5 de diciembre de 2015

Ser trabajadores de la mies de Dios

Sábado I de Adviento

Mt 9,35—10,1.6-8

En aquel tiempo, Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena Nueva del Reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia. Y al ver a la muchedumbre, sintió compasión de ella, porque estaban vejados y abatidos como ovejas que no tienen pastor. Entonces dice a sus discípulos: ‘La mies es mucha y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies’. 

Y llamando a sus doce discípulos, les dio poder sobre los espíritus inmundos para expulsarlos, y para curar toda enfermedad y toda dolencia. A estos doce envió Jesús, después de darles estas instrucciones: ‘Dirigíos más bien a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Id proclamando que el Reino de los Cielos está cerca. Curad enfermos, resucitad muertos, purificad leprosos, expulsad demonios. Gratis lo recibisteis; dadlo gratis’”.

COMENTARIO

Sabe Cristo que debe hacer lo posible para que su mensaje, la Palabra de Dios y la santa doctrina de la Iglesia que va a fundar, debe ser transmitida al mundo. Necesita, pues, trabajadores para la mies de su Padre.

El caso es que Jesús se da cuenta de que tal misión debe ser cumplida porque aprecia que muchos andan equivocados por el mundo como ovejas que no tienen pastor. Por eso pide que, a su vez, pidamos a Dios que envíe pastores.

Y luego envía  a los doce apóstoles a evangelizar. Debían recuperar a las ovejas perdidas o, lo que es lo mismo, a los miembros del pueblo judío que se habían desviado de la voluntad de Dios.

JESÚS, ayúdanos a trabajar en tu mies.


Eleuterio Fernández Guzmán

4 de diciembre de 2015

Según nuestra fe

Viernes I de Adviento

Mt 9,27-31

Cuando Jesús se iba de allí, al pasar le siguieron dos ciegos gritando: ‘¡Ten piedad de nosotros, Hijo de David!’. Y al llegar a casa, se le acercaron los ciegos, y Jesús les dice: ‘¿Creéis que puedo hacer eso?’. Dícenle: ‘Sí, Señor’. Entonces les tocó los ojos diciendo: ‘Hágase en vosotros según vuestra fe’. Y se abrieron sus ojos. Jesús les ordenó severamente: ‘¡Mirad que nadie lo sepa!’. Pero ellos, en cuanto salieron, divulgaron su fama por toda aquella comarca.

COMENTARIO

Los que siguen a Jesús muchas veces lo hacen para ver a alguien que ha alcanzado fama de santidad. Muchos, por eso mismo, no tienen fe sino que, simplemente, quieren conocer a quien, según les dicen, hace cosas extraordinarias.

Otros, sin embargo, creían en Jesús y tenían confianza en que podría salvarles. Aquellos ciegos, por ejemplo, eran de los que estaban más que seguros que, acudiendo al Maestro, serían curados. Y así lo hacen.

Jesús no puede resistir la petición de alguien que, con corazón de carne, le reconozca como el Mesías, como el Hijo de Dios. Por eso les dice que “según vuestra fe” les curaba. Y ellos, por mucho que no quisiera el Mesías que se anunciasen aquella curación, no podían dejar de alabar a Dios.

JESÚS,  ayúdanos a tener fe.



Eleuterio Fernández Guzmán

3 de diciembre de 2015

Construir la vida sobre la Roca que es Cristo

Jueves I de Adviento
Mt 7,21.24-27

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: ‘No todo el que me diga: ‘Señor, Señor’, entrará en el Reino de los cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial. Así pues, todo el que oiga estas palabras mías y las ponga en práctica, será como el hombre prudente que edificó su casa sobre roca: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, y embistieron contra aquella casa; pero ella no cayó, porque estaba cimentada sobre roca. Y todo el que oiga estas palabras mías y no las ponga en práctica, será como el hombre insensato que edificó su casa sobre arena: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, irrumpieron contra aquella casa y cayó, y fue grande su ruina’”.

