7 de marzo de 2020

Ser perfectos como Dios quiere


Mt 5, 43-48
"'Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa vais a tener? ¿No hacen eso mismo también los publicanos? Y si no saludáis más que a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de particular? ¿No hacen eso mismo también los gentiles? Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial.'"

COMENTARIO

Era de esperar que, en este tipo de materias, el de la fe verdadera y verdadera Voluntad de Dios, muchas cosas tuvieran que cambiar. Y el Hijo del Todopoderoso hace lo posible para que esto sea así. Y dice la Verdad.
Hay algo esencial en el verdadero amor hacia el prójimo, algo que demasiadas veces se olvida pero que, en pensamiento de Jesucristo, es la base de toda nuestra fe: amarlo por encima de nuestras dudas o de lo que nos haya podido hacer. Y eso, del todo, importante.
Lo que, en fin, nos pide Jesucristo, no es poco. Y es que nos pide que seamos perfectos como Dios es perfecto, su Padre del Cielo. Y ya sabemos cómo somos nosotros…

JESÚS, gracias por ser tan franco con nosotros.

Eleuterio Fernández Guzmán

6 de marzo de 2020

Ley de Dios

Mt 5, 20-26
"Porque os digo que, si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el Reino de los Cielos.
'Habéis oído que se dijo a los antepasados: No matarás; y aquel que mate será reo ante el tribunal. Pues yo os digo: Todo aquel que se encolerice contra su hermano, será reo ante el tribunal; pero el que llame a su hermano `imbécil', será reo ante el Sanedrín; y el que le llame `renegado', será reo de la gehenna de fuego. Si, pues, al presentar tu ofrenda en el altar te acuerdas entonces de que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí, delante del altar, y vete primero a reconciliarte con tu hermano; luego vuelves y presentas tu ofrenda. Ponte enseguida a buenas con tu adversario mientras vas con él por el camino; no sea que tu adversario te entregue al juez y el juez al guardia, y te metan en la cárcel. Yo te aseguro: no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último céntimo.'"

COMENTARIO

Muchas veces se ve en la obligación, el Hijo de Dios, de corregir ciertos comportamientos que sus hermanos los hombres llevan a cabo cada día porque creen que los mismos son la Voluntad de Dios. Por eso, y debido a tal forma de ver las cosas, hay quienes no creen en Él y lo persiguen pues no acaban de entender que lo que, hasta entonces, había sido tenido por bueno y mejor pase a ser, ahora, malo y peor y no se deba tener en cuenta.
El ejemplo que pone el Evangelio de San Mateo y relativo a la relación entre hermanos (pensemos que todos los somos por ser todos hijos de Dios…) es síntoma de que las cosas no se estaban haciendo bien. Y, además, podemos decir que la comprensión que tiene Jesucristo de la Ley de Dios es mucho más amplio que lo que solían tener los escogidos por Dios como su pueblo.

JESÚS, gracias por hacernos comprender la Ley de Dios.

Eleuterio Fernández Guzmán

5 de marzo de 2020

Lo elemental de la Ley de Dios

Mt 7, 7-12
"Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide recibe; el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿O hay acaso alguno entre vosotros que al hijo que le pide pan le dé una piedra; o si le pide un pez, le dé una culebra? Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que se las pidan!
Por tanto, todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros a ellos; porque ésta es la Ley y los Profetas."

COMENTARIO

No es nada extraño que el Hijo de Dios diga lo que diga y tampoco lo es que muchos no estuvieran de acuerdo con algo que, para ellos, a lo mejor rompe con su concepción de la Ley de Dios. Sin embargo, lo que hoy nos dice va más allá de esto.
Hay que pedir a Dios porque nuestro Padre del Cielo siempre nos escucha. Por eso debemos dirigirnos a Quien nos ha creado y mantiene. Y, cuando pone Jesucristo el ejemplo del hijo que pide a un padre lo hace para que nos demos cuenta que, en esto, con relación a Dios pasa lo mismo: siempre nos da lo que nos conviene, de verdad, a nosotros.
Y, luego, para finalizar, la regla de oro de todo comportamiento humano: no debemos hacer al prójimo lo que no queremos que el prójimo nos haga a nosotros. Y es que, en realidad, no haría falta que eso se tuviera que decir pero, en fin…, ya sabemos cómo somos los hombres…

JESÚS, gracias por decir las cosas como son y como debemos tenerlas en cuenta.

