29 de diciembre de 2018

El Templo, Cristo, Simeón


Lc 2, 22-45

“22 Cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, 23 como está escrito en la Ley del Señor: Todo varón primogénito será consagrado al Señor 24 y para ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o dos pichones, conforme a lo que se dice en la Ley del Señor. 25 Y he aquí que había en Jerusalén un hombre llamado Simeón; este hombre era justo y piadoso, y esperaba la consolación de Israel; y estaba en él el Espíritu Santo. 26 Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de haber visto al Cristo del Señor. 27 Movido por el Espíritu, vino al Templo; y cuando los padres introdujeron al niño Jesús, para cumplir lo que la Ley prescribía sobre él, 28 le tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: 29 «Ahora, Señor, puedes, según tu palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz; 30 porque han visto mis ojos tu salvación, 31 la que has preparado a la vista de todos los pueblos, 32 luz para iluminar a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel». 33 Su padre y su madre estaban admirados de lo que se decía de él. 34 Simeón les bendijo y dijo a María, su madre: «Este está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción - 35 ¡y a ti misma una espada te atravesará el alma! - a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones». 36 Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad avanzada; después de casarse había vivido siete años con su marido,
37 y permaneció viuda hasta los ochenta y cuatro años; no se apartaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día en ayunos y oraciones. 38 Como se presentase en aquella misma hora, alababa a Dios y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén. 39 Así que cumplieron todas las cosas según la Ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret.
40 El niño crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría; y la gracia de Dios estaba sobre él. 41 Sus padres iban todos los años a Jerusalén a la fiesta de la Pascua. 42 Cuando tuvo doce años, subieron ellos como de costumbre a la fiesta 43 y, al volverse, pasados los días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo sus padres. 44 Pero creyendo que estaría en la caravana, hicieron un día de camino, y le buscaban entre los parientes y conocidos; 45 pero al no encontrarle, se volvieron a Jerusalén en su busca.”



COMENTARIO

Como era de precepto espiritual, los padres del Niño recién nacido lo llevan al Templo. Han de presentarlo al Señor para ofrecérselo como hijo suyo que era. Por eso acuden a Jerusalén cumpliendo con lo establecido. Y allí estaba Simeón, un anciano, un hombre justo que sabía que, en cualquier momento de su vida, iba a ver al Mesías. Y cuando lo ve no puede, ¡Que menos!, que dar las gracias a Dios y pedirle que se lo lleve junto a sí. Y a María le deja un aviso muy grave: va a sufrir mucho por aquel Niño que había sido enviado por Dios al mundo para que el mundo se salvase pero que también le iba a causar un gran dolor.


JESÚS, agradece a Simeón, de nuestra parte, su gran confianza en Dios.

Eleuterio Fernández Guzmán


28 de diciembre de 2018

Los primeros mártires


Mt 2, 13-18

Después que los magos se retiraron, el Ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: ‘Levántate, toma contigo al Niño y a su madre y huye a Egipto; y estate allí hasta que yo te diga. Porque Herodes va a buscar al Niño para matarle’. Él se levantó, tomó de noche al Niño y a su madre, y se retiró a Egipto; y estuvo allí hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliera el oráculo del Señor por medio del profeta: ‘De Egipto llamé a mi hijo’. 

Entonces Herodes, al ver que había sido burlado por los magos, se enfureció terriblemente y envió a matar a todos los niños de Belén y de toda su comarca, de dos años para abajo, según el tiempo que había precisado por los magos. Entonces se cumplió el oráculo del profeta Jeremías: ‘Un clamor se ha oído en Ramá, mucho llanto y lamento: es Raquel que llora a sus hijos, y no quiere consolarse, porque ya no existen’”.


COMENTARIO

Cumple José, muchas veces, con aquello que le dicen de parte de Dios. Es decir, el Ángel del Señor hace de mensajero del Creador e indica al padre adoptivo de Jesús que ha de huir para que Herodes no lo mate.

Herodes se sentía acosado por aquel niño que decían sería Rey. Por eso, por egoísmo y por falta de humanidad, ordena matar a los niños pequeños de su reino. Y un tal comportamiento es propio de seres humanos que han perdido lo que de humano tenía su corazón.

Algo muy importante nos dice este texto evangélico. Se refiere, en dos ocasiones, en el hecho de que con lo que aquí se dice se cumplió aquello que estaba escrito. En realidad, nos habla del cumplimiento de la voluntad de Dios.



JESÚS, muchos hermanitos tuyos murieron por tu causa. Eran mártires antes de que tal palabra tuviera sentido para tus discípulos. Ayúdanos a no olvidar nunca la vida de aquellos que murieron por Ti.


Eleuterio Fernández Guzmán


27 de diciembre de 2018

Y Cristo resucitó




Jn 20,2-8

El primer día de la semana, María Magdalena fue corriendo a Simón Pedro y a donde estaba el otro discípulo a quien Jesús quería y les dice: ‘Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto’. Salieron Pedro y el otro discípulo, y se encaminaron al sepulcro. Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió por delante más rápido que Pedro, y llegó primero al sepulcro. Se inclinó y vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llega también Simón Pedro siguiéndole, entra en el sepulcro y ve las vendas en el suelo, y el sudario que cubrió su cabeza, no junto a las vendas, sino plegado en un lugar aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado el primero al sepulcro; vio y creyó.”

