31 de agosto de 2019

Talentos, gracias, bienes de parte de Dios

Mt 25, 14-25.27-28

"14 'Es también como un hombre que, al ausentarse, llamó a sus siervos y les encomendó su hacienda: 15 a uno dio cinco talentos, a otro dos y a otro uno, a cada cual según su capacidad; y se ausentó. 16 Enseguida, el que había recibido cinco talentos se puso a negociar con ellos y ganó otros cinco. 17 Igualmente el que había recibido dos ganó otros dos. 18 En cambio el que había recibido uno se fue, cavó un hoyo en tierra y escondió el dinero de su señor. 19 Al cabo de mucho tiempo, vuelve el señor de aquellos siervos y ajusta cuentas con ellos. 20 Llegándose el que había recibido cinco talentos, presentó otros cinco, diciendo: 'Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes otros cinco que he ganado.' 21 Su señor le dijo: '¡Bien, siervo bueno y fiel!; en lo poco has sido fiel, al frente de lo mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.' 22 Llegándose también el de los dos talentos dijo: 'Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes otros dos que he ganado.  23 Su señor le dijo: '¡Bien, siervo bueno y fiel!; en lo poco has sido fiel, al frente de lo mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.' 24 Llegándose también el que había recibido un talento dijo: 'Señor, sé que eres un hombre duro, que cosechas donde no sembraste y recoges donde no esparciste. 25 Por eso me dio miedo, y fui y escondí en tierra tu talento. Mira, aquí tienes lo que es tuyo.' 27 debías, pues, haber entregado mi dinero a los banqueros, y así, al volver yo, habría cobrado lo mío con los intereses. 28 Quitadle, por tanto, su talento y dádselo al que tiene los diez talentos."

COMENTARIO

Es difícil negar que la llamada “Parábola de los talentos” no se pueda aplicar a la vida común de los hijos de Dios. Y es que, por decirlo de alguna manera, a todos sus hijos el Todopoderoso entrega una serie de talentos, de gracias y/o de bienes espirituales que quiere sean aprovechados.

Ante una donación tal y en caso de darse cuenta de la misma (no siempre resulta fácil hacer eso) no es poco lo que se puede hacer. Pero, en general, todo depende de la voluntad espiritual que cada uno tenga a tal respecto. Y de eso, como suele decirse, hay de todo en la viña del Señor.

El texto bíblico que corresponde al día de hoy recoge dos actitudes generales: la de aquellos que han hecho rendir sus talentos y la de quien no ha querido, por miedo o por lo que sea. Y el caso es que se repite lo que Jesucristo dice otras veces acerca de que a quien tiene, aún no poco, se le quitará.

JESÚS, gracias por darnos a entender que es muy necesario hacer rendir los talentos, gracias y bienes espirituales que Dios nos ha dado.

Eleuterio Fernández Guzmán

30 de agosto de 2019

Nos conviene estar preparados


Mt 25,1-13

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: ‘El Reino de los Cielos será semejante a diez vírgenes, que, con su lámpara en la mano, salieron al encuentro del novio. Cinco de ellas eran necias, y cinco prudentes. Las necias, en efecto, al tomar sus lámparas, no se proveyeron de aceite; las prudentes, en cambio, junto con sus lámparas tomaron aceite en las alcuzas. Como el novio tardara, se adormilaron todas y se durmieron. Mas a media noche se oyó un grito: ‘¡Ya está aquí el novio! ¡Salid a su encuentro!’. Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron y arreglaron sus lámparas. Y las necias dijeron a las prudentes: ‘Dadnos de vuestro aceite, que nuestras lámparas se apagan’. Pero las prudentes replicaron: ‘No, no sea que no alcance para nosotras y para vosotras; es mejor que vayáis donde los vendedores y os lo compréis’. Mientras iban a comprarlo, llegó el novio, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de boda, y se cerró la puerta. Más tarde llegaron las otras vírgenes diciendo: ‘¡Señor, señor, ábrenos!’. Pero él respondió: ‘En verdad os digo que no os conozco’. Velad, pues, porque no sabéis ni el día ni la hora’”.


COMENTARIO

Cuando el Hijo de Dios habla a los que le escuchan lo hace de forma que pueda ser entendido pues, de otra forma, su misión no hubiera podido cumplirla con demasiada eficacia. Y hace uso de parábolas que resultan más comprensibles.

Hay quien cree que, a lo mejor, a la hora de salvarse para siempre, para la vida eterna, le será suficiente con arrepentirse de lo mal hecho en el justo momento de morirse como si no importase nada lo hecho con anterioridad. Lo que pasa es que no se suele saber cuál es tal momento y, a lo mejor, al llegar al mismo no estamos, siquiera, para darnos cuenta de lo que importa.

Hay quien, sin embargo, sabe que llegado el momento de la muerte es necesario estar preparado. Por eso, como las vírgenes sensatas o prudentes, preparan su alma para tal momento sabiendo que, cuando llegue, podría ser demasiado tarde.


JESÚS,  ayúdanos a estar preparados para el momento de la muerte, a ser prudentes como aquellas mujeres que sí lo fueron.



