19 de diciembre de 2020

Zacarías no se fió

Lc, 1, 11-20. 24

11 Se le apareció el Ángel del Señor, de pie, a la derecha del altar del incienso. 12 Al verle Zacarías, se turbó, y el temor se apoderó de él. 13 El ángel le dijo: 'No temas, Zacarías, porque tu petición ha sido escuchada; Isabel, tu mujer, te dará a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Juan; 14 será para ti gozo y alegría, y muchos se gozarán en su nacimiento, 15 porque será grande ante el Señor; no beberá vino ni licor; estará lleno de Espíritu Santo ya desde el seno de su madre, 16 y a muchos de los hijos de Israel, les convertirá al Señor su Dios, 17 e irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, = para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, = y a los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto.» 18 Zacarías dijo al ángel: = '¿En qué lo conoceré? = Porque yo soy viejo y mi mujer avanzada en edad.' 19 El ángel le respondió: «Yo soy Gabriel, el que está delante de Dios, y he sido enviado para hablarte y anunciarte esta buena nueva. 20 Mira, te vas a quedar mudo y no podrás hablar hasta el día en que sucedan estas cosas, porque no diste crédito a mis palabras, las cuales se cumplirán a su tiempo.' 24 Días después, concibió su mujer Isabel; y se mantuvo oculta durante cinco meses".


COMENTARIO


El caso de Zacarías, que suponemos era persona creyente en Dios y en su poder, es bien curioso. Como solía suceder en aquellos tiempos, al parecer no bastaba la palabra de un Ángel porque aquel hombre no estaba convencido de que su mujer, a la que llamaban estéril, porque lo era, pero con mala sombra dicho aquello por parte del personal, iba a concebir un hijo.

Podemos imaginar al Ángel un poco enfadado con aquel hombre. Y sí, le da una señal, que es lo que seguro quería Zacarías: lo deja mudo hasta que nazca la criatura. Y es que quien pide señales, a lo mejor, las tiene…

Aquello es algo más que un episodio, digamos, a tener en cuenta. Y es que lo mismo le pasó a una joven llamada María y ella respondió con fe y creyendo lo que decía el Ángel Gabriel. Y, claro, el resultado fue muy otro.


JESÚS, gracias por hacer lo que se debía hacer en cada caso particular.



Eleuterio Fernández Guzmán

18 de diciembre de 2020

Y José creyó

Mt 1, 18-24

"El origen de Jesucristo fue de esta manera: Su madre, María, estaba desposada con José y, antes de empezar a estar juntos ellos, se encontró encinta por obra del Espíritu Santo. Su marido José, que era justo, pero no quería infamarla, resolvió repudiarla en privado. Así lo tenía planeado, cuando el ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: 'José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.» Todo esto sucedió para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta: Ved que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel, que traducido significa: 'Dios con nosotros'. Despertado José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y tomó consigo a su mujer."


COMENTARIO


Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que el momento de la Anunciación es uno de los más importantes de la historia de la humanidad, creyente o no creyente. Pero también José debía saber lo que había pasado pues podía tener dudas al respecto.

El Ángel Gabriel ha de acabar con la misión que le había encomendado Dios. Por eso le avisa a José acera de que no tenía que temer nada ni pensar mal de su María porque todo era cosa de Dios.

Está claro que José podía haber seguido con el pensamiento que tenía de repudiar en secreto a María. Pero José es un hombre de fe y eso le hace seguir aquello que le dice un enviado de Dios.


JESÚS, recuérdale a José que lo tenemos como padre de nuestra fe.



Eleuterio Fernández Guzmán

17 de diciembre de 2020

Venir de Dios mismo


Mt 1,1-3.5-7.11-17

1 Libro de la generación de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham: 2 Abraham engendró a Isaac, Isaac engendró a Jacob, Jacob engendró a Judá y a sus hermanos, 3 Judá engendró, de Tamar, a Fares y a Zara, Fares engendró a Esrom, Esrom engendró a Aram, 5 Salmón engendró, de Rajab, a Booz, Booz engendró, de Rut, a Obed, Obed engendró a Jesé, 6 Jesé engendró al rey David. David engendró, de la que fue mujer de Urías, a Salomón, 7 Salomón engendró a Roboam, Roboam engendró a Abiá, Abiá engendró a Asaf, 11 Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, cuando la deportación a Babilonia. 12 Después de la deportación a Babilonia,  econías engendró a Salatiel, Salatiel engendró a Zorobabel, 13 Zorobabel engendró a Abiud, Abiud engendró a Eliakim, Eliakim engendró a Azor, 14 Azor engendró a Sadoq, Sadoq engendró a Aquim, Aquim engendró a Eliud, 15 Eliud engendró a Eleazar, Eleazar engendró a Mattán, Mattán engendró a Jacob, 16 y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la que nació Jesús, llamado Cristo. 17 Así que el total de las generaciones son: desde Abraham hasta David, catorce generaciones; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce generaciones; desde la deportación a Babilonia hasta Cristo, catorce generaciones.


