5 de mayo de 2018

No ser del mundo

Jn 15,18-21

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: ‘Si el mundo os odia, sabed que a mí me ha odiado antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero, como no sois del mundo, porque yo al elegiros os he sacado del mundo, por eso os odia el mundo. Acordaos de la palabra que os he dicho: El siervo no es más que su señor. Si a mí me han perseguido, también os perseguirán a vosotros; si han guardado mi Palabra, también la vuestra guardarán. Pero todo esto os lo harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me ha enviado’”.



COMENTARIO

Jesús sabía que sus discípulos iban a ser perseguidos. Él lo había sido y el discípulo no puede ser más que el Maestro. Pero eso no debe preocuparnos porque al igual que Cristo venció a la muerte también  nosotros resultaremos vencedores de las asechanzas del Maligno.

Jesús escoge a sus discípulos. Por eso tenemos la garantía divina de haber sido salvados por una muerte en cruz. Por eso el mundo odia a sus discípulos y por eso, precisamente por eso, la victoria la tenemos asegurada.

Jesús, sin embargo, nos pide algo: debemos guardar su Palabra, Palabra de Dios. Así, poniéndola en práctica en nuestra vida ordinaria alcanzaremos la vida eterna por haber cumplido la voluntad de Dios.


JESÚS, ayúdanos a guardar tu santa y verdadera Palabra.

Eleuterio Fernández Guzmán

4 de mayo de 2018

El Amor de Dios


Jn 15,12-17

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: ‘Éste es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. No os llamo ya siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a vosotros os he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca; de modo que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda. Lo que os mando es que os améis los unos a los otros’”.


COMENTARIO

La doctrina de Cristo es doctrina de Dios. Por eso su Hijo enseña lo mejor que debemos aprender. Y el mandamiento nuevo, aquel que había traído al mundo del definitivo Reino de Dios: el amor.

El Amor de Dios es el mandamiento más amado por el Padre. Quien ama según es la voluntad de Dios hace lo mejor para sí mismo y para su prójimo. Por eso Jesús se entregó a sus amigos y al mundo entero con una muerte terrible: lo hizo por amor.

Dice Jesús algo importante: es Él quien nos elige a nosotros y lo hace no para que nos quedemos mirando nuestra fe y la escondamos debajo de cualquier celemín sino para que vayamos al mundo y demos fruto abundante.


JESÚS, ayúdanos a saber amar como tú amas.

Eleuterio Fernández Guzmán


3 de mayo de 2018

El Camino, la Verdad y la Vida



Jn 14, 6-15

“6 Le dice Jesús: ‘Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí. 7 Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre; desde ahora lo conocéis y lo habéis visto.’ 8 Le dice Felipe: ‘Señor, muéstranos al Padre y nos basta.’ 9 Le dice Jesús: ‘¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me conoces Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: ‘Muéstranos al Padre’? 10 ¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí? Las palabras que os digo, no las digo por mi cuenta; el Padre que permanece en mí es el que realiza las obras. 11 Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Al menos, creedlo por las obras. 12 En verdad, en verdad os digo: el que crea en mí, hará él también las obras que yo hago, y hará mayores aún, porque yo voy al Padre. 13 Y todo lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.  14 Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré. 15 Si me amáis, guardaréis mis mandamientos.’”  



COMENTARIO

El Hijo de Dios conoce muy bien a las personas a las que se dirige. Por eso sabe que debe hablar con mucha claridad porque será la única forma de poder ser entendido. Por eso lo dice pronto, muy pronto, en este texto del Evangelio de San Juan.

Dice Jesucristo que es el Camino, la Verdad y la Vida. No dice, pues, nada que sea poco importante sino, al contrario, algo esencial de ser conocido por aquellos que se quieran seguir.

Es más, tal es así la realidad espiritual que eso supone que el Hijo de Dios es a Quien debemos pedir para ser escuchados por Dios. No es que no podamos hacerlo de otra forma sino que, a través de Él llegamos directamente al corazón de Dios.


JESÚS, gracias por ser el Camino, la Verdad y la Vida.

Eleuterio Fernández Guzmán

2 de mayo de 2018

Vid y sarmientos

Jn 15,1-8

“En aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: ‘Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador. Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo corta, y todo el que da fruto, lo limpia, para que dé más fruto. Vosotros estáis ya limpios gracias a la Palabra que os he anunciado. Permaneced en mí, como yo en vosotros. Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid; así tampoco vosotros si no permanecéis en mí. Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada. Si alguno no permanece en mí, es arrojado fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen, los echan al fuego y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y lo conseguiréis. La gloria de mi Padre está en que deis mucho fruto, y seáis mis discípulos’”.

COMENTARIO

Para los que no tuvieran muy claro qué era y qué suponía ser discípulo de Cristo, el Hijo del hombre, en este texto del evangelio de san Juan lo dice con toda claridad.

Jesús hace uso de imágenes propias de su tiempo. No busca elucubraciones teológicas que nadie entienda sino, como ahora, lo más sencillo. Busca ser entendido. Y la imagen de la vid y los sarmientos es clara, sencilla y fácil de comprender.

