1 de septiembre de 2018

Saber lo que nos conviene



Mt 25, 14-26a.28-30

14 «Es también como un hombre que, al ausentarse, llamó a sus siervos y les encomendó su hacienda: 15 a uno dio cinco talentos, a otro dos y a otro uno, a cada cual según su capacidad; y se ausentó. 16 Enseguida, el que había recibido cinco talentos se puso a negociar  con ellos y ganó otros cinco. 17 Igualmente el que había recibido dos ganó otros dos. 18 En cambio el que había recibido uno se fue, cavó un hoyo en tierra y escondió el dinero de su señor.
19 Al cabo de mucho tiempo, vuelve el señor de aquellos siervos y ajusta cuentas con ellos. 20 Llegándose el que había recibido cinco talentos, presentó otros cinco, diciendo: "Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes otros cinco que he ganado." 21 Su señor le dijo: "¡Bien, siervo bueno y fiel!; en lo poco has sido fiel, al frente de lo mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor." 22 Llegándose también el de los dos talentos dijo: "Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes otros dos que he ganado." 23 Su señor le dijo: "¡Bien, siervo bueno y fiel!; en lo poco has sido fiel, al frente de lo mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor." 24 Llegándose también el que había recibido un talento dijo: "Señor, sé que eres un hombre duro, que cosechas donde no sembraste y recoges donde no esparciste. 25 Por eso me dio miedo, y fui y escondí en tierra tu talento. Mira, aquí tienes lo que es tuyo."
26 Mas su señor le respondió: "Siervo malo y perezoso, sabías que yo cosecho donde no sembré y recojo donde no esparcí; 28 Quitadle, por tanto, su talento y dádselo al que tiene los diez talentos. 29 Porque a todo el que tiene, se le dará y le sobrará; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. 30 Y a ese siervo inútil, echadle a las tinieblas de fuera. Allí será el llanto y el rechinar de dientes."


COMENTARIO

La parábola de los talentos también es una advertencia a todos los que escuchan al Hijo de Dios. Y es que Jesucristo quiere demostrar, y lo hace predicando muchas veces, que no es fácil salvarse pero que, tampoco, es imposible.

Es bien cierto que Dios entrega, a cada uno de sus hijos, unos dones, unos talentos. Y no los entrega para que los tengamos escondidos debajo de algún celemín. No. Quiere que los hagamos rendir en beneficio del prójimo.

Hay, sin embargo, quien esconde los talentos como si fuera algo, exclusivamente, suyo. El Hijo de Dios habla aquí de que aquellos que creen que tienen algo… de fe… les será arrebatado porque, en realidad, no tienen nada.


JESÚS, ayúdanos a ser de los que hagamos rendir los talentos.

Eleuterio Fernández Guzmán


31 de agosto de 2018

Estar preparados



Mt 25,1-13

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: ‘El Reino de los Cielos será semejante a diez vírgenes, que, con su lámpara en la mano, salieron al encuentro del novio. Cinco de ellas eran necias, y cinco prudentes. Las necias, en efecto, al tomar sus lámparas, no se proveyeron de aceite; las prudentes, en cambio, junto con sus lámparas tomaron aceite en las alcuzas. Como el novio tardara, se adormilaron todas y se durmieron. Mas a media noche se oyó un grito: ‘¡Ya está aquí el novio! ¡Salid a su encuentro!’. Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron y arreglaron sus lámparas. Y las necias dijeron a las prudentes: ‘Dadnos de vuestro aceite, que nuestras lámparas se apagan’. Pero las prudentes replicaron: ‘No, no sea que no alcance para nosotras y para vosotras; es mejor que vayáis donde los vendedores y os lo compréis’. Mientras iban a comprarlo, llegó el novio, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de boda, y se cerró la puerta. Más tarde llegaron las otras vírgenes diciendo: ‘¡Señor, señor, ábrenos!’. Pero él respondió: ‘En verdad os digo que no os conozco’. Velad, pues, porque no sabéis ni el día ni la hora’”.


COMENTARIO

Cuando el Hijo de Dios habla a los que le escuchan lo hace de forma que pueda ser entendido. Por eso hace uso de parábolas que, siempre, resultan más comprensibles. Y es lo que hace con el caso de las vírgenes que se van a casar.

Hay quien cree que, a lo mejor, a la hora de salvarse para siempre, para la vida eterna, le será suficiente con arrepentirse de lo mal hecho en el justo momento de morirse. Lo que pasa es que no se suele saber cuál es tal momento y, a lo mejor, al llegar al mismo no estamos, siquiera, para darnos cuenta de lo que importa.

Hay quien, sin embargo, sabe que llegado el momento de la muerte es necesario estar preparado. Por eso, como las vírgenes sensatas o prudentes, preparan su alma para tal momento sabiendo que, cuando llegue, podría ser demasiado tarde.
JESÚS,  ayúdanos a estar preparados para el momento de la muerte, a ser prudentes.



