7 de noviembre de 2020

Saber cómo debemos ser

Lc 16, 9-15


Yo os digo: Haceos amigos con el dinero injusto, para que, cuando llegue a faltar, os reciban en las eternas moradas. El que es fiel en lo insignificante, lo es también en lo importante; y el que es injusto en lo insignificante, también lo es en lo importante. Si, pues, no fuisteis fieles en el dinero injusto, ¿quién os confiará lo verdadero? Y si no fuisteis fieles con lo ajeno, ¿quién os dará lo vuestro? «Ningún criado puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se dedicará a uno y desdeñará al otro. No podéis servir a Dios y al dinero.» Estaban oyendo todas estas cosas los fariseos, que son amigos del dinero, y se burlaban de él. Y les dijo: «Vosotros sois los que os las dais de justos delante de los hombres, pero Dios conoce vuestros corazones; porque lo que es estimable para los hombres, es abominable ante Dios."



COMENTARIO


No servir a Dios y al Dinero; ser fiel en lo poco y en lo mucho.


Estas dos expresiones de cómo debemos ser es a las que se refiere el Hijo de Dios en texto del Evangelio de San Lucas.


En realidad, ambas realidades espirituales nos llevan a Dios y a su definitivo Reino.


Es difícil poder ser fiel en lo mucho si no se es en lo poco porque lo pequeño va haciendo el ser de cada día


Si servimos al Dinero o, en general, a quien no sea Dios, resultará difícil hacer lo propio con Quien nos ha creado.



JESÚS, gracias miles te damos por decir las cosas como deben ser.


Eleuterio Fernández Guzmán

6 de noviembre de 2020

Ser astuto

Lc 16, 1-8

"Decía también a sus discípulos: 'Había un hombre rico que tenía un administrador a quien acusaron ante él de malbaratar su hacienda. Le llamó y le dijo: `¿Qué oigo decir de ti? Dame cuenta de tu administración, porque ya no seguirás en el cargo.' Se dijo entre sí el administrador: `¿Qué haré ahora que mi señor me quita la administración? Cavar, no puedo; mendigar, me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer, para que cuando sea destituido del cargo me reciban en sus casas. ''Y llamando uno por uno a los deudores de su señor, dijo al primero: `¿Cuánto debes a mi señor?' Respondió: `Cien medidas de aceite.' Él le dijo: `Toma tu recibo, siéntate en seguida y escribe cincuenta.' Después dijo a otro: `Tú, ¿cuánto debes?' Contestó: `Cien cargas de trigo.' Dícele: `Toma tu recibo y escribe ochenta.'«El señor alabó al administrador injusto porque había obrado con sagacidad, pues los hijos de este mundo son más sagaces con los de su clase que los hijos de la luz.'"


COMENTARIO


Seguramente, el Hijo de Dios no está diciendo, en este texto del Evangelio de San Lucas, que debemos actuar de forma engañosa con nuestro prójimo ni que podemos engañarlo si eso nos beneficia. Y es que la Voluntad de Dios no puede tener nada que ver con tal forma de actuar. Sin embargo, creemos nos está diciendo que nosotros debemos ser astutos como serpientes y, como sabemos, humildes como palomas, porque así es la única forma de no ser tragados por el monstruo voraz que es el mundo donde nos movemos, vivimos y existimos.


Es cierto esto pero también lo es que, muchas veces, no lo hacemos y preferimos las migajas que nos ofrece el mundo sin tener en cuenta que no es que ha de prevalecer en nuestra existencia.



JESÚS, gracias por decir las cosas como son.


Eleuterio Fernández Guzmán

5 de noviembre de 2020

Ovejas perdidas

Lc 15, 1-10

"Todos los publicanos y los pecadores se acercaban a él para oírle. Los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: 'Éste acoge a los pecadores y come con ellos.' Entonces les dijo esta parábola: '¿Quién de vosotros que tiene cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto y va a buscar la que se perdió, hasta que la encuentra? Cuando la encuentra, se la pone muy contento sobre los hombros y, llegando a casa, convoca a los amigos y vecinos y les dice: `Alegraos conmigo, porque he hallado la oveja que se me había perdido.' Os digo que, de igual modo, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no tengan necesidad de conversión.

