5 de diciembre de 2024

Construir sobre la Roca que es Cristo

Mt 7, 24-27


"No todo el que me dice 'Señor, Señor” entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca. El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se derrumbó. Y su ruina fue grande'."

COMENTARIO 

No hace falta decir o, a lo mejor sí, que las palabras se las lleva el viento. Y eso es, más o menos, lo que quiere decirnos el Hijo de Dios cuando nos hace ver que lo que aquí importa es hacer la Voluntad de Dios porque lo otro puede que se trate de palabras vacías o huecas...

Para que comprendamos qué significa esto, Jesucristo nos pone el ejemplo de quien quiso construir y lo hizo sobre roca y no sobre arena como, por cierto, muchas veces, nosotros construimos nuestras ilusiones y muestras de fe. Y quien construyó sobre roca no sufrió los embates de los elementos de la naturaleza y, menos, aún, sufriremos nosotros los del espíritu si construimos sobre la Roca que es Cristo.

De todas formas, a nosotros nos corresponde ser, en este sentido, sabios o necios...


JESÚS,  gracias por enseñarnos que debemos construir partiendo de ti y sabiendo que es la única forma de hacer como debe hacerse. 

Eleuterio Fernández Guzmán 

4 de diciembre de 2024

Y dio las gracias

Mt 15, 29-37


"Jesús llegó a orillas del mar de Galilea y, subiendo a la montaña, se sentó. Una gran multitud acudió a Él, llevando paralíticos, lisiados, ciegos, mudos y muchos otros enfermos. Los pusieron a sus pies y Él los sanó. La multitud se admiraba al ver que los mudos hablaban, los inválidos quedaban sanos, los paralíticos caminaban y los ciegos recobraban la vista. Y todos glorificaban al Dios de Israel.

Entonces Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: 'Me da pena esta multitud, porque hace tres días que están conmigo y no tienen qué comer. No quiero despedirlos en ayunas, porque podrían desfallecer en el camino”.

Los discípulos le dijeron: '¿Y dónde podríamos conseguir en este lugar despoblado bastante cantidad de pan para saciar a tanta gente?'

Jesús les dijo: '¿Cuántos panes tienen?'

Ellos respondieron: 'Siete y unos pocos pescados'.

Él ordenó a la multitud que se sentara en el suelo; después, tomó los panes y los pescados, dio gracias, los partió y los daba a los discípulos, y ellos los distribuían entre la multitud.

Todos comieron hasta saciarse, y con los pedazos que sobraron llenaron siete canastas.'"

COMENTARIO

Con eso que hacía el Hijo de Dios se estaba cumpliendo lo que estaba escrito acerca de El Mesías y aquellos que lo aceptaron es seguro que iban a alcanzar la salvación eterna.

A Jesucristo, sin embargo, le daba pena ver como habían quien le seguía y, de verdad, pasaban hambre porque no tenía nada que comer. Pero nada, humanamente, se podía hacer ante tanta gente con tanta hambre. 

Bueno... en realidad sí se podía hacer lago. Y Cristo lo hizo. Oró a su Padre del Cielo que, como no podía ser de otra forma, le concedió aquello que le pedía. 

JESÚS, gracias por alimentarnos con el pan de Tu Palabra. 

Eleuterio Fernández Guzmán

3 de diciembre de 2024

Cumpliéndose todo

 Lc 10, 21-24


"Al regresar los setenta y dos discípulos de su misión, Jesús se estremeció de gozo, movido por el Espíritu Santo, y dijo:

'Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque, habiendo ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes, las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así lo has querido. Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie sabe quién es el Hijo, sino el Padre, como nadie sabe quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar'.

Después, volviéndose hacia sus discípulos, Jesús les dijo a ellos solos:

'¡Felices los ojos que ven lo que ustedes ven! Porque les digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que ustedes ven y no lo vieron, oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron'"

COMENTARIO 

No podemos negar que el gozo del Hijo de Dios cuando vio que los que había enviado habían tenido un éxito notable en la misión, tuvo que ser grande. Sin embargo, lo que hace es agradecer a su Padre, Dios Todopoderoso, que todo hubiera salido bien porque el Creador había querido que los humildes conocieran la Verdad y el Reino, Su Reino. 

Pero también era algo importante que aquellos que eran discípulos de Cristo supieran que estaban viviendo un momento muy importante de la historia de la salvación. Y es que, con franqueza, no era para menos. 

JESÚS,  gracias por gozar con lo verdaderamente bueno y mejor. 

Eleuterio Fernández Guzmán