Mt 25, 31-43.45-46
“Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria
acompañado de todos sus ángeles, entonces se sentará en su trono de gloria.
Serán congregadas delante de él todas las naciones, y él separará a los unos de
los otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos. Pondrá las ovejas
a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces dirá el Rey a los de su
derecha: 'Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado
para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de
comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; estaba
desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y acudisteis
a mí.' Entonces los justos le responderán: 'Señor, ¿cuándo te vimos hambriento,
y te dimos de comer; o sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos
forastero, y te acogimos; o desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o
en la cárcel, y acudimos a ti?' Y el Rey les dirá: 'En verdad os digo que
cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo
hicisteis.' Entonces dirá también a los de su izquierda: 'Apartaos de mí,
malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve
hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; era forastero,
y no me acogisteis; estaba desnudo, y no me vestisteis; enfermo y en la cárcel,
y no me visitasteis.' Entonces dirán también éstos: 'Señor, ¿cuándo te vimos
hambriento o sediento o forastero o desnudo o enfermo o en la cárcel, y no te
asistimos?' Y él entonces les responderá: 'En verdad os digo que cuanto
dejasteis de hacer con uno de estos más pequeños, también conmigo
dejasteis de hacerlo.' E irán éstos a un castigo eterno, y los justos a una
vida eterna.'”
COMENTARIO
Este
texto del Evangelio de San Mateo lo deberíamos tener como uno que lo es de
importancia en nuestra vida de discípulos de Cristo. Y tal es así porque nos da
una pista más que grande para alcanzar la vida eterna y, además, evitar el
Infierno.
El
caso es que nos lo dice Jesucristo con una claridad, en fin…, meridiana. Y es que
lo que nos dice es que lo que hagamos al prójimo, más aún si es pequeño en la
fe, se nos tendrá en cuenta cuando comparezcamos ante el Tribunal de Dios que,
somo sabemos, no podemos evitar.
Y
así están las cosas, para que las entendamos.
JESÚS, gracias por ser tan franco con nosotros.
Eleuterio Fernández Guzmán
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