Eleuterio Fernández Guzmán

30 de agosto de 2018

Estar preparados



Mt 24,42-51


En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: ‘Velad, pues, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Entendedlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora de la noche iba a venir el ladrón, estaría en vela y no permitiría que le horadasen su casa. Por eso, también vosotros estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre. ¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, a quien el señor puso al frente de su servidumbre para darles la comida a su tiempo? Dichoso aquel siervo a quien su señor, al llegar, encuentre haciéndolo así. Yo os aseguro que le pondrá al frente de toda su hacienda. Pero si el mal siervo aquel se dice en su corazón: ‘Mi señor tarda’, y se pone a golpear a sus compañeros y come y bebe con los borrachos, vendrá el señor de aquel siervo el día que no espera y en el momento que no sabe, le separará y le señalará su suerte entre los hipócritas; allí será el llanto y el rechinar de dientes’”.


COMENTARIO

El hecho de no saber cuándo seremos llamados por Dios para presentarnos ante su tribunal es una realidad que nos debería hacer pensar más de lo que, por lo general, nos hace pensar. Hay que estar preparados.

Prepararse para la venida de Jesucristo en su Parusía o para presentarse ante Dios sólo se puede hacer de una forma: siguiendo la voluntad del Creador y cumpliendo su Ley.

El nuestra preparación para tal momento resultará bien un juicio para bien o un juicio para mal eterno nuestro. Estamos, por lo tanto, avisados de qué tenemos que hacer y, por lo tanto, no podemos argumentar a favor nuestro pretextando ignorancia: Dios lleva muchos siglos diciendo que, en cualquier momento, viene o nos llama.


JESÚS, nos quieres preparados. La preparación es seguirte y hacer como haces Tú, Hijo de Dios y hermano nuestro. Es cierto que no siempre podemos porque nos sentimos atraídos por el mundo y sus vivencias. Sin embargo, depende de lo que hagamos lo que será nuestra vida eterna.


Eleuterio Fernández Guzmán


29 de agosto de 2018

La fe de Juan el Bautista



Mc 6,17-18.21-29

En aquel tiempo, Herodes había enviado a prender a Juan y le había encadenado en la cárcel por causa de Herodías, la mujer de su hermano Filipo, con quien Herodes se había casado. Porque Juan decía a Herodes: ‘No te está permitido tener la mujer de tu hermano’.

Y llegó el día oportuno, cuando Herodes, en su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a los tribunos y a los principales de Galilea. Entró la hija de la misma Herodías, danzó, y gustó mucho a Herodes y a los comensales. El rey, entonces, dijo a la muchacha: ‘Pídeme lo que quieras y te lo daré’. Y le juró: ‘Te daré lo que me pidas, hasta la mitad de mi reino’. Salió la muchacha y preguntó a su madre: ‘¿Qué voy a pedir?’. Y ella le dijo: ‘La cabeza de Juan el Bautista’. Entrando al punto apresuradamente adonde estaba el rey, le pidió: ‘Quiero que ahora mismo me des, en una bandeja, la cabeza de Juan el Bautista’. El rey se llenó de tristeza, pero no quiso desairarla a causa del juramento y de los comensales. Y al instante mandó el rey a uno de su guardia, con orden de traerle la cabeza de Juan. Se fue y le decapitó en la cárcel y trajo su cabeza en una bandeja, y se la dio a la muchacha, y la muchacha se la dio a su madre. Al enterarse sus discípulos, vinieron a recoger el cadáver y le dieron sepultura”.

COMENTARIO    

Juan el Bautista, quien en el Jordán no quiso bautizar a su primo Jesús pero no tuvo más remedio que hacerlo, se encuentra en una pésima situación. Por cumplir con la misión que tenía que cumplir se ve con sus proféticos huesos en la cárcel.

El Mal nunca descansa. Todo estaba preparado y más que preparado por el Príncipe de este mundo. De seguro había entrado en el corazón de Herodías y de su hija. Ellas, viendo la ocasión preparada por el Maligno, no dudan en aprovecharla para quitar de en medio a quien tanto las denunciaba.

El martirio de Juan el Bautista es ejemplo de algo que muchas veces se olvida: la fe. Aquel hombre, enjuto y que vivía de lo que encontraba en el desierto, estaba asistido muy especialmente por el Espíritu Santo. Por eso no cayó cuando debía hablar.

JESÚS, ayúdanos a imitar la fe de tu primo Juan.

Eleuterio Fernández Guzmán

28 de agosto de 2018

Lo que importa de la Ley de Dios



Mt 23,23-26

En aquel tiempo, Jesús dijo: ‘¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que pagáis el diezmo de la menta, del aneto y del comino, y descuidáis lo más importante de la Ley: la justicia, la misericordia y la fe! Esto es lo que había que practicar, aunque sin descuidar aquello. ¡Guías ciegos, que coláis el mosquito y os tragáis el camello! ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que purificáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro están llenos de rapiña y codicia! ¡Fariseo ciego, purifica primero por dentro la copa, para que también por fuera quede pura!’.

COMENTARIO

Jesús no ceja en el empeño de hacer cumplir la Ley de Dios. Para eso vino y, como Él mismo diría, tenía que cumplirse hasta la última tilde de la misma. Pero hacer eso supone poner a disposición del Creador el mismo corazón.

