tierra y cólera contra este pueblo. Caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones y Jerusalén será pisoteada por los gentiles, hasta que el tiempo de los gentiles llegue a su cumplimiento. 'Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, angustia de la gente, trastornada por el estruendo del mar y de las olas. Los hombres se quedarán sin aliento por el terror y la ansiedad ante las cosas que se abatirán sobre el mundo, porque las fuerzas de los cielos se tambalearán. Y entonces verán venir al Hijo del hombre en una nube con gran poder y gloria. Cuando empiecen a suceder estas cosas, cobrad ánimo y levantad la cabeza, porque se acerca vuestra liberación.'



COMENTARIO


Es bien cierto que, en algunas ocasiones, diera la impresión de que el Hijo de Dios quiere darnos miedo. Y, ciertamente, así, es. Lo que pasa es que el miedo que quiere darnos es aquel del que se dice “que guarda la viña”.

Ciertamente, se queda mucho mejor con la gente cuando se dice, sólo, cosas bonitas o, en fin, lo que el publico quiere escuchar. Sin embargo, si eso no coincide con la verdad… como que nos conviene, en el fondo de las cosas.

Cuando Jesucristo dice lo que dice en este texto del Evangelio de San Lucas no lo hace para que tengamos miedo sino para que estemos preparados. Y es cierto que, según lo que dice, diera la impresión de que tal tiempo aún no ha llegado pero quien sabe si puede ser mañana. Por eso debemos mantener siempre la esperanza de la salvación porque por ella murió el Hijo de Dios.


JESÚS, gracias por ser tan crudo pero tan verdadero con tus palabras.


Eleuterio Fernández Guzmán

25 de noviembre de 2020

Ser perseverantes


Lc 21, 12-19

"'Pero, antes de todo esto, os echarán mano y os perseguirán, os entregarán a las sinagogas y cárceles y os llevarán ante reyes y gobernadores por mi nombre; esto os sucederá para que deis testimonio. Proponed, pues, en vuestro corazón no preparar la defensa, porque yo os daré una elocuencia y una sabiduría a la que no podrán resistir ni contradecir todos vuestros adversarios. Seréis entregados por padres, hermanos, parientes y amigos, y matarán a algunos de vosotros. Todos os odiarán por causa de mi nombre. Pero no perecerá ni un cabello de vuestra cabeza. Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas.'"

COMENTARIO


Es difícil negar que el Hijo de Dios cuando ha de decir qué va a pasar y lo dice con todo el corazón y toda el alma, hay momentos en los que podría parecer mejor taparse los oídos. Y es que, en este caso del Evangelio de San Lucas, sólo puede causar preocupación lo que nos dice.


Sin embargo, el mismo Jesucristo nos dice que no debemos tener miedo porque Él saldrá en nuestra defensa de la forma como tenga que ser eso. Y eso a tenor de lo que nos dice al respecto de que serán los nuestros, podría ser, quienes maquinen contra nosotros.


El caso es que en las Bienaventuranzas ya dice Cristo que no debemos tener, sino lo contrario, cuando nos persigan en su nombre. Y eso lo que certifica ahora diciéndonos que un sólo cabello de nuestra cabeza perecerá si la persecución es por eso. Por eso nos conviene ser perseverantes en la fe y estar siempre en vela.



JESÚS, gracias por alegrarnos el corazón.


Eleuterio Fernández Guzmán

24 de noviembre de 2020

No debemos tener miedo



Lc 21, 5-11

"Como algunos hablaban del Templo, de cómo estaba adornado de bellas piedras y ofrendas votivas, él dijo: 'De esto que veis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea derruida.' Le preguntaron: 'Maestro, ¿cuándo sucederá eso? Y ¿cuál será la señal de que todas estas cosas están para ocurrir?' Él dijo: 'Mirad, no os dejéis engañar. Porque vendrán muchos usurpando mi nombre y diciendo: `Yo soy' y `el tiempo está cerca'. No les sigáis. Cuando oigáis hablar de guerras y revoluciones, no os aterréis; porque es necesario que sucedan primero estas cosas, pero el fin no es inmediato.» Entonces les dijo: 'Se levantará nación contra nación y reino contra reino. Habrá grandes terremotos, peste y hambre en diversos lugares, habrá cosas espantosas y grandes señales del cielo.'"