COMENTARIO

Una cosa es lo que se dice y otra, a veces muy distinta, lo que se hace. Y eso lo sabe de cada uno de sus hermanos los hombres. Por avisa acerca de que se sabe, Quien lo sabe es lo que a veces no queremos ver, todo lo que hay en nuestro corazón.

Jesús, como en muchas ocasiones, trata de que se conozca en profundidad, lo que conviene al ser humano. Y el ejemplo de la casa construida sobre roca o sobre arena.

Construir la casa sobre la roca es hacerlo sobre Cristo, Roca de la fe que nos sostiene. Sólo quien construye su vida espiritual, y material, sobre Él será capaz de sobrevivir a las embestidas del Maligno. Quien no lo haga será como el necio que la construye sobre lo perecedero y mortal.


JESÚS,  ayúdanos a construir nuestra vida sobre Ti.


Eleuterio Fernández Guzmán

2 de diciembre de 2015

Confiar en la santa Providencia de Dios

Miércoles I de Adviento

Mt 15,29-37

“En aquel tiempo, pasando de allí, Jesús vino junto al mar de Galilea; subió al monte y se sentó allí. Y se le acercó mucha gente trayendo consigo cojos, lisiados, ciegos, mudos y otros muchos; los pusieron a sus pies, y Él los curó. De suerte que la gente quedó maravillada al ver que los mudos hablaban, los lisiados quedaban curados, los cojos caminaban y los ciegos veían; y glorificaron al Dios de Israel. 

Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: ‘Siento compasión de la gente, porque hace ya tres días que permanecen conmigo y no tienen qué comer. Y no quiero despedirlos en ayunas, no sea que desfallezcan en el camino’. Le dicen los discípulos: ‘¿Cómo hacernos en un desierto con pan suficiente para saciar a una multitud tan grande?’. Díceles Jesús: ‘¿Cuántos panes tenéis?’. Ellos dijeron: ‘Siete, y unos pocos pececillos’. El mandó a la gente acomodarse en el suelo. Tomó luego los siete panes y los peces y, dando gracias, los partió e iba dándolos a los discípulos, y los discípulos a la gente. Comieron todos y se saciaron, y de los trozos sobrantes recogieron siete espuertas llenas.

COMENTARIO

Él los curó. Este texto del evangelio de San Mateo nos dice lo que Jesús hacía habitualmente. Había venido a curar a los enfermos. No sólo de cuerpo sino también de alma pero, también, a los de cuerpo. Era un signo de que había llegado el Mesías como así estaba escrito.

Pero Jesús sabe que aquellos que le siguen tienen hambre, también, de pan porque es todo punto lógico que no tuvieran nada de comer después de seguirlo unos cuantos días. Y quiere agradecérselo de la mejor manera que puede y sabe.

Jesús, según nos dice este texto, da gracias a Dios. No se pone repartir el pan y los peces sin más sino que se dirige al Padre porque sabe que todo lo puede. Y sobró comida porque para el Creador nada hay imposible.


JESÚS,  ayúdanos a confiar en la santa Providencia de Dios.


Eleuterio Fernández Guzmán

1 de diciembre de 2015

Entender lo que Dios nos quiere decir


 Martes I de Adviento
Lc 10,21-24

En aquel momento, Jesús se llenó de gozo en el Espíritu Santo, y dijo: ‘Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; y quién es el Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar’. Volviéndose a los discípulos, les dijo aparte: ‘¡Dichosos los ojos que ven lo que veis! Porque os digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, pero no lo vieron, y oír lo que vosotros oís, pero no lo oyeron’”.

COMENTARIO

Jesús sabe que Dios gusta y goza acerca de que lo que es importante para el ser humano lo conozca quien lo va a aceptar en su corazón. Y eso es lo que hace en este caso Jesús cuando se presenta ante los que le escuchan.

