6 de octubre de 2023

Un Amor así, como el de Cristo

Lc 10, 13-16


"Jesús dijo:
¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros realizados entre ustedes, hace tiempo que se habrían convertido, poniéndose cilicio y sentándose sobre ceniza. Por eso Tiro y Sidón, en el día del Juicio, serán tratadas menos rigurosamente que ustedes. Y tú, Cafarnaúm, ¿acaso crees que serás elevada hasta el cielo? No, serás precipitada hasta el infierno. El que los escucha a ustedes me escucha a mí; el que los rechaza a ustedes me rechaza a mí; y el que me rechaza rechaza a Aquél que me envió.

COMENTARIO

Como era de esperar, sabiendo la misión que el Hijo de Dios había venido al mundo a llevar a cabo, cuando se encuentra Cristo con personas como las de Corozaín, Betsaida o de Cafarnaúm no puede decir otra cosa que lo que aquí recoge el Evangelio de San Lucas.

Sin duda que en Tiro y Sidón hubo arrepentimiento por los pecados cometidos pues, al ver lo que allí sucedió, se dieron cuenta de Quién era Aquel que les hablaba. Pero, al parecer, no había habido arrepentimiento en Corozaín y en Betsaida (o en Cafarnaúm) y eso les supondría, el día del Juicio, algo más que terrible...

El caso es que, según dice Jesucristo al final de este texto, no nos conviene para nada rechazar a quien habla en nombre del Hijo de Dios. 

JESÚS,  gracias por un Amor tan grande como el tuyo. 

Eleuterio Fernández Guzmán

3 de octubre de 2023

Cuando la ira es desmedida

Lc 9, 51-56


"Cuando estaba por cumplirse el tiempo de su elevación al cielo, Jesús se encaminó decididamente hacia Jerusalén y envió mensajeros delante de Él. Ellos partieron y entraron en un pueblo de Samaría para prepararle alojamiento. Pero no lo recibieron porque se dirigía a Jerusalén.
Cuando sus discípulos Santiago y Juan vieron esto, le dijeron: 'Señor, ¿quieres que mandemos caer fuego del cielo para consumirlos?' Pero Él se dio vuelta y los reprendió. Y se fueron a otro pueblo."

COMENTARIO

No podemos negar que aquellos que seguían al Hijo de Dios más de cerca creían que, junto a su persona, podían hacer cosas que de otra forma era impensable que podían hacer. Por eso ellos, algunos de ellos, se creían con tanta fuerza espiritual que se sentían capaces de pedir al Cielo que cayera fuego para castigar a los que no habían querían recibir a Jesucristo. 

Como es imaginar (dado el corazón de Cristo) no iba a permitir Jesucristo que hiciera una cosa así. Y por eso reprende una tal pretensión. Y es que ellos no habían acabado lo que era la comprensión del prójimo y aún les quedaba mucho que aprender...

JESÚS, gracias por ser comprensivo y misericordioso. 

Eleuterio Fernández Guzmán

1 de octubre de 2023

Saber lo que nos conviene saber

Mt 21, 28-32

 
“28 ‘Pero ¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Llegándose al primero, le dijo: ’Hijo, vete hoy a trabajar en la viña.’ 29 Y él respondió: ‘No quiero’, pero después se arrepintió y fue.30 Llegándose al segundo, le dijo lo mismo. Y él respondió: ‘Voy, Señor’, y no fue. 31 ¿Cuál de los dos hizo la voluntad del padre?’ – ‘El primero’ - le dicen. Díceles Jesús: ‘En verdad os digo que los publicanos y las rameras llegan antes que vosotros al Reino de Dios.32 Porque vino Juan a vosotros por camino de justicia, y no creísteis en él, mientras que los publicanos y las rameras  creyeron en él. Y vosotros, ni viéndolo, os arrepentisteis después, para creer en él.’”

COMENTARIO 

Cuando el Hijo de Dios expone a los que le escuchan aquella parábola del padre y los dos hijos es seguro que sabía muy bien las razones de exponerla ante aquellas personas que estaban esperando aprender del Maestro.

Aquellos hijos actuaron falsamente. Los dos mintieron a su padre y eso no estaba nada bien a ojos de nadie de los allí presentes. Pero es que Jesucristo creía que muchos de ellos también mentían a Dios. 

Poner por delante de los que le escuchaban, miembros del pueblo escogido por dios, a publicanos y rameras es seguro que molestó a muchos de los estaban presentes. Y es que el ejemplo de Juan el Bautista, tan claro en su mensaje y en lo que suponía el mismo, al parecer, no fue suficiente para los "entendidos". 


JESÚS,  gracias por decir las cosas como deben ser dichas muy a pesar de muchos. 

Eleuterio Fernández Guzmán