18 de julio de 2019

Mansedumbre y humildad



Mt 11, 28-30


“Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; = y hallaréis descanso para vuestras almas. = Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.”


COMENTARIO

Cuando Jesús viene por primera vez al mundo sabe que hay muchos de sus hermanos que no lo están pasando nada bien. Por eso se dirige, precisamente, a los que más han necesidad de hombro sobre el que apoyarse y de corazón en el que refugiarse.

Cristo nos dice que debemos acudir a él por varias razones: en primer lugar porque es necesario que aprendamos de Quien es el Hijo de Dios; en segundo lugar porque es humilde y mando y por eso mismo debemos tenerlo como ejemplo.

Lo bien cierto es que pudiera parecer que seguir al Hijo de Dios es algo difícil y no demasiado fructífero. Sin embargo nos dice él mismo que lo que pudiera parecer difícil de llevar es ligero y que su carga es suave.

JESÚS,  ayúdanos a ser mansos y humildes como tú lo eres.


Eleuterio Fernández Guzmán


17 de julio de 2019

Lo que, de verdad, importa




Mt 11,25-27

En aquel tiempo, Jesús dijo: ‘Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce bien al Hijo sino el Padre, ni al Padre le conoce bien nadie sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar’”.


COMENTARIO

Jesús sabe qué es lo importante. Dios, al respecto de esto, entrega su conocimiento a quien quiere porque sabe a quien vale la pena indicarle que tal o cual realidad espiritual es importante. Y Jesús está, también, en la realidad de tales cosas.

Muchos del tiempo de Jesús se creían los mejores y los más sabios. Sin embargo, aquellos que eso creían eran los menores, los más pequeños, en el Reino de dios. Y Jesús sabe que eso es así.

Conocer a Cristo es conocer a Dios. Siendo el Creador hecho hombre, quien está con Jesús está, a su vez, con Cristo pues sólo el Hijo, en verdad, conoce al Padre. Y Jesús sabe que eso es más que cierto y nos lo comunica a nosotros.



JESÚS, conoces a Dios y nos revelas su voluntad. Ayúdanos a estar siempre atentos a tus palabras porque son Palabra de Dios.


Eleuterio Fernández Guzmán


16 de julio de 2019

Hermanos en Cristo


Mt 12, 46-50

“Todavía estaba hablando a la muchedumbre, cuando su madre y sus hermanos se presentaron fuera y trataban de hablar con él. Alguien le dijo: ‘¡Oye! ahí fuera están tu madre y tus hermanos que desean hablarte.’ Pero él respondió al que se lo decía: ‘¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?’ Y, extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: ‘Estos son mi madre y mis hermanos. Pues todo el que cumpla la voluntad de mi Padre celestial, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre.’”

COMENTARIO

Con Jesús había mucha gente. Nos dice este texto del evangelio de San Mateo que había allí una muchedumbre. Y cómo sería la cosa para que la Virgen María ni siquiera pudiera acercarse a su hijo amado para hablar con Él.

Muchos de los que escuchan a Jesús tienen, de su fe, una concepción en exceso equivocada. Por eso, cuando allí se presentan María con otros miembros de su familia, no se dan cuenta de que Jesús tiene un concepto muy distinto de las cosas que pasan en su vida y eso va a darles una lección que era de esperar tardaran mucho en olvidar.

Para Jesús hay algo que es muy importante. Y no es que quiera hacer de menos a su Madre y a sus parientes (eso es, conociendo al hijo de María, impensable e imposible) sino que sabe que quien actúa según la voluntad de Dios transmitirá su Palabra con gozo y, lo que es más importante, la pondrá en práctica. Y eso es lo que su Madre hizo desde el mismo momento de la Encarnación.


JESÚS, ayúdanos a ser verdaderos hermanos tuyos.

Eleuterio Fernández Guzmán


15 de julio de 2019

Cumplir con lo que debemos cumplir


Mt 10, 34-11,1

“34 ‘No penséis que he venido a traer paz a la tierra. No he venido a traer paz, sino espada. 35 Sí, he venido a enfrentar al hombre con su padre, a la hija con su madre, a la nuera con su suegra; 36 y enemigos de cada cual serán los que conviven con él. 37 ‘El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí. 38 El que no toma su cruz y me sigue detrás no es digno de mí. 39 El que encuentre su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la encontrará. 40 ‘Quien a vosotros recibe, a mí me recibe, y quien me recibe a mí, recibe a Aquel que me ha enviado. 41 ‘Quien reciba a un profeta por ser profeta, recompensa de profeta recibirá, y quien reciba a un justo por ser justo, recompensa de justo recibirá. 42 ‘Y todo aquel que dé de beber tan sólo un vaso de agua fresca a uno de estos pequeños, por ser discípulo, os aseguro que no perderá su recompensa’.

Cap. 11

1 Y sucedió que, cuando acabó Jesús de dar instrucciones a sus doce discípulos, partió de allí para enseñar y predicar en sus ciudades.”


COMENTARIO

Verdaderamente, las palabras del Hijo de Dios no son, digamos, sencillas de llevar a la mente y al corazón. Al parecer había venido a traer algo de problemas al mundo. Lo que pasa es que el mundo no andaba, en su tiempo y ahora mismo, de la forma a cómo quería Dios que andara.

El caso es que Jesucristo tiene un claro mensaje que transmitir al mundo: perder la vida por Él supone encontrar la vida eterna. Y eso supone mucho más porque tiene relación con la existencia de sus discípulos que han de ser recibidos lo mismo que lo sería el Hijo de Dios.

Y hay más. Jesucristo había venido al mundo a predicar y eso es lo que hace. Por eso, cuando dice a sus Apóstoles lo que tiene que decirles para que ellos transmitan la Buena Noticia hace lo propio y se marcha a predicar. Eso era lo mandado por Dios y eso hace.




JESÚS,  gracias por cumplir con tu misión de forma tan perfecta.

Eleuterio Fernández Guzmán