COMENTARIO


La Santa Escritura nos recuerda, en el Evangelio de San Mateo, el origen, digamos, físico, del Hijo de Dios porque, como hombre, tiene un origen que en el tiempo se remonta al padre de la fe Abrahám porque, en todo caso, ha de entroncar con lo bueno y mejor que Dios ha sugerido para el mundo.

Es cierto y verdad que muchas generaciones han ido pasando desde entonces porque se trata de muchos siglos desde aquel momento en el que Abrahám dejó su tierra.

Hay, aquí, clara una cosa: no dice que José engendró a Cristo sino que fue el esposo de María. Y tal es así para certificar que fue el Espíritu Santo quien cubrió con su sombra a la joven que había sido elegida por Dios para ser su Madre.


JESÚS, gracias por cumplir con la Voluntad de Dios y ser un buen Hijo.


Eleuterio Fernández Guzmán

16 de diciembre de 2020

Sí, era el Mesías

Lc 7, 19-23

"En aquel tiempo, Juan envió a dos de sus discípulos a preguntar al Señor: '¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro?' Los hombres se presentaron a Jesús y le dijeron: «Juan, el Bautista, nos ha mandado a preguntarte: '¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro?"'. Y en aquella ocasión Jesús curó a muchos de enfermedades, achaques y malos espíritus, y a muchos ciegos les otorgó la vista. Después contestó a los enviados: «Id a anunciar a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los inválidos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, y a los pobres se les anuncia el Evangelio. Y dichoso el que no se escandalice de mí'".


COMENTARIO


Aunque pueda parecer extraño, que Juan el Bautista envía a sus discípulos a preguntar al Hijo de Dios si es el Mesías no es nada raro porque necesitaba saberlo por mucho que él mismo hubiera anunciado al Cordero de Dios en el Jordán.

Aquellos enviados andaban ansiosos por saber si Jesucristo era el Enviado de Dios. Y es que su maestro, el Bautista, estaba había anunciado muchas veces que iba a venir alguien que bautizaría con fuego y Espíritu Santo y querían saber.

Jesucristo les responde con aquello que está pasando y que la Santa Escritura judía recoge del tiempo en el que Dios iba a enviar al Mesías. Y es que era, en verdad, aquella hora tan esperada.


JESÚS, gracias por cumplir, con realidades, la Verdad.


Eleuterio Fernández Guzmán

15 de diciembre de 2020

Donde es sí, debe ser sí

Mt 21, 28-32

"'Pero ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Llegándose al primero, le dijo: `Hijo, vete hoy a trabajar en la viña.' Y él respondió: `No quiero', pero después se arrepintió y fue. Llegándose al segundo, le dijo lo mismo. Y él respondió: `Voy, Señor', y no fue. ¿Cuál de los dos hizo la voluntad del padre?' -'El primero'- le dicen. Díceles Jesús: 'En verdad os digo que los publicanos y las prostitutas llegan antes que vosotros al Reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros por camino de justicia, y no creísteis en él, mientras que los publicanos y las prostitutas creyeron en él. Y vosotros, ni viéndolo, os arrepentisteis después, para creer en él.'"


COMENTARIO


Ciertamente, las personas que escuchaban al Hijo de Dios cuando habló de Juan el Bautista, seguramente algunas de ellas habían estado de acuerdo con que acabara como acabó, así, con la cabeza cortada. Y es que era demasiado incómodo por decir la verdad de Dios.


Jesucristo, que no quería otra cosa que no fuera salvar a todo aquel que quisiera salvarse creyendo en Él, sólo habla desde el corazón y desde el conocimiento total de la Voluntad de Dios y por eso dice lo que dice aunque pueda doler o molestar.


Es cierto y verdad que decir que habrá quien, siendo considerado pecador, será salvado antes que los considerados “sabios” (por ellos mismos y/o por la sociedad) debió molestar más que mucho pero no había venido el Mesías al mundo para contentar a todo el mundo sino sólo y exclusivamente a Dios.



