4 de mayo de 2013

No ser del mundo



Sábado V de Pascua

Jn 15,18-21

“En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: ‘Si el mundo os odia, sabed que a mí me ha odiado antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero, como no sois del mundo, porque yo al elegiros os he sacado del mundo, por eso os odia el mundo. Acordaos de la palabra que os he dicho: El siervo no es más que su señor. Si a mí me han perseguido, también os perseguirán a vosotros; si han guardado mi Palabra, también la vuestra guardarán. Pero todo esto os lo harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me ha enviado’”.

COMENTARIO

Jesús sabía muy bien que no todos los hijos de Israel que lo habían conocido estaban de acuerdo con lo que decía y hacía. Es más, sabía que lo odiaban de verdad y que buscaban su muerte porque, en efecto, a los profetas muchas veces los habían matado por lo que eran y representaban.

Nos pone, el Mesías, sobre el tema de que podemos ser perseguidos por nuestra fe. No es que quiera eso para nosotros sino que, no pudiendo ser el siervo más que su señor, si al señor lo han perseguido ya pueden estar seguros los siervos de que también será perseguidos.

Ciertamente existe una razón para que se hubiera sido perseguido el Hijo de Dios: aquellos que lo perseguían no habían entendido nada de lo que había dicho y hecho. Por eso querían matarlo y por eso, exactamente, por eso la Iglesia católica y sus fieles han sido, y son, perseguido pues no son, no somos, de este mundo.


JESÚS, eres Maestro y eres Señor. Te persiguieron y aún te persiguen aquellos que te odian. Por eso, te pedimos que nos fortalezcas el corazón para saber afrontar las tribulaciones que el Mal nos pueda procurar.





Eleuterio Fernández Guzmán


3 de mayo de 2013

Cristo sí es el Camino, la Verdad y la Vida




Jn 14, 6-14

“En aquel tiempo, Jesús dijo a Tomás: ‘Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí. Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre; desde ahora lo conocéis y lo habéis visto». Le dice Felipe: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta’. Le dice Jesús: ‘¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me conoces Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: ‘Muéstranos al Padre’? ¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí? Las palabras que os digo, no las digo por mi cuenta; el Padre que permanece en mí es el que realiza las obras. Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Al menos, creedlo por las obras. En verdad, en verdad os digo: el que crea en mí, hará él también las obras que yo hago, y hará mayores aún, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré’”.

COMENTARIO

Camino

Jesús dice con toda claridad que es el camino porque con Él n en Él nada resulta más fácil que recorrer lo que tenemos de vida para llegar al definitivo Reino de Dios. Y hacerlo con la seguridad de no equivocarnos.

Verdad

Jesús dice que es la Verdad porque su boca es la boca de Dios y por ella sólo puede salir aquello que es bueno y benéfico para nuestra existencia de seres humanos hijos, todos, de Dios.

Vida

Jesús asegura que es la Vida porque, en efecto, a través de Él se alcanza la vida eterna. Creer en Jesucristo es necesario para tal vida que no termina nunca y sólo con Él se llega a tan ansiado destino.


JESÚS, lo dices con toda claridad: eres el Camino, la Verdad y la Vida. Lo que es triste es que, sabiendo que es cierto, en demasiadas ocasiones no te sigamos, no te escuchemos y, en definitiva, pudiera parecer que no anhelamos la vida eterna.





Eleuterio Fernández Guzmán

2 de mayo de 2013

Permanecer en Cristo para ser felices



Jn 15,9-11

En aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: 'Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. Os he dicho esto, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea colmado'".


COMENTARIO

Jesús dice algo que nunca deberíamos olvidar y que es esencial par la vida de un discípulo suyo. Dice que el amor que nos tiene es tal como es el del Padre por Él. Por tanto, no tiene límite y es misericordioso y bueno.

También dice que debemos tener en cuenta que no basta con decir que somos discípulos suyos sino que debemos guardar los mandamientos de Dios, los suyos, los de Cristo y así, sólo así, podremos decir que somos hijos del Creador.

Creyendo en Cristo gozamos con una realidad espiritual de un calado tan grande que no hay otra que pueda resulta igual de gozosa para nuestro corazón. Creer en Cristo es, pues, creer en Dios y eso sólo puede reportarnos felicidad y alegría en el alma.


JESÚS, debemos permanecer en ti para ser felices. Es una pena que, en demasiadas ocasiones no lo hagamos y, simplemente, nos alejemos de Ti.





