5 de octubre de 2019

Nosotros somos malos pero Dios es bueno


Mt 7, 7-11

"7 'Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. 8 Porque todo el que pide recibe; el que busca, halla; y al llama, se le abrirá. 9 ¿O hay acaso alguno entre vosotros que al hijo que le pide pan le dé una piedra; 10 o si le pide un pez, le dé una culebra? 11 Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a  vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que se las pidan!'"
COMENTARIO

Lo que nos dice el Hijo del hombre en este texto evangélico es fundamental para nuestra fe porque se trata de verdades esenciales para nuestra vida ordinaria que nunca deberíamos olvidar:

- Que Dios nos escucha y siempre atiendo lo que nosotros ansiamos.
- Que debemos llamar al corazón del Padre Eterno porque nos abrirá la puerta.
- Porque debemos pedir sabiendo que seremos escuchados.

Hay algo, sin embargo, que nos parece ciertamente verdadero: nosotros somos malos, pecadores. Y eso lo dice Quien no conoce ni ha tenido nunca pecado. Y deberíamos saber qué significa eso.


JESÚS, gracias por poner sobre la mesa la verdad de nuestro ser pecador.

Eleuterio Fernández Guzmán

4 de octubre de 2019

Aceptar a Dios

Lc 10, 13-16

"13 '¡Ay de ti, Corazin! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que se han hecho en vosotras, tiempo ha que, sentados con sayal y ceniza, se habrían convertido. 14 Por eso, en el Juicio habrá menos rigor para Tiro y Sidón que para vosotras. 15 Y tú, Cafarnaúm, ¿hasta el cielo te vas a encumbrar? ¡Hasta el Hades te hundirás! 16 «Quien a vosotros os escucha, a mí me escucha; y quien a vosotros os rechaza, a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado".
COMENTARIO

Las cosas en materia de fe católica son bastante sencillas. Es decir, hay una serie de principios y doctrinas que aceptamos como las nuestras porque fueron establecidas por el Hijo de Dios, Jesucristo, Dios hecho hombre y Mesías enviado por el Todopoderoso. Por tanto, debemos aceptar tantos a unos como a otro. Pero, sobre todo, debemos aceptar a Jesucristo como nuestro Salvador y que, por su muerte y resurrección, nosotros podemos llegar al Cielo cuyas puertas se abrieron cuando murió y resucitó por sus hermanos los hombres. Por eso el Hijo de Dios, que sabe Quién es pone en entredicho la actitud de determinadas ciudades al no aceptarlo. Pero no lo hace porque sea soberbio o algo por el estilo sino porque sabe que Él es Dios hecho hombre y, por eso, quien lo rechaza a Él hace lo propio con el Todopoderoso. Y eso debería hacernos pensar antes de hacer según qué cosas y a pensar según qué pensamientos...

JESÚS, gracias por ser tan franco con nosotros.

Eleuterio Fernández Guzmán

3 de octubre de 2019

Aceptar a Dios

Lc 10, 1-12

"1 Después de esto, designó el Señor a otros 72, y los envió de dos en dos delante de sí, a todas las ciudades y sitios a donde él había de ir. 2 Y les dijo: «La mies es mucha, y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies. 3 Id; mirad que os envío como corderos en medio de lobos. 4 No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias. Y no saludéis a nadie en el camino. 5 En la casa en que entréis, decid primero: 'Paz a esta casa.' 6 Y si hubiere allí un hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; si no, se volverá a vosotros. 7 Permaneced en la misma casa, comiendo y bebiendo lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No vayáis de casa en casa. 8 En la ciudad en que entréis y os reciban, comed lo que os pongan; 9 curad los enfermos que haya en ella, y decidles: 'El Reino de Dios está cerca de vosotros.' 10 En la ciudad en que entréis y no os reciban, salid a sus plazas y decid: 11 'Hasta el polvo de vuestra ciuadad que se nos ha pegado a los pies, os lo sacudimos. Pero sabed, con todo, que el Reino de Dios está cerca.' 12 Os digo que en aquel Día habrá menos rigor para Sodoma que para aquella ciudad.'"