JESÚS, gracias por ser franco y verdadero.


Eleuterio Fernández Guzmán

14 de diciembre de 2020

Fieles a la voluntad de Dios

Mt 21,23-27

En aquel tiempo, Jesús entró en el templo. Mientras enseñaba se le acercaron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo diciendo: ‘¿Con qué autoridad haces esto? ¿Y quién te ha dado tal autoridad?’. Jesús les respondió: ‘También yo os voy a preguntar una cosa; si me contestáis a ella, yo os diré a mi vez con qué autoridad hago esto. El bautismo de Juan, ¿de dónde era?, ¿del cielo o de los hombres?’. Ellos discurrían entre sí: ‘Si decimos: ‘Del cielo’, nos dirá: ‘Entonces, ¿por qué no le creísteis?’. Y si decimos: ‘De los hombres’, tenemos miedo a la gente, pues todos tienen a Juan por profeta’. Respondieron, pues, a Jesús: ‘No sabemos’. Y Él les replicó asimismo: ‘Tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto’”.

 

COMENTARIO

 

No podemos dejar de reconocer que aquellos que perseguían a Jesús querían tener siempre la razón. Y no hay más que ver lo que hoy nos trae el evangelio de San Mateo para ver que no querían ser contrariados por nada ni por nadie.

 

Ellos quieren saber pero, a su vez, parece que no quieran que nada les perturbe su pensamiento y su espiritualidad. No quieren sentirse interpelados ni siquiera por el Maestro a quien preguntan acerca de la autoridad con que hace las cosas que hace o dice las que dice.

 

Jesús les da la respuesta que verdaderamente merecen. Ellos no quieren delatarse ante aquellos que le escuchan. Saben que el Bautista era un gran profeta y temen mucho de parte de muchos. Por eso nada pueden recibir de parte del Hijo de Dios.

 

 

JESÚS,  ayúdanos a ser fieles a la voluntad de Dios.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

13 de diciembre de 2020

Precursor Juan

 Jn 1, 6-8. 19-28

  

Hubo un hombre, enviado por Dios: se llamaba Juan. Este vino para un testimonio, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por él. No era él la luz, sino quien debía dar testimonio de la luz.  Y este fue el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron donde él desde Jerusalén sacerdotes y levitas a preguntarle: ‘¿Quién eres tú?’  El confesó, y no negó; confesó: ‘Yo no soy el Cristo.’ Y le preguntaron: ‘¿Qué, pues? ¿Eres tú Elías?’ El dijo: ‘No lo soy.’ – ‘¿Eres tú el profeta?’ Respondió: ‘No.’   Entonces le dijeron: ‘¿Quién eres, pues, para que demos respuesta a los que nos han enviado? ¿Qué dices de ti mismo?’ Dijo él: ‘Yo soy = voz del que clama en el desierto: Rectificad el camino del Señor, =  como dijo el profeta Isaías.’  Los enviados eran fariseos. Y le preguntaron: ‘¿Por qué, pues, bautizas, si no eres tú el Cristo ni Elías ni el profeta?’ Juan les respondió: ‘Yo bautizo con agua, pero en medio de vosotros está uno a quien no conocéis,  que viene detrás de mí, a quien yo no soy digno de desatarle la correa de su sandalia.’ Esto ocurrió en Betania, al otro lado del Jordán, donde estaba Juan bautizando”.

 

 

COMENTARIO

 

Muchos temían la venida del Mesías. La temían porque sabían, los poderosos y conocedores de las Santas Escrituras sí lo sabían, estaban más que seguros que les iba a cantar las cuarenta al respecto de la utilización que habían hecho de la Ley de Dios.

 

Cuando preguntan al Bautista si es el Cristo esperan que lo sea. Al menos tendrían a alguien a quien perseguir. Sin embargo se quedan con las ganas de echarle mano, entonces, pues bien sabe Juan que no es el Enviado de Dios sino quien lo ha de preceder. Eso también lo sabe.

 

Juan se sabe nada ante Quien ha de venir. Aquella actitud humilde, profundamente humilde, le vale la admiración de muchos pero también le odian por eso. Pero él, que sabe a qué ha venido al mundo, debió gozar mucho en aquel momento.

 

 

JESÚS, ayúdanos a ser humildes como el Bautista.

 

Eleuterio Fernández Guzmán