COMENTARIO

María de Magdala había visto que el cuerpo de Jesús no estaba donde tenía que estar que era donde lo habían dejado. No es de extrañar que se sintiera confusa y acudiera donde estaban los discípulos más allegados de Jesús y dar aquella noticia.

De entre ellos dos fueron rápidos en la acción. Tanto Pedro como Juan corrieron raudos a ver lo que decía María Magdalena que había pasado. El estado de nervios de los dos apóstoles lo podemos imaginar y, sin embargo, no duraron en ir al sepulcro de Jesús.

Pedro, llamado Simón, es el mayor de los dos. Llegó más tarde que Juan, que era más joven, pero el discípulo amado de Jesús no quiso entrar dentro del sepulcro. Pedro sí lo hizo y comprobó que, en efecto, no esta el cuerpo de Jesús. Y luego entró Juan. Y dice el texto que creyó. Creyó en todo lo que había dicho el Maestro.


JESÚS,  tus discípulos acuden a tu sepulcro porque te quieren. Ayúdanos a no olvidar nunca que resucitaste y que lo hiciste para siempre.





Eleuterio Fernández Guzmán


26 de diciembre de 2018

Perseverar

Mt 10, 17-22


“Guardaos de los hombres, porque os entregarán a los tribunales y os azotarán en sus sinagogas; y por mi causa seréis llevados ante gobernadores y reyes, para que deis testimonio ante ellos y ante los gentiles. Mas cuando os entreguen, no os preocupéis de cómo o qué vais a hablar. Lo que tengáis que hablar se os comunicará en aquel momento. Porque no seréis vosotros los que hablaréis, sino el Espíritu de vuestro Padre el que hablará en vosotros. ‘Entregará a la muerte hermano a hermano y padre a hijo; se levantarán hijos contra padres y los matarán. Y seréis odiados de todos por causa de mi nombre; pero el que persevere hasta el fin, ése se salvará.’”


COMENTARIO

Lo que dice Jesús en este texto del Evangelio de San Mateo no podemos negar que sea poca cosa. Y es que nos habla de lo que pasará con aquellos que quieran seguirle y ser sus discípulos. Humanamente nada bueno.

El futuro es terrible, si lo consideramos desde el punto de vista terreno. Serán entregados los que sigan a Cristo pero ellos tendrán defensa en el Espíritu Santo que hablará por ellos. Y deben dejarse conducir por Él.

Pero lo bueno, aquello que vale la pena, sirve para el bien del discípulo de Cristo. El odio hacia los que sigan a Cristo tendrá un gran don y un gran regalo de Dios: la salvación eterna. Para alcanzarla, sin embargo, hace falta perseverar en la fe y en la oración.

JESÚS, ayúdanos a perseverar en la fe y en la oración.


Eleuterio Fernández Guzmán


25 de diciembre de 2018

Hoy nace nuestro Salvador y nuestra salvación


Hoy nace Dios. Y lo hace en los corazones de sus hijos que tanto tiempo llevaban esperándolo.

Gracias al Todopoderoso, Padre de Jesucristo y Padre Nuestro, podemos salvarnos y vivir para siempre. Y gracias a un día como hoy todo es posible porque todo el Amor del Padre se ha visto colmado.

¡Alabado sea Dios que tanto nos ama!

¡Feliz Navidad!


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24 de diciembre de 2018

Noche Buena; ¡Viene Cristo!

Dios había de nacer en una Noche que debía ser Buena. Y Dios, nuestro Padre y el Suyo, quería que lo hiciese en un lugar pobre. Nosotros, en realidad, no sabemos del todo las razones de aquello pero estamos seguros que fue por nuestro bien, como hijos suyos que somos.


Noche Buena




¡Muy buena Noche Buena!

Eleuterio Fernández Guzmán 

23 de diciembre de 2018

Bendita María


Lc 1, 39-45


                      
“39 En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; 40 entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. 41 Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo; 42 y exclamando con gran voz, dijo: ‘Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; 43 y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? 44 Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno.
45 ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!’”.

COMENTARIO

Cuando aquella joven llamada María, que hacía bien poco le había dicho al Ángel Gabriel que sí, que aceptaba ser la esclava del Señor, acude al pueblo donde vive su prima Isabel, cumple con su misión de forma perfecta. Por eso, la esposa de Zacarías, que sabe más de lo que pudiera parecer, se alegra sobremanera cuando la ve llegar a su casa. Sabe que lleva en su seno al Mesías y se alegra de tal forma que la llama “Bendita entre las mujeres” o, lo que es lo mismo, la escogida por Dios para se su Madre. Y ella, que era la mujer más feliz del mundo, no pudo, ¡qué menos!, que ruborizarse. Y es que era tan niña...


JESÚS, gracias por haber escogido, desde la eternidad, a María.

Eleuterio Fernández Guzmán