Eleuterio Fernández Guzmán


29 de agosto de 2019

La de un Precursor

Mc 6, 17-29
"17 Es que Herodes era el que había enviado a prender a Juan y le había encadenado en la cárcel por causa de Herodías, la mujer de su hermano Filipo, con quien Herodes se había casado. 18 Porque Juan decía a Herodes: 'No te está permitido tener la mujer de tu hermano'. 19 Herodías le aborrecía y quería matarle, pero no podía, 20 pues Herodes temía a Juan, sabiendo que era hombre justo y santo, y le protegía; y al oírle, quedaba muy perplejo, y le escuchaba con gusto. 21 Y llegó el día oportuno, cuando Herodes, en su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a los tribunos y a los principales de Galilea. 22 Entró la hija de la misma Herodías, danzó, y gustó mucho a Herodes y a los comensales. El rey, entonces, dijo a la muchacha: 'Pídeme lo que quieras y te lo daré'. 23 Y le juró: 'Te daré lo que me pidas, hasta la mitad de mi reino'. 24 Salió la muchacha y preguntó a su madre: '¿Qué voy a pedir?' Y ella le dijo: 'La cabeza de Juan el Bautista'. 25 Entrando al punto apresuradamente adonde estaba el rey, le pidió: 'Quiero que ahora mismo me des, en una bandeja, la cabeza de Juan el Bautista'. 26 El rey se llenó de tristeza, pero no quiso desairarla a causa del juramento y de los comensales. 27 Y al instante mandó el rey a uno de su guardia, con orden de traerle la cabeza de Juan. Se fue y le decapitó en la cárcel 28 y trajo su cabeza en una bandeja, y se la dio a la muchacha, y la muchacha se la dio a su madre. 29 Al enterarse sus discípulos, vinieron a recoger el cadáver y le dieron sepultura."

COMENTARIO

El caso de Juan, aquel hombre que había venido al mundo por gracia de Dios y en el seno de la prima de la Virgen María, Isabel, lo había hecho parar ser el Precursor del Hijo de Dios y así lo había llevado a cabo. Pero, como es sabido, su misión de Profeta (el último del Antiguo Testamento) le había conseguido muchos enemigos. Y, entre ellos, la esposa de Herodes, Herodías.

Que la muerte de Juan el Bautista se produjera de aquella forma tan caprichosa e injusta (culpa ninguna tenía) y derivada del odio que le tenía una mujer que no hacía lo que debía hacer sino que contraía matrimonio con quien no podía contraer matrimonio, dejaba meridianamente demostrado que el mundo y sus mundanidades había llegado demasiado lejos.

Juan el Bautista murió de aquella forma por haber cumplido, de forma cierta y verdadera, con la Voluntad de Aquel, Dios, que lo había enviado al mundo a cumplirla. Y eso le hizo muy querido a los ojos y corazón del Creador. Y también a nosotros.


JESÚS, da la gracias a tu primo Juan por cumplir con la misión que tenía encomendada y hacerlo de forma tan veraz.

Eleuterio Fernández Guzmán

28 de agosto de 2019

Ciertas verdades que duelen


Mt 23, 27-32

"27 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, pues sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera parecen bonitos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia! 28 Así también vosotros, por fuera aparecéis justos ante los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía y de iniquidad. 29 '¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, porque edificáis los sepulcros de los profetas y adornáis los monumentos de los justos, 30 y decís: 'Si nosotros hubiéramos vivido en el tiempo de nuestros padres, no habríamos tenido parte con ellos en la sangre de los profetas!' 31 Con lo cual atestiguáis contra vosotros mismos que sois hijos de los que mataron a los profetas. 32 ¡Colmad también vosotros la medida de vuestros padres! 33 '¡Serpientes, raza de víboras! ¿Cómo vais a escapar a la condenación?'"



COMENTARIO

Es difícil negar que, si bien, había quien, como fariseos y escribas, no querían nada de nada al Hijo de Dios, éste no dejaba de recordarles lo que era importante y lo que nunca debían olvidar. Y lo primero de todo es que los conocía muy bien y, con estas palabras, los retrataba a la perfección.

En realidad, decir eso de los sepulcros blanqueados suponía llamarles cosas más que feas y que no querían escuchar de ninguna de las maneras: que aparentaban lo que no eran, que mentían en cuanto a su verdadera fe (poca, al parecer), etc. Y eso, seguros estamos, no debía ser del gusto de ninguno de ellos.

Había, sin embargo, algo muy malo que no querían, ni siquiera, escuchar: que ellos iban a cometer los mismos errores espirituales que cometieron sus antepasados. Y es que el Hijo de Dios sabía que con Él iban a hacer lo mismo que hicieron con otros enviados del Todopoderoso pero, es que sabiendo que era Dios hecho hombre...


JESÚS, perdona a los que ignoraban, de verdad, que eras el Hijo de Dios.

Eleuterio Fernández Guzmán


27 de agosto de 2019

Purificar el corazón

Mt 23, 23-26

23’¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que pagáis el diezmo de la menta, del aneto y del comino, y descuidáis lo más importante de la Ley: la justicia, la misericordia y la fe! Esto es lo que había que practicar, aunque sin descuidar aquello. 24 ¡Guías ciegos, que coláis el mosquito y os tragáis el camello! 25 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que purificáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro están llenos de rapiña e intemperancia! 26 ¡Fariseo ciego, purifica primero por dentro la copa, para que también por fuera queda pura!

COMENTARIO

Es bien cierto y más que conocido que había muchos que no querían, para nada, al Hijo de Dios. Y siempre que podían le preguntaban con aviesas intenciones. No nos extraña, para nada, que Jesucristo, de vez en cuando, les recordara más de una cosa que no les iba a gustar.

Aquellos hombre, al parecer, fariseos y escribas, llevaban una conducta poco acorde con la fe que decían tener. Pero, según nos dice Jesucristo, se preocupaban más por lo material que por lo espiritual y eso, en personas supuestamente sabias en lo religioso… en fin, que era poco presentable.

Jesucristo les de un consejo que también nos sirve a nosotros: debemos purificar nuestro corazón con más largueza a cómo hacemos lo propio con el exterior. Entonces, seguro, estaremos más acorde con la Voluntad de Dios.


JESÚS, gracias por darnos tan sabios consejos

Eleuterio Fernández Guzmán