Si no estamos unidos a la vid, Cristo, nosotros, sarmientos de la misma, no podemos hacer nada. Eso se entiende con facilidad porque es lo que pasa al respecto de una vid y de sus sarmientos. Sólo quien permanece en Cristo, vid, da fruto. Quien no permanece unido a la vid… sencillamente muere.


JESÚS, ayúdanos a estar siempre unidos a ti.

Eleuterio Fernández Guzmán

1 de mayo de 2018

No conocer a Cristo

Mt 13, 54-58

“53 Y sucedió que, cuando acabó Jesús estas parábolas, partió de allí. 54 Viniendo a su patria, les enseñaba en su sinagoga, de tal manera que decían maravillados: ‘¿De dónde le viene a éste esa sabiduría y esos milagros? 55 ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? 56 Y sus hermanas, ¿no están todas entre nosotros? Entonces, ¿de dónde le viene todo esto?» 57 Y se escandalizaban a causa de él. Mas Jesús les dijo: ‘Un profeta sólo en su patria y en su casa carece de prestigio.’ 58 Y no hizo allí muchos milagros, a causa de su falta de fe.”


COMENTARIO

Podemos estar seguros que Jesucristo fue muchas veces a su tierra de Galilea. Y es que no sólo por ser su tierra sino porque, por ejemplo, en ella estaba viviendo su Madre María.

En su Nazaret había muchos que lo conocían. Vamos, que todos sabían que era el hijo del Carpintero y de María, aquella joven que lo tuvo muy joven. Eso, sin embargo, no les hacía creer más en Él sino, seguramente, al contrario.

Jesús respondía, sobre todo, a la fe que se tenía en su persona y en la creencia que se tenía de que era el Mesías, el Enviado de Dios. Por eso no nos extraña nada de nada que allí no hiciera muchos milagros porque no había, seguramente, quien creyera en Él o, al menos, no muchos.

JESÚS,   ayúdanos a creer en Ti.

Eleuterio Fernández Guzmán

30 de abril de 2018

Guardar los Mandamientos de Dios

Jn 14, 21-26

“21 ‘El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ame, será amado de mi Padre; y yo le amaré y me manifestaré a él.’ 22 Le dice Judas - no el Iscariote -: ‘Señor, ¿qué pasa para que te vayas a manifestar a nosotros y no al mundo?’ 23 Jesús le respondió: ‘Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él. 24 El que no me ama no guarda mis palabras. Y la palabra que escucháis no es mía, sino del Padre que me ha enviado. 25 Os he dicho estas cosas estando entre vosotros. 26 Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, os lo enseñará todo y os recordará todo lo que yo os he dicho.’”


COMENTARIO


Cuando el Hijo de Dios predicaba no lo hacía porque no tuviera otra cosa que hacer. Era la forma de cumplía la misión para la que había sido enviado al mundo. Y cuando habla de los Mandamientos que hay que cumplir quiere decir que, en efecto, deben ser guardados.

Es bien cierto que había, entre sus discípulos, quien no entendía demasiado bien qué quería decir cuando así hablaba. Sin embargo, era, y es, muy importante comprender que guardar la Palabra de Cristo es tenerla muy en cuenta en nuestro corazón y en nuestra vida diaria, sin esconderla ni nada por el estilo.

Pero hay más. Y es que Jesucristo informa, a los que escuchan, que el Espíritu Santo cuando sea enviado informará de todo lo que es importante saber y, además, hará recuerdo de todo aquello que había enseñado el Hijo de Dios… para que no se olvide.


JESÚS,  ayúdanos a guardar tu Palabra.

Eleuterio Fernández Guzmán

29 de abril de 2018

Somos parte de la Viña de Dios


Jn 15, 1-8

“1 'Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador. Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo corta, y todo el que da fruto, lo limpia, para que dé más fruto. 3 Vosotros estáis ya limpios  gracias a la Palabra que os he anunciado. 4 Permaneced en mí, como yo en vosotros. Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid; así tampoco vosotros si no permanecéis en mí. 5 Yo soy la vid;  vosotros los sarmientos.  El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada. 6 Si alguno no permanece en mí, es arrojado fuera, como el sarmiento,  y se seca; luego los recogen, los echan al fuego  y arden. 7 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros,  pedid lo que queráis  y lo conseguiréis. 8 La gloria de mi Padre está  en que deis mucho fruto, y seáis mis discípulos.'”

COMENTARIO

La imagen de la vid y de la viña era muy querida para el pueblo elegido por Dios. Por eso, su Hijo la utiliza para que comprendan, aquellos que le escuchan, que cada uno de ellos forma parte de la creación y que no deben querer separarse de tal viña.

Lo dice Cristo con toda claridad: no podemos hacer nada sin Él. Y eso, que parece muy radical se refiere a que no podemos hacer nada digno de ser tenido por haber sido hecho por un hijo de Dios y un hermano suyo.

Hay, sin embargo, una condición sin la cual nada de lo dicho antes, puede llevarse a cabo: debemos permanecer en Cristo. Y la permanencia en el Hijo de Dios supone, también, la permanencia en Dios mismo. Y así somos, verdaderamente, discípulos suyos.


JESÚS, ayúdanos a permanecer en Ti.

Eleuterio Fernández Guzmán