'O, ¿qué mujer que tiene diez dracmas, si pierde una, no enciende una lámpara y barre la casa y busca cuidadosamente hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, convoca a las amigas y vecinas y les dice: `Alegraos conmigo, porque he hallado la dracma que había perdido.' Pues os digo que, del mismo modo, hay alegría entre los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta.'" 



COMENTARIO


En realidad, el Hijo de Dios sólo quería que aquellos que se mostraban tan melindrosos con lo que hacía comprendiesen que las cosas no eran como ellos creían que eran.


Jesucristo había venido al mundo a salvar lo que estaba perdido y, por decirlo pronto, para dirigirse, además de a los demás, a los que eran considerados pecadores. Por eso se reunía con los que, para algunos, no eran personas a las que hubiera que acercarse. Pero Cristo era Misericordioso y Bueno.


Lo último que nos dice el Hijo de Dios es algo muy importante. Y es que en el Cielo se alegran cuando se ha convertido un pecador. Y eso nos pone en el camino de no darles esas alegrías porque nosotros no hayamos pecado...



JESÚS, gracias por mostrarnos el camino hacia el Cielo.


Eleuterio Fernández Guzmán

4 de noviembre de 2020

Las difíciles palabras de Cristo


Lc 14, 25-33

"Caminaba con él mucha gente y, volviéndose, les dijo: 'Si alguno viene junto a mí y no odia a su padre, a su madre, a su mujer, a sus hijos, a sus hermanos, a sus hermanas y hasta su propia vida, no puede ser discípulo mío. El que no lleve su cruz y venga en pos de mí, no puede ser discípulo mío. 'Porque ¿quién de vosotros, que quiere edificar una torre, no se sienta primero a calcular los gastos y ver si tiene para acabarla? No sea que, habiendo puesto los cimientos y no pudiendo terminar, todos los que lo vean se pongan a burlarse de él, diciendo: `Éste comenzó a edificar y no pudo terminar.' O ¿qué rey, antes de salir contra otro rey, no se sienta a deliberar si con diez mil puede salir al paso del que viene contra él con veinte mil? Y si no, cuando el otro está todavía lejos, envía una embajada para pedir condiciones de paz. Pues, de igual manera, cualquiera de vosotros que no renuncie a todos sus bienes no puede ser discípulo mío.'"



COMUNICACIÓN


No podemos negar que cuando alguien escucha lo que recoge el Evangelio de San Lucas en el texto de hoy, es posible que se piense muy mucho ser discípulo del Hijo de Dios o seguir siéndolo. Lo que pasa es que Jesucristo, al hablar, lo hace con la Verdad en la boca.

En realidad, ya podemos imaginar que Jesucristo no quiere que odiemos, así dicho, a nuestra familia sino que tengamos en cuenta que, para seguirlo a Él debemos dejar cosas atrás sin querer decir eso que olvidemos a nadie y que hagamos como si nunca lo hubiéramos conocido aunque es cierto y verdad que, a veces, para seguir al Hijo de Dios hay que hacer renuncias…

Nos dice, de todas formas, Jesucristo que antes de seguirlo es conveniente que sopesemos si, en verdad, queremos seguirlo pues tal seguimiento ha de tener consecuencias en nuestra vida.



JESÚS, gracias por decir las cosas como son.


Eleuterio Fernández Guzmán

3 de noviembre de 2020

Aceptar la llamada de Dios


Lc 14,15-24

 

"En aquel tiempo, dijo a Jesús uno de los que comían a la mesa: ''Dichoso el que pueda comer en el Reino de Dios!'. Él le respondió: Un hombre dio una gran cena y convidó a muchos; a la hora de la cena envió a su siervo a decir a los invitados: ‘Venid, que ya está todo preparado’. Pero todos a una empezaron a excusarse. El primero le dijo: ‘He comprado un campo y tengo que ir a verlo; te ruego me dispenses’. Y otro dijo: ‘He comprado cinco yuntas de bueyes y voy a probarlas; te ruego me dispenses’. Otro dijo: ‘Me he casado, y por eso no puedo ir’.


