20 de febrero de 2016

Jesús nos pide cosas difíciles según somos

Sábado I de Cuaresma

Mt 5,43-48

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: ‘Habéis oído que se dijo: ‘Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo’. Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa vais a tener? ¿No hacen eso mismo también los publicanos? Y si no saludáis más que a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de particular? ¿No hacen eso mismo también los gentiles? Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial’”.

COMENTARIO

Dios es Amor. Esto que decimos lo tenemos por cierto y verdad porque lo ha demostrado a lo largo de la historia de la humanidad. Eso, sin embargo, también debe producir en nosotros, sus hijos, algún tipo de efecto.

Jesús, que tiene la misión fundamental de hacer cumplir la Ley de Dios, sabe que el Amor es crucial para que nos podamos considerar hijos del Padre. Y nos enseña que debemos amar a nuestros enemigos por muy difícil que eso nos parezca.

Jesús nos pone ejemplos. Y es que la mejor forma de que entendamos lo que quiere decir es, por ejemplo, hablar de nosotros mismos que amamos a los nuestros o saludamos a los que conocemos. Sin embargo, Jesucristo siempre da un paso más y quiere que también nosotros lo demos.


JESÚS, ayúdanos a comprender la Ley de Dios



Eleuterio Fernández Guzmán

19 de febrero de 2016

Comprender la Ley de Dios

Viernes I de Cuaresma

Mt 5,20-26

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: ‘Os digo que, si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el Reino de los cielos. Habéis oído que se dijo a los antepasados: ‘No matarás; y aquel que mate será reo ante el tribunal’. Pues yo os digo: Todo aquel que se encolerice contra su hermano, será reo ante el tribunal; pero el que llame a su hermano "imbécil", será reo ante el Sanedrín; y el que le llame ‘renegado’, será reo de la gehenna de fuego. 

‘Si, pues, al presentar tu ofrenda en el altar te acuerdas entonces de que un hermano tuyo tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí, delante del altar, y vete primero a reconciliarte con tu hermano; luego vuelves y presentas tu ofrenda. Ponte enseguida a buenas con tu adversario mientras vas con él por el camino; no sea que tu adversario te entregue al juez y el juez al guardia, y te metan en la cárcel. Yo te aseguro: no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último céntimo’”.

COMENTARIO

Una cosa era lo que, hasta entonces, habían estado haciendo muchos de los considerados sabios en el pueblo judío y otra, muy distinta, lo que Dios quería se hiciera. Y Jesús no deja de ponerlo sobre la mesa.

Jesús quiere que sus discípulos vayan mucho más allá que los fariseos o los escribas. Quiere, por ejemplo, que sepan entender qué es la justicia de Dios. Y es que los hombres, aquellos que los dirigían, habían entendido a la misma de forma muy diferente.

Para Cristo es muy importante la misericordia y el perdón. Por eso pone el ejemplo de la necesaria reconciliación con el hermano. Y es que en ello no va, sólo, una cuestión de amor sino, en todo caso, la propia salvación eterna.


JESÚS,  ayúdanos a comprender el sentido exacto de la Ley de Dios


Eleuterio Fernández Guzmán




18 de febrero de 2016

Pedir como Dios quiere pidamos

 Jueves I de Cuaresma

Mt 7,7-12

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: ‘Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide recibe; el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿O hay acaso alguno entre vosotros que al hijo que le pide pan le dé una piedra; o si le pide un pez, le dé una culebra? Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que se las pidan! Por tanto, todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros a ellos; porque ésta es la Ley y los Profetas’.

COMENTARIO

Cristo conocía la naturaleza humana. Por eso dice una gran verdad cuando afirma que somos malos. No es que nos quiera mal sino que sabe cómo somos. Y recomienda hacer las cosas espirituales como Dios quiere que las hagamos.

Cristo quiere que nos acerquemos al Todopoderoso. Por eso nos recomienda que llamemos a su corazón, que lo busquemos. Sólo así podremos llegar al seno de Aquel que nos ha creado.

