3 de enero de 2012

El Cordero de Dios


Jn 1,29-34



“Al día siguiente Juan ve a Jesús venir hacia él y dice: ‘He ahí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Éste es por quien yo dije: ‘Detrás de mí viene un hombre, que se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo’. Y yo no le conocía, pero he venido a bautizar en agua para que él sea manifestado a Israel». Y Juan dio testimonio diciendo: «He visto al Espíritu que bajaba como una paloma del cielo y se quedaba sobre Él. Y yo no le conocía, pero el que me envió a bautizar con agua, me dijo: ‘Aquel sobre quien veas que baja el Espíritu y se queda sobre él, ése es el que bautiza con Espíritu Santo’. Y yo le he visto y doy testimonio de que éste es el Elegido de Dios’".



COMENTARIO



Juan señala a Jesús como Aquel que había enviado Dios para salvar al mundo. Lo llama Cordero de Dios porque como tal será, cuando eso llegue, entregado al matadero de la humanidad corrompida por el odio y el deseo de venganza.



Cuando Jesús sale del río Jordán el Espíritu Santo, en forma de paloma, descendió sobre Él y Dios lo nombró como su hijo predilecto. Así se lo había hecho saber el Creador y así se cumplió.



Juan el Bautista es testigo de todo aquello que pasa y por eso sabe que, aún sin conocer que era el hijo de María, tía suya, Jesús es Quien el pueblo de Israel estaba esperando con ansia de ser salvado.





JESÚS, Juan el Bautista sabe que eres el Cordero de Dios. Tú sabes mejor que él porque tal denominación te corresponde y así lo demostrarás cuando, a su tiempo, corresponda. Nosotros no deberíamos olvidar que eso significa que eres el Hijo de Dios y el Mesías y que debemos mirarte como Quien eres.





Eleuterio Fernández Guzmán





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