Es cierto que se llega a tergiversar tanto la voluntad de Dios que acaba por no serlo. Por eso critica tanto Jesucristo lo que hacen aquellas personas y que no es otra cosa que hacer que sea más importante lo que es, en realidad, menos.

Justicia, misericordia y fe. Son tres realidades espirituales y, también, materiales en cuanto se plasmen en la realidad de las personas, que no se tenían en cuenta. Para eso Jesús vino y por eso, precisamente por eso murió de muerte de cruz.


JESÚS, tú querías siempre que comprendiésemos la verdadera, la única, voluntad de Dios. Sin embargo, nosotros, tus discípulos (o que nos hacemos llamar así) no nos conviene mucho o, mejor, hacemos que no nos convenga porque nos viene mejor la falta de justicia para satisfacer nuestro egoísmo, la falta de misericordia para imponer nuestro criterio y, con todo, la falta de fe, que sostiene a una y otra virtud.



Eleuterio Fernández Guzmán


27 de agosto de 2018

¡Cuidado con ser hipócritas!

Mt 23, 13-22

“13 ‘¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que cerráis a los hombres el Reino de los Cielos! Vosotros ciertamente no entráis; y a los que están entrando no les dejáis entrar. 15 ‘¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que recorréis mar y tierra para hacer un prosélito, y, cuando llega a serlo, le hacéis hijo de condenación el doble que vosotros! 16 ‘¡Ay de vosotros, guías ciegos, que decís: ‘Si uno jura por el Santuario, eso no es nada; mas si jura por el oro del Santuario, queda obligado!’ 17 ¡Insensatos y ciegos! ¿Qué es más importante, el oro, o el Santuario que hace sagrado el oro? 18 Y también: ‘Si uno jura por el altar, eso no es nada; mas si jura por la ofrenda que está sobre él, queda obligado.’
19 ¡Ciegos! ¿Qué es más importante, la ofrenda, o el altar que hace sagrada la ofrenda? 20 Quien jura, pues, por el altar, jura por él y por todo lo que está sobre él. 21 Quien jura por el Santuario, jura por él y por Aquel que lo habita. 22 Y quien jura por el cielo, jura por el trono de Dios y por Aquel que está sentado en él.’”


COMENTARIO

Las advertencias que hace el Hijo de Dios a los fariseos y a los escribas, podríamos decir, a lo mejor nos las podemos aplicar nosotros mismos por muchos años que hayan pasado desde entonces.

Tergiversar el sentido de la Voluntad de Dios y hacer lo que se quiera con su Ley no es una tentación, tan sólo, de los que tienen poder y pueden, por así decirlo, hacer eso sino que a cada uno de nosotros también nos puede pasar lo mismo.

Pero el Hijo de Dios conoce muy bien qué es lo que su Padre del Cielo quiere para su descendencia y no es, precisamente, lo que, en demasiadas ocasiones aquellos que habían sido elegidos para conducir a su pueblo, hacían.


JESÚS,  ayúdanos a cumplir la Voluntad de Dios.

Eleuterio Fernández Guzmán

26 de agosto de 2018

Espíritu y carne


Jn 6, 60-69

Muchos de sus discípulos, al oírle, dijeron: ‘Es duro este lenguaje. ¿Quién puede escucharlo?’ Pero sabiendo Jesús en su interior que sus discípulos murmuraban por esto, les dijo: ‘¿Esto os escandaliza? ¿Y cuando veáis al Hijo del hombre subir adonde estaba antes?... ‘El espíritu es el que da vida; la carne no sirve para nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y son vida. ‘Pero hay entre vosotros algunos que no creen.’ Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían y quién era el que lo iba a entregar. Y decía: ‘Por esto os he dicho que nadie puede venir a mí si no se lo concede el Padre.’ Desde entonces muchos de sus discípulos se volvieron atrás y ya no andaban con él. Jesús dijo entonces a los Doce: ‘¿También vosotros queréis marcharos?’ Le respondió Simón Pedro: ‘Señor, ¿donde quién vamos a ir? Tú tienes palabras de vida eterna, y nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios.’”

COMENTARIO      


En este diálogo Jesús deja claro algo muy importante que tiene todo que ver con la vida eterna y, ahora mismo, con lo que se hace en el mundo. Y es que no es lo mismo el mundo que el espíritu y eso debían comprender qué significaba.

Bien dice Jesús que la carne no sirve para nada. Quería decir que al morir desaparece, se vuelve polvo, y, en realidad, de poco ha servido lo hecho por ella en vida. El Espíritu, sin embargo, es lo que perdura y es lo que, al fin y al cabo, hay que cuidar y tener en cuenta.

Muchos, claro está, al escuchar aquellas palabras, creían que sería difícil seguirlo. Pero Pedro, inspirado por el Espíritu Santo, dice una gran verdad: Cristo tiene palabra de vida eterna. ¿Se puede seguir a otro?

JESÚS, ayúdanos a comprender tus palabras.

Eleuterio Fernández Guzmán