COMENTARIO

Lo que les dice el Hijo de Dios a los 72 que envía a anunciar la Buena Noticia tiene todo que ver, primero, con el poder de Dios y, segundo, con aquello que ha de ser conocido. Y es que no podemos negar que era eso necesario para que, digamos, no pillara de sorpresa lo que luego iba Él a decir en aquellos lugares a los que los enviaba.

Les dice que confíen en la Providencia de Dios. Por eso no deben llevar más de lo necesario para caminar. Allí donde vayan serán recibidos… bien o mal. Y esto es, también, muy importante.

Que nadie crea que quien no recibe a Cristo o a sus enviados va a quedar la cosa así, como si diera poca importancia. Y es que nunca debería olvidarse que el Hijo de Dios forma parte de la Santísima Trinidad y que, por tanto, también es Dios.


JESÚS, gracias por advertirnos de la necesidad imperiosa de aceptarte.


Eleuterio Fernández Guzmán

2 de octubre de 2019

Saber ser como niños


Mt 18, 1-5.10

"1 En aquel momento se acercaron a Jesús los discípulos y le dijeron: '¿Quién es, pues, el mayor en el Reino de los Cielos?' 2 El llamó a un niño, le puso en medio de ellos 3 y dijo: 'Yo os aseguro: si no cambiáis y os hacéis como los niños, no entraréis en el Reino de los Cielos. 4 Así pues, quien se haga pequeño como este niño, ése es el mayor en el Reino de los Cielos. 5 'Y el que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe. 10 'Guardaos de menospreciar a uno de estos pequeños; porque yo os digo que sus ángeles, en los cielos, ven continuamente el rostro de mi Padre que está en los cielos.'"

COMENTARIO

Podemos imaginar que aquellos discípulos de Jesús que tan cerca estaban viviendo de su Maestro, los Apóstoles, tenían un concepto, digamos, más tierno de los niños. Pues no era esa tan verdad. Y por eso el Hijo de Dios ha de dejar claro algo muy importante.

Aquellos niños querían acercarse al Maestro. Querían tocarlo y estar muy cerca de él. Sin embargo, los mayores no querían eso sino que, al contrario, lo dejaran tranquilo. Pero Jesucristo tenía una lección que darles que tenía todo que ver con el Amor.

Aquellos niños eran el ejemplo que debían seguir todos los que quisiera entrar en el Reino de los Cielos. Y es que, por si no fuera ya suficiente la Palabra de Dios en boca de Cristo, los ángeles de los niños, según nos dice El Señor, ven el rostro de Dios continuamente...


JESÚS, gracias por poner sobre la mesa la verdad del Amor y de la Misericordia.

Eleuterio Fernández Guzmán

1 de octubre de 2019

Saber lo que Dios quiere


Lc 9, 51-56

"51 Sucedió que como se iban cumpliendo los días de su asunción, él se afirmó en su voluntad de ir a Jerusalén, 52 y envió mensajeros delante de sí, que fueron y entraron en un pueblo de samaritanos para prepararle posada; 53 pero no le recibieron porque tenía intención de ir a Jerusalén. 54 Al verlo sus discípulos Santiago y Juan, dijeron: 'Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo y los consuma?' 55 Pero volviéndose, les reprendió; 56 y se fueron a otro pueblo." 

COMENTARIO

Sin duda aquellos dos discípulos del Hijo de Dios, Santiago y Juan, tenían bien ganado el apodo de “Boanerges”. Y es que Jesucristo sabía que eran muy impulsivos y, como ahora, quieren que caiga fuego del cielo porque hay quien no los quiere ver pasar por su pueblo… Y es que eran, a veces, casi como hijos del trueno.

Aquellos samaritanos no hacían, sino, lo que sus tradiciones decían que debían hacer. Y si había quien iba a Jerusalén era porque, seguramente, eran judíos. Y eso era más que suficiente como para no dejarlos pasar…

Sin embargo, Jesucristo tenía un corazón de carne. Por eso reprende a Santiago y Juan para que comprendieran que quien no estuviese con ellos debían atenerse a las consecuencias… que Dios tuviese previstas pero ellos no eran quien como para pedir ciertas cosas...