Decíamos arriba que Cristo sabe cómo somos: malos. Eso, de todas formas, no es causa para que Dios no nos ame sino, seguramente, para todo lo contrario. El Creador nos ama porque somos creación suya. Y quiere que lo bueno que queremos para nosotros lo hagamos al prójimo.


JESÚS, ayúdanos a entender la voluntad de Dios.



Eleuterio Fernández Guzmán

17 de febrero de 2016

Convertirnos

Miércoles I de Cuaresma


Lc 11,29-32

En aquel tiempo, habiéndose reunido la gente, Jesús comenzó a decir: ‘Esta generación es una generación malvada; pide una señal, y no se le dará otra señal que la señal de Jonás. Porque, así como Jonás fue señal para los ninivitas, así lo será el Hijo del hombre para esta generación. La reina del Mediodía se levantará en el Juicio con los hombres de esta generación y los condenará: porque ella vino de los confines de la tierra a oír la sabiduría de Salomón, y aquí hay algo más que Salomón. Los ninivitas se levantarán en el Juicio con esta generación y la condenarán; porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás, y aquí hay algo más que Jonás’”.

COMENTARIO

Jesús conocía perfectamente la mentalidad de gran parte de la población judía de su tiempo. Ellos creían que el Mesías tendría que ser alguien con poder militar para vencer al invasor romano. Pero el Reino de Cristo era de otro mundo y ellos no lo acababan de comprender.

Jesús da a entender que Él también estará en el estómago de la bestia, como lo estuvo Jonás. Les habla, por tanto, de lo que va a pasar con su persona: también estará tres días y, luego, resucitará.

Jesús habla, también, de arrepentimiento y de penitencia. Así, como aquellos de Nínive se convirtieron por la predicación de Jonás, quiere que lo mismo se haga entonces y ahora mismo. De otra forma, nuestro futuro será de lo más negro.


JESÚS,  ayúdanos a convertir nuestro corazón en digno de ser llamado hijo de Dios.

Eleuterio Fernández Guzmán




16 de febrero de 2016

El Padre Nuestro que Cristo nos enseñó

Martes I de Cuaresma

Mt 6,7-15

“En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: ‘Al orar, no charléis mucho, como los gentiles, que se figuran que por su palabrería van a ser escuchados. No seáis como ellos, porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes de pedírselo. 

‘Vosotros, pues, orad así: ‘Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre; venga tu Reino; hágase tu Voluntad así en la tierra como en el cielo. Nuestro pan cotidiano dánosle hoy; y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros hemos perdonado a nuestros deudores; y no nos dejes caer en tentación, mas líbranos del mal’. Que si vosotros perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas’”.

COMENTARIO

Cuando Jesús, que sabe que sus discípulos necesitan aprender a orar, les enseña el Padre Nuestro, está más que seguro que será una oración que todos tendrán en cuenta en su voluntad. Por eso lo hace diciéndoles que lo que vale la pena es saber lo que hacen y dicen a Dios.

El Padre Nuestro dice mucho de lo que podemos querer nosotros, hijos de Dios. Le pedimos al Todopoderoso por aquello que es importante para nosotros y,  también, lo que queremos que Dios haga al respecto de nosotros, sus hijos.

Jesús hace hincapié en algo muy importante: el perdón. Y es que sabe que Dios, que debe perdonarnos, quiere que nosotros hagamos lo mismo con el prójimo que nos haya ofendido. Nos pide eso porque Él lo muestra con nosotros cada día.


JESÚS,   ayúdanos a perdonar.



Eleuterio Fernández Guzmán

15 de febrero de 2016

Una clara advertencia de Cristo

Lunes I de Cuaresma
Mt 25,31-46

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: ‘Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles, entonces se sentará en su trono de gloria. Serán congregadas delante de Él todas las naciones, y Él separará a los unos de los otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos. Pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces dirá el Rey a los de su derecha: ‘Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a verme’. Entonces los justos le responderán: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; o sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero, y te acogimos; o desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a verte?’. Y el Rey les dirá: ‘En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis’. 
‘Entonces dirá también a los de su izquierda: ‘Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; era forastero, y no me acogisteis; estaba desnudo, y no me vestisteis; enfermo y en la cárcel, y no me visitasteis’. Entonces dirán también éstos: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento o forastero o desnudo o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?’. Y él entonces les responderá: ‘En verdad os digo que cuanto dejasteis de hacer con uno de estos más pequeños, también conmigo dejasteis de hacerlo’. E irán éstos a un castigo eterno, y los justos a una vida eterna’”.