Eleuterio Fernández Guzmán

4 de marzo de 2020

Cuestión de señales y de poca fe

Lc 11, 29-32
"Habiéndose reunido la gente, comenzó a decir: 'Esta generación es una generación malvada; pide un signo, pero no se le dará otro signo que el signo de Jonás. Porque así como Jonás fue signo para los ninivitas, así lo será el Hijo del hombre para esta generación. La reina del Mediodía se levantará en el Juicio con los hombres de esta generación y los condenará; porque ella vino de los confines de la tierra a oír la sabiduría de Salomón, y aquí hay algo más que Salomón. Los ninivitas se levantarán en el Juicio con esta generación y la condenarán; porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás, y aquí hay algo más que Jonás.'"

COMENTARIO

Es bien cierto que el pueblo judío, aquel que había sido escogido por Dios para que fuera Su pueblo, había necesitado siempre de ciertas señales, digamos, materiales para creer. Y eso era un problema bastante importante.
Eso era lo que le pedían al Hijo de Dios. Y por mucho que vieran lo que decía e, incluso, lo que hacía, estaban ávidos de señales y querían que les mostrase más de las que ya había hecho para ellos y por ellos.
Jesucristo tiene por cierto y verdad que Él es señal más que suficiente como para que aquellos que lo escuchan y lo ven crean que es el Enviado de Dios. Por eso les pone sobre la mesa una gran verdad: el día del Juicio muchos considerados paganos vendrán a juzgarlos a ellos pues aquellos creyeron.

JESÚS, gracias por decir, simplemente, la verdad.

Eleuterio Fernández Guzmán

3 de marzo de 2020

Saber orar

Mt 6, 7-15
«Y, al orar, no charléis mucho, como los gentiles, que se figuran que por su palabrería van a ser escuchados. No seáis como ellos, porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes de pedírselo. «Vosotros, pues, orad así:
Padre nuestro que estás en los cielos,
santificado sea tu Nombre;
 venga tu Reino; hágase tu Voluntad así en la tierra como en el cielo.
 Nuestro pan cotidiano dánosle hoy; y perdónanos nuestras deudas,
así como nosotros hemos perdonado a nuestros deudores;
 y no nos dejes caer en tentación, mas líbranos del mal.
«Que si vosotros perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas.

COMENTARIO

Como pasa siempre, lo que nos dice el Hijo de Dios no es algo para tener como no dicho. Y es que su Palabra es la de Dios mismo y por eso cuenta mucho que nos diga, por ejemplo, cómo debemos orar.
El caso es que, en este texto del Evangelio de San Mateo, se nos enseña el Padre Nuestro y, a sabiendas de que es importante no podemos tenerlo como una oración más. Es la que quiso Cristo que aprendieran sus discípulos porque en ella se dice lo importante de nuestra voluntad.
Hay algo, precisamente, dicho al principio de este texto que es muy importante: la apariencia. Y es que podemos llegar a creer que hacemos para que se nos vea cuando, en realidad, es Dios quien debe vernos y, ciertamente, nos ve. También ve tal comportamiento nuestro...

JESÚS, gracias por el Padre Nuestro.


Eleuterio Fernández Guzmán

2 de marzo de 2020

Comprender la Ley de Dios



Mt 25, 31-43.45-46

“Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles, entonces se sentará en su trono de gloria. Serán congregadas delante de él todas las naciones, y él separará a los unos de los otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos. Pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces dirá el Rey a los de su derecha: 'Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y acudisteis a mí.' Entonces los justos le responderán: 'Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; o sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero, y te acogimos; o desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y acudimos a ti?' Y el Rey les dirá: 'En verdad os digo que cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis.' Entonces dirá también a los de su izquierda: 'Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; era forastero, y no me acogisteis; estaba desnudo, y no me vestisteis; enfermo y en la cárcel, y no me visitasteis.' Entonces dirán también éstos: 'Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento o forastero o desnudo o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?' Y él entonces les responderá: 'En verdad os digo que cuanto dejasteis de hacer con uno de estos más pequeños, también conmigo dejasteis de hacerlo.' E irán éstos a un castigo eterno, y los justos a una vida eterna.'”

COMENTARIO

Este texto del Evangelio de San Mateo lo deberíamos tener como uno que lo es de importancia en nuestra vida de discípulos de Cristo. Y tal es así porque nos da una pista más que grande para alcanzar la vida eterna y, además, evitar el Infierno.

El caso es que nos lo dice Jesucristo con una claridad, en fin…, meridiana. Y es que lo que nos dice es que lo que hagamos al prójimo, más aún si es pequeño en la fe, se nos tendrá en cuenta cuando comparezcamos ante el Tribunal de Dios que, somo sabemos, no podemos evitar.

Y así están las cosas, para que las entendamos.


JESÚS,  gracias por ser tan franco con nosotros.

Eleuterio Fernández Guzmán