JESÚS, gracias por haber mostrado la Verdad de esa forma tan sencilla.

Eleuterio Fernández Guzmán

30 de septiembre de 2019

Estar, de verdad, a favor de Cristo



Lc 9, 46-50


“46 Se suscitó una discusión entre ellos sobre quién de ellos sería el mayor. 47 Conociendo Jesús lo que pensaban en su corazón, tomó a un niño, le puso a su lado, 48 y les dijo: ‘El que reciba a este niño en mi nombre, a mí me recibe; y el que me reciba a mí, recibe a Aquel que me ha enviado; pues el más pequeño de entre vosotros, ése es mayor’. 49 Tomando Juan la palabra, dijo: ‘Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre, y tratamos de impedírselo, porque no viene con nosotros’. 50 Pero Jesús le dijo: ‘No se lo impidáis, pues el que no está contra vosotros, está por vosotros’”.


COMENTARIO

Lo que debe predicar el Hijo de Dios al mundo que lo conoció no era fácil porque tenía que ver con aquello que era la Verdad. Y no podemos negar que no había muchos que quisiesen, siquiera, escucharla.

De todas formas, Jesucristo sabe que debe cumplir con la misión por la que había venido al mundo y lo hace con todas sus consecuencias. Y eso pasaba por decirles cosas que eran muy difíciles de digerir. Pero el Señor lo hace.

Y hay que debían aprender aquellos que creían tener la exclusividad de aquel Amor que el Hijo de Dios entregaba a raudales sin mirar a quien ni en qué circunstancias: todo aquel que no estaba contra su doctrina estaba a favor de la misma y, por tanto, no había aquí exclusividad ni nada por el estilo.


JESÚS,  gracias por decir la Verdad.

Eleuterio Fernández Guzmán

29 de septiembre de 2019

Ser Lázaro o ser Epulón


Lc 16, 19-31

“19 ‘Era un hombre rico que vestía de púrpura y lino, y celebraba todos los días espléndidas fiestas. 20 Y uno pobre, llamado Lázaro, que, echado junto a su portal, cubierto de llagas, 21 deseaba hartarse de lo que caía de la mesa del rico... pero hasta los perros venían y le lamían las llagas. 22 Sucedió, pues, que murió el pobre y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. Murió también el rico y fue  sepultado. 23 ‘Estando en el Hades entre tormentos, levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. 24 Y, gritando, dijo: ‘Padre Abraham, ten compasión de mí y envía a Lázaro a que moje en agua la punta de su dedo  y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama.’ 25     Pero Abraham le dijo: ‘"Hijo, recuerda que recibiste tus bienes durante tu vida y Lázaro, al contrario, sus males; ahora, pues, él es aquí consolado y tú atormentado. 26 Y además, entre nosotros y vosotros se interpone un gran abismo, de modo que los que quieran pasar de aquí a vosotros, no puedan; ni de ahí puedan pasar donde nosotros.’ 27 ‘Replicó: ‘Con todo, te ruego, padre, que le envíes a la casa de mi padre, 28 porque tengo cinco hermanos, para que les dé testimonio, y no vengan también ellos a este lugar de tormento.’ 29 Díjole Abraham: ‘Tienen a Moisés y a los profetas; que les oigan.’     30 El dijo: ‘No, padre Abraham; sino que si alguno de entre los muertos va donde ellos, se convertirán.’ 31    Le contestó: ‘Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se convencerán, aunque un muerto resucite.’"


COMENTARIO

Lo que nos dice el Hijo de Dios en ese este texto del Evangelio de San Juan nos debería servir de aviso. Y es que a lo mejor nos corresponde estar ocupando alguna de las situaciones por las que pasan los que aquí intervienen.

Los que sólo gozan sin tener en cuenta a los que sufren… ellos no deben esperar nada bueno a la hora de su muerte. Y no es que tenga nada malo pasar buenos momentos en la vida sino que sí tiene no tener en cuenta a los que mal lo pueden estar pasando.

Son, por tanto, opciones que se nos pueden presentar en la vida. Y es más que importante saber a qué atenernos.


JESÚS,  gracias por poner ejemplos tan claros.


Eleuterio Fernández Guzmán