COMENTARIO

Esto lo dice Jesús porque lo sabe. No lo sabe por ser profeta sino por ser Dios. Todo lo conoce. Y esto lo dice como advertencia acerca de lo que debemos hacer nosotros, sus hermanos (como Cristo) y sus hijos (como Dios). Nada, pues, aquí, está dicho para que sobre o se puede olvidar.

Jesús ha de volver a venir. Eso se conoce como Parusía. Y cuando vuelva no se va a dedicar a visitar la tierra como sin nada. No. Y es que sabemos que va a venir a juzgar a vivos y a muertos. Y su forma de juzgar será… en el amor. Así de simple y claro. Y es que sabemos que al final de la vida se nos juzgará, precisamente, en eso, en el amor.

¿Qué debemos hacer para salir bien parados de tal juicio? Jesús lo dice con toda claridad. En general ser refiere al prójimo. Y lo que dice se resume en ayudar y tener buen corazón con quien necesite que se tenga. Ahí radica todo el amor que se nos exigirá cuando vuelva el Hijo de Dios.

JESÚS,  ayúdanos a permanecer fieles a tu voluntad.


Eleuterio Fernández Guzmán

14 de febrero de 2016

Las tentaciones en las que podemos caer


Lc 4, 1-13                   

“Jesús, lleno de Espíritu Santo, se volvió del Jordán, y era conducido por el Espíritu en el desierto, durante cuarenta días, tentado por el diablo. No comió nada en aquellos días y, al cabo de ellos, sintió hambre. Entonces el diablo le dijo: ‘Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan.’  Jesús le respondió: ‘Esta escrito: = No sólo de pan vive el hombre.’ =  Llevándole a una altura le mostró en un instante todos los reinos de la tierra; y le dijo el diablo: ‘Te daré todo el poder y la gloria de estos reinos, porque a mí me ha sido entregada, y se la doy a quien quiero.  Si, pues, me adoras, toda será tuya.’ Jesús le respondió: ‘Esta escrito: = Adorarás al Señor tu Dios y sólo a él darás culto.’ = Le llevó a Jerusalén, y le puso sobre el alero del Templo, y le dijo: ‘Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo; porque está escrito: = A sus ángeles te encomendará  para que te guarden. =  Y: = En sus manos te llevarán para que no tropiece tu pie en piedra alguna.’ =  Jesús le respondió: ‘Está dicho: = No tentarás al Señor tu Dios.’ =  Acabada toda tentación, el diablo se alejó de él hasta un tiempo oportuno.”

COMENTARIO

Este texto evangélico es un claro aviso para todos aquellos que somos y queremos ser discípulos de Cristo. Si el Maestro fue tentado no podemos imaginar nosotros, hermanos suyos, que el Enemigo no quiera hacer lo mismo con nosotros. Y es que tal es su esencia.

A Jesús se le tentó con el poder, con el sustento y con la voluntad de no morir. Sin embargo Jesús supo cómo responder porque era Dios hecho hombre y sabía a la perfección cuál era la voluntad del Todopoderoso.

Nosotros, que somos pecadores desde que somos concebidos, podemos vernos sometidos a tentaciones. En el Padre Nuestro le pedimos a Dios que no nos deja caer en ella. Y es que la tentación, en sí misma, no es un problema (siempre habrá) sino lo que nosotros hacemos al respecto de ella. Y Cristo nos da fuerza, con su ejemplo, para vencerla.


JESÚS, ayúdanos a no caer en las tentaciones.


Eleuterio Fernández Guzmán