'Regresó el siervo y se lo contó a su señor. Entonces, airado el dueño de la casa, dijo a su siervo: ‘Sal en seguida a las plazas y calles de la ciudad, y haz entrar aquí a los pobres y lisiados, y ciegos y cojos’. Dijo el siervo: ‘Señor, se ha hecho lo que mandaste, y todavía hay sitio’. Dijo el señor al siervo: ‘Sal a los caminos y cercas, y obliga a entrar hasta que se llene mi casa’. Porque os digo que ninguno de aquellos invitados probará mi cena
'".

 

 

COMENTARIO

 

Dios Padre quiere a todos sus hijos consigo. Es, en tal sentido, propio del Señor que nos ama que estemos con Él porque quiere que gocemos de la vida eterna.

 

Nos invita a estar en su Reino, en su definitivo Reino. Y nos llama como ha hecho a lo largo de los siglos con todos sus hijos. Pero muchos no han aceptado tal llamada y se han dedicado a mirar para otro lado como si eso no tuviera consecuencias para sí mismos.

 

En este texto hay un claro aviso que nunca deberíamos tener por no dicho por Dios. Nos dice el Creador  que quien no acepte la invitación que le envía el Todopoderoso no entrará en su Reino. Y eso debería preocuparnos mucho.

 

 

JESÚS, mucho y bueno nos dice aquí Dios. Ayúdanos a tenerlo siempre en cuenta.

 

 

 

Eleuterio Fernández Guzmán

 

2 de noviembre de 2020

Cristo el Camino, la Verdad, la Vida


Jn 14, 1-6

  

‘No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios: creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas mansiones;  si no, os lo habría dicho; porque voy a prepararos un lugar. Y cuando haya ido y os haya preparado un lugar, volveré y os tomaré conmigo,  para que donde esté yo  estéis también vosotros.  Y adonde yo voy sabéis el camino.’ Le dice Tomás: ‘Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?’ Le dice Jesús: ‘Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida.  Nadie va al Padre sino por mí’”.

 

COMENTARIO

 

Jesús está muy interesado en que sepamos qué es lo que nos conviene para nuestra vida eterna. Sabe que anhelamos alcanzar la misma y estar con Dios y, para eso, debemos creer en Él.

 

Jesús nos lo dice con toda claridad: está en el Cielo preparándonos estancias para que, cuando Dios quiera, las ocupemos. Y también nos habla de su Parusía, cuando vuelva para juzgar a vivos y muertos.

 

El camino para ir a Dios lo sabemos porque nos lo dice Jesús: es Él. Sólo, pues, creyendo en el Mesías, en su santa doctrina y en todo aquello que hizo en su primera venida al mundo, podremos comprender lo que supone que sea el Camino, la Verdad y la Vida.

 

  

 

JESÚS, ayúdanos a aceptarte como Verdad, como Camino, como Vida.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

 

 

 

COMENTARIO

 

1 de noviembre de 2020

Ser bienaventurados

Mt 5, 1- 12a

"Viendo la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le acercaron. Y, tomando la palabra, les enseñaba diciendo:


'Bienaventurados los pobres de espíritu,
porque de ellos es el Reino de los Cielos.
Bienaventurados los mansos,
porque ellos poseerán en herencia la tierra.
Bienaventurados los que lloran,
porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia,
porque ellos serán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos,
porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los limpios de corazón,
porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los que trabajan por la paz,
porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia,
porque de ellos es el Reino de los Cielos.
Bienaventurados seréis cuando os injurien y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa.

 

COMENTARIO

 

Es bien cierto que las palabras que recoge el Evangelio de San Mateo a las que se le han dado el nombre de Bienaventuranzas tiene una verdad en sí mismas que nos llevan, directamente, al Cielo.

 

Ser bienaventurados como nos pide Cristo que seamos, que debemos ser, es algo que va más allá de lo que podamos pensar porque, en sí mismo considerado, supone que se nos traza el camino hacia el definitivo Reino de Dios llamado Cielo.

 

Todo esto lo debemos ansiar pero no como algo inalcanzable porque Dios nunca nos pide aquello que no podemos conseguir porque nos la fuerza para hacerlo. Por eso, ser bienaventurados es posible, lo es.

 

 

JESÚS,  gracias por enseñarnos el camino hacia el Cielo.

 

Eleuterio Fernández Guzmán