Jesús sabe que es el Hijo de Dios. Es más, lo sabe hasta tal punto que está más que seguro que muchos de los que le escuchan lo van a entender. Otros no pero un grupo de personas, los más sencillos, van a tener en su corazón la verdad que les está transmitiendo.

Jesús goza en transmitir que el momento que están viviendo aquellos que le escuchan es único. Es más, sabe que eso querrían haberlo visto muchos otros antes y no lo habían visto. Y ellos, muchos de ellos, no querían saber nada del que eso les decía.

JESÚS,  ayúdanos a entender las Palabras de Dios Padre


Eleuterio Fernández Guzmán

30 de noviembre de 2015

Seguir a Cristo


Mt 4,18-22

“18 Caminando por la ribera del mar de Galilea vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés, echando la red en el mar, pues eran pescadores, 19 y les dice: ‘Venid conmigo, y os haré pescadores de hombres.’ 20 Y ellos al instante, dejando las redes, le siguieron. 21 Caminando adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago el de Zebedeo y su hermano Juan, que estaban en la barca con su padre Zebedeo arreglando sus redes; y los llamó. 22 Y ellos al instante, dejando la barca y a su padre, le siguieron”.


COMENTARIO

Cuando Jesús comienza su etapa de predicación sabía que necesitaba que algunos de sus contemporáneos le echasen una mano en la labor que había comenzado a llevar a cabo. Y escoge a algunos.

Andrés y Pedro eran pescadores. Estaban llevando a cabo su oficio cuando Jesús los llama. Les dice que los va a hacer pescadores de hombres. Seguramente no entendieron que quería decir eso pero algo tuvieron que ver en Jesús para dejarlo todo y seguirlo.

Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, también eran pescadores. Al parecer, su padre era propietario de las barcas. Ellos, por tanto, dejaban mucho  más que los otros dos nombrados antes. Pero lo dejaron, incluso a su padre (con lo que eso suponía en el mundo judío) para seguir a Aquel que los había llamado.

JESÚS, ayúdanos a dejarlo todo por ti.


Eleuterio Fernández Guzmán


29 de noviembre de 2015

Prepararse; estar preparados



Lc 21, 25-28. 34-36

“‘Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y de las olas, muriéndose los hombres de terror y de ansiedad por las cosas que vendrán sobre el mundo; porque las fuerzas de los cielos serán sacudidas. Y entonces verán venir al Hijo del hombre en una nube con gran poder y gloria. Cuando empiecen a suceder estas cosas, cobrad ánimo y levantad la cabeza porque se acerca vuestra liberación.’

‘Guardaos de que no se hagan pesados vuestros corazones por el libertinaje, por la embriaguez y por las preocupaciones de la vida, y venga aquel Día de improviso sobre vosotros, como un lazo; porque vendrá sobre todos los que habitan toda la faz de la tierra. 36 Estad en vela, pues, orando en todo tiempo para que tengáis fuerza y escapéis a todo lo que está para venir, y podáis estar en pie delante del Hijo del hombre.”

COMENTARIO

Seguramente Jesús quiere, cuando dice lo que dice y que recoge este texto del Evangelio de San Lucas, causar cierto miedo en las personas que le escuchan. No es que quiera causarles daño espiritual sino que se den cuenta de lo que va a pasar.

Todas las señales a las que hace referencia son cosas terribles. Podemos pensar a qué se refiere cuando habla de las señales que habrá en la luna, en el solo o en las estrellas. Nada bueno puede ser. Pero tiene, todo eso, un sentido para Quien lo dice: sabe que va a pasar  y nos pone sobre el aviso de eso.

Pero la esperanza no se pierde. Es más, bien nos dice Jesús que la esperanza no debe perderse nunca. Y es que cuando se den las señales a las que hace referencia será el tiempo de su regreso. Vendrá para juzgar a vivos y a muertos. Por eso debemos estar preparados.


JESÚS, ayúdanos a estar preparados; a prepararnos.


Eleuterio Fernández Guzmán