6 de julio de 2018

Escoger para salvar


Mt 9, 9-13

“9 Cuando se iba de allí, al pasar vio Jesús a un hombre llamado Mateo, sentado en el despacho de impuestos, y le dice: ‘Sígueme’. Él se levantó y le siguió. 10 Y sucedió que estando él a la mesa en casa de Mateo, vinieron muchos publicanos y pecadores, y estaban a la mesa con Jesús y sus discípulos. 11 Al verlo los fariseos decían a los discípulos: ‘¿Por qué come vuestro maestro con los publicanos y pecadores?’ 12 Mas él, al oírlo, dijo: ‘No necesitan médico los que están fuertes sino los que están mal. 13 Id, pues, a aprender qué significa aquello de: Misericordia quiero, que no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores’”.


COMENTARIO

El Hijo de Dios escoge a los que iban a ser sus Apóstoles de acuerdo con la voluntad de su Padre. Es bien cierto que la elección de aquellos hombres puede sorprender porque no eran de los considerados sabios ni superiores espirituales.

Mateo era recaudador de impuestos. Era considerado un pecador pero Jesucristo lo escoge porque, como diría en otra ocasión, había venido a salvar a los que necesitaban salvación.

Había quien, sin embargo, no quería al Hijo de Dios y lo acusaban de atraer a los pecadores. Pero Jesucristo lo tenía más que claro: la misericordia era más importante que lo que pudiera hacer su actuar.  


JESÚS,  gracias por llamar a los que necesitaban salvación.


Eleuterio Fernández Guzmán

2 de julio de 2018

No es tan fácil seguir a Cristo

Mt 8, 18-22

“18 Viéndose Jesús rodeado de la muchedumbre, mandó pasar a la otra orilla. 19 Y un escriba se acercó y le dijo: ‘Maestro, te seguiré adondequiera que vayas’. 20 Dícele Jesús: ‘Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza’. 21 Otro de los discípulos le dijo: ‘Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre». 22 Dícele Jesús: ‘Sígueme, y deja que los muertos entierren a sus muertos’”.


COMENTARIO

No era extraño que, en tiempos del Hijo de Dios hubiese quien quisiera seguir al Maestro. Incluso el texto de hoy nos habla de un escriba que debía ser persona de importancia. Y quiere seguirlo, y así se lo dice.

Las cosas no son, como podemos imaginar, tan de color de rosa para aquel hombre. Y es que el Hijo de Dios tiene que poner las cartas sobre la mesa y decir, simple y llanamente, que tiene poco o, mejor, nada.

Hay, también, quien quiere no dejar de olvidar su pasado. Pero Jesucristo sabe que quien no es capaz de olvidar el corazón que se tenía no puede ser discípulo suyo.


JESÚS,  ayúdanos a seguirte con todas las consecuencias.


Eleuterio Fernández Guzmán