11 de mayo de 2013

Jesús se va al Padre para volver para siempre




Sábado VI de Pascua

Jn 16, 23-28

“En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: ‘En verdad, en verdad os digo: lo que pidáis al Padre os lo dará en mi nombre. Hasta ahora nada le habéis pedido en mi nombre. Pedid y recibiréis, para que vuestro gozo sea colmado. Os he dicho todo esto en parábolas. Se acerca la hora en que ya no os hablaré en parábolas, sino que con toda claridad os hablaré acerca del Padre. Aquel día pediréis en mi nombre y no os digo que yo rogaré al Padre por vosotros, pues el Padre mismo os quiere, porque me queréis a mí y creéis que salí de Dios. Salí del Padre y he venido al mundo. Ahora dejo otra vez el mundo y voy al Padre’”.

COMENTARIO

Pedir en nombre de Cristo

Jesús les dice, nos dice, que debemos pedir, a Dios, en su nombre. Es la única forma de que el Creador tenga en cuenta lo que le pedimos y es, además, la mejor forma de dirigirnos al Señor.

 Pedir con confianza

Cuando pidamos lo tenemos que hacer sabiendo que seremos escuchados.  Sólo la confianza procura, para nosotros, el oído atento de Dios pues es de pensar que quien pide no estando seguro de ser escuchado acabará no siendo escuchado porque, en realidad, le falta fe.

La Verdad totalmente revelada

Jesús revela la Verdad que no es otra que Él ha venido del Padre y que ha de volver al Padre. Amar a Cristo es mantener, directamente, una relación buena con Dios que escucha con atención las peticiones de los hermanos, que saben que lo son, de su Hijo.


JESÚS,  ha llegado el momento de decirlo todo. Ya no valen parábolas ni nada por el estilo: eres Dios y has venido para salvar a la humanidad. Y nosotros esperamos, expectantes, tu nueva venida, en tu Parusía, para terminar con la obra empezada por el Creador en la misma eternidad.





Eleuterio Fernández Guzmán

10 de mayo de 2013

La tristeza tornará alegría


Viernes VI de Pascua

Jn 16,20-23a

“En aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: ‘En verdad, en verdad os digo que lloraréis y os lamentaréis, y el mundo se alegrará. Estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en gozo. La mujer, cuando va a dar a luz, está triste, porque le ha llegado su hora; pero cuando ha dado a luz al niño, ya no se acuerda del aprieto por el gozo de que ha nacido un hombre en el mundo. También vosotros estáis tristes ahora, pero volveré a veros y se alegrará vuestro corazón y vuestra alegría nadie os la podrá quitar. Aquel día no me preguntaréis nada’.

COMENTARIO

Jesús avisa a sus discípulos de una contradicción que ellos, seguramente, no entienden: ellos estarán muy tristes cuando se vaya pero el mundo, donde ellos mismos viven, estará muy alegre y contento por haberlo perdido de vista.

Insiste Jesús en que la situación espiritual de aquellos que le siguen más de cerca no será muy buena que digamos. Es más sabe perfectamente que pensarán que nada había valido la pena y que, al fin y al cabo, el Maestro era un hombre más.

Sin embargo, aquel Maestro que tanto les había enseñado iba a volver. Les anima Jesús diciéndoles que pronto iba a volver a verlos. Ellos no debieron entender mucho lo que les estaba diciendo pero cuando, en efecto, lo vieron tras su resurrección, se dieron cuenta de que, ciertamente, su corazón se había alegrado mucho.


  
JESÚS,  avisas a los que te escuchaban porque estabas seguro que situación sería difícil. Ellos, sin embargo, acabaron alegrándose al volverte a ver y no tuvieron más miedo que es, justamente lo contrario a lo que nos pasa a nosotros.









Eleuterio Fernández Guzmán

9 de mayo de 2013

Se va, Cristo, para volver




Jueves VI de Pascua


Jn 16,16-20

“En aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: ‘Dentro de poco ya no me veréis, y dentro de otro poco me volveréis a ver’. Entonces algunos de sus discípulos comentaron entre sí: ‘¿Qué es eso que nos dice: ‘Dentro de poco ya no me veréis y dentro de otro poco me volveréis a ver’ y ‘Me voy al Padre’?’. Y decían: ‘¿Qué es ese ‘poco’? No sabemos lo que quiere decir’. Se dio cuenta Jesús de que querían preguntarle y les dijo: ‘¿Andáis preguntándoos acerca de lo que he dicho: ‘Dentro de poco no me veréis y dentro de otro poco me volveréis a ver?’. En verdad, en verdad os digo que lloraréis y os lamentaréis, y el mundo se alegrará. Estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en gozo’”.


COMENTARIO

Era bien cierto que, para aquellos que escuchaban a Jesús, las palabras que les solía decir les podían parecer extrañas. Si, por ejemplo, les dice que pronto no verán pero al poco lo volverán a ver, nadie se puede extrañar  que no entendiesen que estaba hablando de su muerte y resurrección.

Jesús sabe que cuando lo pierdan en una muerte tan terrible como será la que Él tenga muchos de ellos llorarán amargamente. Es lógico que ver morir de tal forma al Maestro produjera tal forma de comportarse.

Jesús, sin embargo, les profetiza algo que, seguramente, tampoco entendían: luego volverán a reír. Con esto les está diciendo que lo que estaba escrito se iba a cumplir y que moriría para resucitar al tercer día. Muchos, entonces, comprenderían lo que ahora les parecía demasiado extraño.