Eleuterio Fernández Guzmán



1 de mayo de 2013

Permanecer en Cristo



Miércoles V de Pascua




Jn 15,1-8

“En aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: ‘Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador. Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo corta, y todo el que da fruto, lo limpia, para que dé más fruto. Vosotros estáis ya limpios gracias a la Palabra que os he anunciado. Permaneced en mí, como yo en vosotros. Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid; así tampoco vosotros si no permanecéis en mí. Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada. Si alguno no permanece en mí, es arrojado fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen, los echan al fuego y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y lo conseguiréis. La gloria de mi Padre está en que deis mucho fruto, y seáis mis discípulos’”.

COMENTARIO

Nosotros dependemos de Dios para existir. Tal realidad no es, en demasiadas ocasiones, tenida en cuenta. El alimento del alma que nos es necesarios nos lo da la Palabra de Dios y a ella debemos acudir como a fuentes seguras que manan leche y miel.

No podemos querer ser salvados y, sin embargo, no hacer nada por nuestra salvación. Debemos, para empezar, permanecer en el corazón de Cristo. Y, para eso, nos basta (de querer) con creer en el Señor y tenerlo siempre presente en nuestra vida.

Espera Dios de nosotros que hagamos rendir los talentos que nos entregó cuando fuimos creados. No espera otra cosa y, mucho menos, que los escondamos debajo de cualquier celemín (egoísmo, por ejemplo) y no hagamos nada con ellos. Quiere frutos, y frutos abundantes.


JESÚS, es muy importante para nosotros permanecer en Ti. Sin embargo, en muchas; es más, en demasiadas ocasiones no queremos que eso suceda.





Eleuterio Fernández Guzmán

30 de abril de 2013

No perder la esperanza nunca: Dios está con nosotros



 Jn 14, 27-31a

“Os dejo la paz, mi paz os doy; no os la doy como la da el mundo.      No se turbe vuestro corazón ni se acobarde. Habéis oído que os he dicho: ‘Me voy y volveré a vosotros’. Si me amarais, os alegraríais de que me fuera al Padre, porque el Padre es más grande que yo. Y os lo digo ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis. Ya no hablaré muchas cosas con vosotros, porque llega el Príncipe de este mundo. En mí no tiene ningún poder; pero ha de saber el mundo que amo al Padre y que obro según el Padre me ha ordenado”.

COMENTARIO

El temor

Era terrible, para los discípulos más cercanos a Jesús, saber que no lo van a ver más. Sin embargo, Jesús les impele a no perder la esperanza y a saber que siempre estará con ellos y, así, con nosotros.

La verdad

Amar a Jesús es amar a Dios. El poder del Creador, Padre de Cristo y nuestro, no tiene límite y todo lo puede hacer. Por eso Jesús sabe que vivirá para siempre y todos los que crean en él, también.

El Mal

Jesús avisa sobre el Mal que, como Príncipe de este mundo, llega para adueñarse de todo. Muy dice Jesús que sobre el Hijo de Dios, Satanás no tiene poder pero sobre el hombre…


JESÚS, conviene que sepamos que debemos amarte a Ti y, así, a Dios mismo. Y que, sobre todo, debemos no rendirnos ante el Príncipe de este mundo que viene, a nuestro corazón, para hacernos perder.





Eleuterio Fernández Guzmán

29 de abril de 2013

Amar a Cristo




Lunes V de Pascua

Jn 14,21-26

“En aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: ‘El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ame, será amado de mi Padre; y yo le amaré y me manifestaré a él’. Le dice Judas, no el Iscariote: ‘Señor, ¿qué pasa para que te vayas a manifestar a nosotros y no al mundo?’. Jesús le respondió: ‘Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él. El que no me ama no guarda mis palabras. Y la palabra que escucháis no es mía, sino del Padre que me ha enviado. Os he dicho estas cosas estando entre vosotros. Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, os lo enseñará todo y os recordará todo lo que yo os he dicho’".


COMENTARIO

En la conversación que mantiene Jesús con sus discípulos salen a relucir realidades espirituales que son cruciales par la vida del creyente y del discípulo de Jesús. De todas ellas quería el Maestro informar a los que serían sus apóstoles en Edmundo por venir.

El amor que se tiene por Jesús y, por tanto, el hecho mismo de guardar sus palabras no es una realidad que se queda aislada del resto de la Salvación. Es más, tiene una relación muy directa con Dios pues Cristo es el Enviado del Todopoderoso, es más, es Dios hecho hombre.

Jesús nos pone sobre el camino de la venida del Espíritu Santo. A partir de Pentecostés, la Tercera Persona de la Santísima Trinidad se encomienda a nuestros corazones para que lo aceptemos y hagamos lo propio con sus mociones.


JESÚS, aquellos que te escuchan han de saber que eras Palabra de Dios porque eres Dios mismo. Eso, que es tan importante para nosotros, lo olvidamos demasiadas veces.





Eleuterio Fernández Guzmán