COMENTARIO


Las palabras que el Hijo de Dios dedica a los que entonces le escuchaban no eran, digamos, como para tranquilizar a quien las pudiera oír. Sin embargo, pasados muchos siglos desde entonces y esperando, como estamos, los momentos a los que se refiere bien sabemos que sí, que eso que nos dice se ha de cumplir y que no va a haber ni una sola tilde que no se lleve a cabo porque eso que dice es Palabra de Dios.


Sin embargo, también nos dice Jesucristo que no debemos tener miedo. Y es que la esperanza en llegada de su segunda venida al mundo ha de ser más que suficiente como para que encaremos lo que antes ha de suceder.



JESÚS, gracias por ponernos sobre la pista de lo que ha de pasar.


Eleuterio Fernández Guzmán

23 de noviembre de 2020

Las medidas de Dios


Lc 21, 1-4

 

“Alzando la mirada, vio a unos ricos que echaban sus donativos en el arca del Tesoro; vio también a una viuda pobre, que echaba allí dos moneditas, y dijo: ‘De verdad os digo que esta viuda pobre ha echado más que nadie. Porque todos éstos han echado como donativo de lo que les sobra, ésta en cambio ha echado de lo que necesita, de todo lo que tiene para vivir.’”

 

COMENTARIO

 

Ciertamente, las medidas que tiene Dios sobre las cosas no son las mismas que tenemos los seres humanos, hijos suyos. Y es que había, en el Tesoro, algunos que creían que mucho habían hecho por Dios echando mucho dinero.

 

Los que andaban contentos lo hacían porque habían echado, en realidad, lo que se les sobraba y eso es visto por Dios no, precisamente, como algo muy bueno no dejando de ser importante. Y es que la intención cuenta mucho en esto del espíritu y del alma…

 

Aquella mujer, sin embargo, debía tener una fe, digamos, bien asentada en su corazón porque había echado lo poco que le quedaba, incluso, para comer. Y, como aquel publicano que, al final del Templo diciéndole a Dios que era un pecador y fue quien fue a su casa justificado  o perdonado, aquella mujer, que echó lo que creía que era muy importante para Dios… también fue a su casa justificada y perdonada.

 

 

 

JESÚS,  gracias por poner las cosas en su sitio.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

22 de noviembre de 2020

Hacer según quiere Cristo


Mt 25, 31-46

 

31’Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles, entonces se sentará en su trono de gloria. 32 Serán congregadas delante de él todas las naciones, y él separará a los unos de los otros, como el pastor separa  las ovejas de los cabritos.33 Pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. 34 Entonces dirá el Rey a los de su derecha: ‘Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo.35Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis;36 estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a verme.’37 Entonces los justos le responderán: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; o sediento, y te  dimos de beber? 38 ¿Cuándo te vimos forastero, y te acogimos; o desnudo, y te vestimos? 39 ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a verte?’ 40 Y el Rey les dirá: En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis.’ 41   Entonces dirá también a los de su izquierda: ‘Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles. 42  Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; 43 era forastero, y no me acogisteis; estaba desnudo, y no me vestisteis; enfermo y en la cárcel, y no me visitasteis.’ 44 Entonces dirán también éstos: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento o forastero o desnudo o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?’ 45 Y él entonces les responderá: ‘En verdad os digo que cuanto dejasteis de hacer con uno de estos más pequeños, también conmigo dejasteis de hacerlo.’ 46 E irán éstos a un castigo eterno, y los justos a una vida eterna”.

 

 

 

COMENTARIO

 

En realidad, lo que nos dice el Hijo de Dios acerca del comportamiento que debemos seguir no es nada del otro mundo sino, precisamente, de éste y de cómo debemos hacer para alcanzar el definitivo Reino de Dios llamado Cielo.

 

Nosotros podemos adoptar dos actitudes que, según sea una u otra, el resultado también será uno u otro. Y es a nosotros a quien nos corresponde decidir a qué carta nos quedamos.

 

El caso es que hacer según quiere Dios que hagamos o lo contrario tiene claros resultados de cara a la vida después de la muerte. Y es que la vida eterna nos está reservada si hacemos según quiere Dios y no si no lo hacemos. Es así de simple y sencillo.

 

 

JESÚS, gracias por poner las cartas sobre la mesa.

 

Eleuterio Fernández Guzmán