JESÚS,  tratas de consolar a quienes sabes van a pasarlo muy mal cuando te maten los que te persiguen desde hace tanto tiempo. Nosotros, sin embargo, que sabemos todo lo que sucedió, pudiera parecer que no acabamos de entender aquel sacrificio.





Eleuterio Fernández Guzmán

8 de mayo de 2013

El Espíritu Santo todo lo completa


Miércoles VI de Pascua

Jn 16,12-15

“En aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: Mucho tengo todavía que deciros, pero ahora no podéis con ello. Cuando venga Él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa; pues no hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga, y os anunciará lo que ha de venir. Él me dará gloria, porque recibirá de lo mío y os lo anunciará a vosotros. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho: Recibirá de lo mío y os lo anunciará a vosotros".

COMENTARIO

Jesús era consciente de que aquellos que le escuchaban no entendían muchas cosas de las otras tantas que les decía. No estaban, a lo mejor, educados en su propia fe y su formación al respecto era escasa. Sin embargo, confiaba en sus corazones para seguir instruyéndolos.

Jesús continua dándoles noticia del Espíritu Santo. Se lo va a enviar desde el Padre para que, entonces, completen su conocimiento de la Santísima Trinidad: habrán conocido a Dios a través del Hijo y, ahora, cuando eso correspondan, conocerán a la Tercera Persona.

El Espíritu Santo anunciaría lo que les faltaba por conocer como, por ejemplo, a él mismo. Pero, además, debían saber que formaba parte de la unión de Dios y el Hijo y que lo debían tener en cuenta como lo tenían en cuenta al Enviado de Dios. Sólo así comprenderían lo que debían comprender y lo transmitirían al mundo.


JESÚS,  muchas veces les dices a tus discípulos que les vas a enviar al Espíritu Santo para que, con sus dones, ilumine al mundo. Nosotros, sin embargo, pudiera dar la impresión de que no nos interesan los mismos.





Eleuterio Fernández Guzmán

7 de mayo de 2013

Cristo vuelve al Padre para enviarnos al Espíritu Santo




Martes VI de Pascua

Jn 16,5-11

“En aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: ‘Pero ahora me voy a Aquel que me ha enviado, y ninguno de vosotros me pregunta: ‘¿Adónde vas?’. Sino que por haberos dicho esto vuestros corazones se han llenado de tristeza. Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito; pero si me voy, os lo enviaré: y cuando Él venga, convencerá al mundo en lo referente al pecado, en lo referente a la justicia y en lo referente al juicio; en lo referente al pecado, porque no creen en mí; en lo referente a la justicia porque me voy al Padre, y ya no me veréis; en lo referente al juicio, porque el Príncipe de este mundo está juzgado’”.

COMENTARIO

Jesús sabe que ha llegado el momento de volver al Padre. Por eso les dice a los que le escuchan que no deberían entristecerse porque es muy importante para ellos, y ahora para nosotros mismos, que se fuera al Padre para enviarnos al Espíritu Santo.

El Paráclito ha de llevar a cabo una misión, digamos que la continuación de la de Cristo hasta que vuelva en su Parusía que consiste en convencernos de lo que, en verdad, es importante y vale la pena desde el punto de vista espiritual.

Todo ha quedado dicho por Jesús: el pecado existe y será revelado; la justicia de Dios consiste en atraer hacía sí a los que se ha comportado de acuerdo a su voluntad; el Mal, sin embargo, ya está juzgado. Dice que ya ha sido juzgado por Dios porque todo, todo lo que pasa, está escrito y, en cierto sentido, ha pasado.


JESÚS, era conveniente que volvieses al Padre de donde habías salido. Era importante y conveniente porque ibas a enviar al Espíritu Santo. Nosotros, sin embargo, parece que no somos capaces de entenderlo del todo.







Eleuterio Fernández Guzmán

6 de mayo de 2013

Tener en cuenta lo dicho por Cristo


Lunes VI de Pascua

Jn 15,26—16,4

“En aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: ‘Cuando venga el Paráclito, que yo os enviaré de junto al Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, Él dará testimonio de mí. Pero también vosotros daréis testimonio, porque estáis conmigo desde el principio. Os he dicho esto para que no os escandalicéis. Os expulsarán de las sinagogas. E incluso llegará la hora en que todo el que os mate piense que da culto a Dios. Y esto lo harán porque no han conocido ni al Padre ni a mí. Os he dicho esto para que, cuando llegue la hora, os acordéis de que ya os lo había dicho’".


COMENTARIO

Jesús, que siempre cumple lo que promete, les dice a los que le podían escuchar, que les iba a enviar al Espíritu Santo, al Paráclito, al Defensor. Procede, dice, del Padre porque es una de las Personas de la Santísima Trinidad.

Jesús les encomienda, nos encomienda, que seamos testigos, que demos testimonio de Él en el mundo donde vivimos y donde nos movemos. Allí, cada cual en su lugar, con su forma de ser y de hacer ha de mostrar que es discípulo de Cristo.

Jesús avisa sobre algo que hay que tener siempre en cuenta: la persecución hacia su Iglesia está más que asegurada. Por eso, ante unas situaciones que pueden ser consideradas difíciles, debemos recordar que el Paráclito siempre está con nosotros.


JESÚS,  muchas veces dijiste lo que iba a pasar para que los que te oyeron, creyesen. Nosotros, sin embargo, más bien parece que no es escuchamos mucho.





Eleuterio Fernández Guzmán