17 de febrero de 2024

Cristo nos salva

Lc 5, 27-32


"Jesús salió y vio a un publicano llamado Leví, que estaba sentado junto a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo: 'Sígueme'. Él, dejándolo todo, se levantó y lo siguió.

Leví ofreció a Jesús un gran banquete en su casa. Había numerosos publicanos y otras personas que estaban a la mesa con ellos. Los fariseos y sus escribas murmuraban y decían a los discípulos de Jesús: '¿Por qué ustedes comen y beben con publicanos y pecadores?'

Pero Jesús tomó la palabra y les dijo: 'No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos. Yo no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, para que se conviertan'"

COMENTARIO 

Como era de esperar, a la más mínima ocasión de poder criticar al Hijo de Dios había siempre gente dispuesta a hacerlo. Y es que aquellos fariseos y escribas no podían entender cómo se sentada Jesucristo en la mesa de un pecador.

Aquellos pensamientos no era nada raros porque ellos se sentían "superiores" a los que llamaban pecadores. Y, sin embargo, y como también era de esperar, el Hijo de Dios tenía la respuesta adecuada para el momento apropiado.

En realidad decía la verdad, la Verdad. Y es que había venido al mundo a salvar a quien necesitaba ser salvado y aquellos que no necesitaban salvación no era necesario que los salvara. Y ellos, los que lo criticaban, estuvieron seguros de que ellos no la necesitaban...


JESÚS, gracias por salvarnos. 

Eleuterio Fernández Guzmán

16 de febrero de 2024

Cristo, Esposo de la Iglesia

Mt 9, 14-15


"Se acercaron a Jesús los discípulos de Juan el Bautista y le dijeron: '¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos mucho mientras que tus discípulos no ayunan?'

Jesús les respondió: '¿Acaso los amigos del esposo pueden estar tristes mientras el esposo está con ellos? Llegará el momento en que el esposo les será quitado, y entonces ayunarán'."

COMENTARIO

No debe extrañarnos que fueran los discípulos del Bautista a preguntarle al Hijo de Dios las razones por las que sus discípulos no ayunaban. Y es que era algo muy asumido por el pueblo judío y, más aún, por aquellos que conocían su fe más que bien. 

La respuesta de Jesucristo debió dejarlos algo perplejos porque no dijo algo así como "porque lo digo yo" sino que entró en un mundo que ellos aún no comprendían. 

El ayuno sería, de todas formas, cuando se llevaran al novio que no era otro que Cristo, Esposo de la Iglesia. Y es seguro que no entendieron eso hasta que, en efecto, se llevaron al novio...


JESÚS, gracias por querer que entendamos lo que significó su muerte en Cruz. 

Eleuterio Fernández Guzmán